El arte no es sólo blanco o negro: Entrevista a Alberto Arceo

La apertura

Antes de hacer la primera jugada debes intentar predecir, tanto como sea posible, la reacción del adversario. Al decidir los movimientos se necesita usar la razón, memoria y lógica además de intuición e inspiración. El ajedrez, diría Gari Kaspárov, es la vida en miniatura. Hablar con Alberto Arceo es un poco como jugar al ajedrez, no tiene prisa por contestar las preguntas, analiza muy bien sus respuestas antes de contestar. La primera vez que nos vimos en un café pequeño me propuso una partida. Al tiempo que hablábamos él determinaba entre hacer un doblete o comerme una pieza en prise. Yo sólo podía concentrarme en las preguntas y en mi café con malvaviscos. Ahora, un año después, me arriesgo a pedir una revancha, o más bien, una entrevista.

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Fotografía tomada en Lux Perpetua Art Centre

Conozco, de entrada, el interés de Alberto por la educación artística y las reflexiones sobre el arte local. Al preguntarle qué tan importante es el público para un artista, contesta:

Creo que es importante primero señalar que debido a la diversidad de los asistentes que concurren a un evento artístico hay que hablar en plural: públicos; ya que las razones por las que acuden y las formas de vivir las exposiciones son muy distintas de un grupo a otro. Y esto es particularmente importante en las artes visuales al momento de desarrollar un proyecto o activar una exposición.

Desde hace ya algún tiempo que las exhibiciones de arte no son diseñadas como meros espacios para simplemente colgar lienzos o distribuir piezas tridimensionales, sino que son pensadas como un medio para poner en debate un tema de relevancia colectiva ante la sociedad y así generar reflexiones, encuentros y diálogos; o al menos, así debería ser. Con esto quiero decir que en la contemporaneidad los públicos no son sólo importantes, sino un elemento central e indispensable en el circuito artístico.

Considero que el artista, quien, de hecho, es el primer espectador de su producción, tiene sólo en la conexión con los públicos la posibilidad de transcender, si su obra se confina al taller o la bodega quizá actuó como acto catárquico o introspectivo en su momento, pero su vida como obra de arte está incompleta. El arte es un puente entre personas o grupos de personas.

Un lado negativo de este enfoque, en el cual la circulación de las piezas cobra un papel crucial, es que a veces las instituciones tienden a confundir número de visitantes registrados con el vínculo real logrado con la sociedad y con base a esto evalúan sus actividades. ¿Cuántos participaron en la exposición o concurso? ¿Cuántos entraron a la sala? Ah, entonces fue exitosa. Los parámetros de valoración no deberían ser esos, pueden generar ideas muy equivocadas, es importante incorporar también variables cualitativas y otros aspectos de impacto social en esos análisis.

En uno de los artículos que Arceo escribe en su propio blog, Contemporal, argumentaba sobre los beneficios sociales del arte ¿pero cuáles son éstos?

De pronto algunas visiones han querido adjudicarle al arte un poder supremo, como si hacer un mural de unas flores fuera una acción decisiva hacia un mundo feliz. En realidad no es así, el beneficio real está en que el arte puede llegar a ser un espacio autónomo de investigación, reflexión y crítica. ¿Puede el debate derivado de la provocación artística servir a una sociedad más armónica? Por supuesto, pero es ingenuo pensar que el simple hecho de pintar en un muro unas caritas sonrientes contribuye a un país más justo y menos corrupto.

Los beneficios sociales del arte son menos obvios pero efectivos. El arte es el espacio para repensar el mundo, el orden de las cosas, el sentido de nuestra existencia, el futuro de la humanidad. Para mí los beneficios del arte radican en su capacidad para hacer pensar y no en sus formas de entretener o complacer a la gente. Los artistas a nivel global, incluso, han adoptado en los últimos años posturas evidentemente políticas, si bien no partidistas, en sus proyectos.

Al preguntarle si en Mérida tenemos ése tipo de artistas, responde:

Sí. En Yucatán a lo largo del siglo XX el arte, generalmente, tuvo un carácter complaciente con el poder en turno. El corte de listón, el beneplácito político, el aura de la “inauguración” era el marco de las artes visuales. Repito, de manera general. Fue en los noventa donde el arte comenzó a distanciarse de la corrección política y social, y a partir de ahí podemos ver varios grupos que, a través de nuevos lenguajes artísticos y gestos disruptivos, plantearon un posicionamiento político. La influencia de estos artistas, mayormente los jóvenes que vivieron el cambio de siglo, ha sido decisiva al interior del mundo del arte local pues fueron punta de lanza para que el arte tomara un sentido crítico.

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Fotografía tomada en Lux Perpetua Art Centre

Medio juego

En los últimos años ha sido más recurrente o evidente la combinación de disciplinas artísticas para atraer más público a los eventos culturales. 

En realidad no es nada nuevo, son prácticas que comenzaron a verse en las primeras vanguardias del siglo XX y encontraron, por ejemplo, un punto álgido en la segunda mitad de la centuria.

¿Funciona?

Tal vez en términos numéricos sí, ya que enlaza públicos distintos, pero el giro para vincularse con ellos no debería estar en la conjunción simplista de disciplinas sino en programas que se desarrollen exprofeso. Como te decía anteriormente, uno de los problemas principales del arte en Yucatán es que la exposición se piensa simplemente como un montaje casi escenográfico y no como un tema que se pone a debate en la sociedad. Es primordial realizar actividades que estén relacionadas a esa exhibición: publicaciones, pláticas, visitas, actividades transversales con otros campos de conocimiento, talleres para niños, llevar el arte a la calle, en fin.

Y bueno, tampoco existe un desdoble en medios de comunicación, son escasos los textos especializados que se escriben. Hay una especie de crónica aunque ligera, bastante regular de lo que se expone, eso sí, y qué bueno. Me parece curioso que te haya mencionado la escasez de textos como si hubiera necesidad porque tengo la impresión que hay pocos lectores que busquen artículos más profundos o reflexivos. Pero es parte de lo mismo, son muy pocos los esfuerzos por formar públicos especializados.

Una de las preguntas centrales en esta serie de entrevistas fue si el arte como disciplina en la educación básica, “artes plásticas”, y en la media superior, “artísticas”, cumplen con las expectativas de formar seres humanos sensibles y empáticos; o como dice Gimeno Sacristán, éstas materias están basadas en destrezas, alejadas de modelos de pensamiento.

Es totalmente cierto lo que dice Sacristán, hay materias u horas dedicadas al arte en las que no se explora su carácter reflexivo y que, inlcuso, tienen un valor curricular menor. En la escala de importancia los padres y los cuerpos académicos ponen por encima asignaturas como matemáticas y lenguaje, y por debajo, en el último peldaño, al arte. De entrada esta escala de valores la estamos transmitiendo como modelo de pensamiento, como si el arte fuera lo último en importar. Debemos, urgentemente, replantear esta parte del modelo educativo. Los serios estudios que evidencian las posibilidades del arte como estrategia de enseñanza y herramienta para desarrollarse en la vida son muchísimos, es apremiante incorporarlos al momento de reformar nuestra educación.

Así también se establece una relación entre el estudio del arte como profesión y la remuneración económica. Me voy a permitir contarte algo personal. Cuando yo estudié la licenciatura en historia del arte, recuerdo que algunas personas reaccionaban contrariadas al escuchar a qué me dedicaba, no sabían a qué me refería con exactitud y creo que más bien no podían encontrar en mis estudios profesionales una relación clara con la generación de dinero y eso parecía incluso molestarles en cierto modo. Quizá subyacía en ese desencanto el hecho de contravenir el supuesto de que se estudia para hacer dinero y no para ampliar el conocimiento en un área en específico por la que sientes interés. Quizá les parecía absurdo que no estuviera en la dinámica de hacer riqueza económica y por lo tanto era menos importante, como sucedía con la materia de artísticas en la primaria.

Folcklor, turismo, derrama económica, “Mérida, capital cultural”. ¿De qué manera se puede medir el impacto de la cultura y el arte en una ciudad además de la parte económica o turística, de contar cuántos extranjeros fueron a Chichen Itzá o a Dzibilchaltun a recibir la energía de la primavera?

En esta pregunta, Alberto retrocede y advierte: A todos a los que les preguntes sobre mercado local del arte, gestión, públicos o políticas en Yucatán, te van a dar respuestas –así como yo- basadas en experiencias, sesgadas e incompletas ya que no existe ningún estudio profundo sobre impacto del arte y la cultura. El Ayuntamiento mandó a hacer una encuesta en el 2012 para desarrollar políticas públicas en el que incluía consumo del arte, y conozco una egresada de artes visuales de la UADY que desarrolló su tesis de licenciatura en ese rubro. Hay un algún texto que flota en Internet que explora un poco el tema pero nadie con profundidad y teniendo en cuenta múltiples variables ha estudiado eso. Es decir, existen algunas aproximaciones pero puramente de carácter cuantitativo, si sabe alguien de tus lectores de alguno, por favor que lo haga saber.

Bueno ¿De qué manera puede medirse? De tantas maneras como sea el interés de quien desarrolla una investigación. Más allá de la impronta económica puede estudiarse como factor clave en la educación, en el desarrollo de la creatividad, en la construcción de la identidad y en las formas de organización social; como elemento primordial en el desarrollo humano o como modelo para intercambio cultural con otras partes del mundo. Por supuesto todos estos ejemplos son esferas en las que incide el arte.

En el desarrollo del arte contemporáneo también existe gente que lo intenta reducir a un fenómeno puramente económico, supuestos críticos de arte creen que analizan el arte actual porque lo reducen a objetos insertos en una dinámica de especulación capitalista, y es verdad, ese mundo existe. De hecho vivimos en un mundo de economía capitalista, no sólo el arte sino toda la producción existe el marco de ese modelo económico. Pero el arte contemporáneo es mucho más que un objeto de especulación económica, reducirlo solamente a ello es desconocer de manera profunda, precisamente, los impactos diversos del arte en la sociedad.

Otro de los temas interesantes sobre los que ha reflexionado en sus apuntes críticos de arte, es precisamente la falta de crítica en la ciudad, periódicos, revistas. Le pregunto cuáles serían los principales retos para alguien que quisiera dedicarse a la crítica de arte en Yucatán:

No hay forma de hacer crítica de arte seriamente, es decir, tomándolo como tu trabajo formal porque nadie te lo paga. Ningún periódico, ninguna universidad, ni gobierno o iniciativa privada. No hay forma económicamente sustentable para hacerlo, y ésa es la razón por la que probablemente no hay. El artista a veces pueden vender una obra, el crítico no tiene esa opción. Los texto por encargo casi nunca son pagados en la región, a lo más se acuerda un intercambio de obra con el artista. La infraestructura del arte es aun sumamente precaria en ese rubro. Quizá algunos piensen que estoy reduciendo exageradamente las múltiples posibles razones a solamente una y de manera superflua, pero ofrece pago por columnas de crítica de arte en tu página, Katia, y verás cómo llegan varios, entonces podremos empezar a discutir si la crítica es buena o no, mientras tanto discutamos por qué no hay.

Muchos interesados en las artes visuales han destacado la creación de las licenciaturas en artes visuales en la UADY y la ESAY como un aporte importante al estado en estas disciplinas, y se muestran optimistas ante una eventual profesionalización en los artistas visuales.

Sí, totalmente. De hecho, probablemente tú no me estarías haciendo esta entrevista como me la estás planteando ahora si no existieran estas escuelas, a pesar de que ninguno de los dos estudiamos ahí la licenciatura.

La reciente aceleración de la producción artística y la multiplicación de espacio para arte no son privativas de Yucatán, son un fenómeno global. Yucatán, con su particularidades específicas, forma parte de este espectro, en el cual las universidades son y han sido clave. Y es que en realidad han significado un replanteamiento importantísimo en la región.

Lo local tiende a minimizarse pero debemos, más allá de romanticismos etnocentristas, comenzar a construir nuestras formas de compresión del arte con criterios articulados, no desde genealogías importadas sino desde estudiar y comprender los contextos locales que se activan y las particularidades del arte de nuestra región.

Jaque a la descubierta
¿Contra qué compite el arte?

El arte compite contra su propia definición, contra aquello que lo pretende limitar al interior de un concepto estático. A lo largo de la historia moderna el hombre ha intentado definir el arte, categorizarlo, determinarlo a pesar de que el arte es un producto de la creatividad, cualidad que busca precisamente el replanteamiento de las cosas, la optimización, el cambio ¿No es un poco absurdo intentar definir el arte que es producto, en efecto, de la creatividad? Es decir enunciamos el arte, queriendo encerrarlo, cuando su espíritu pertenece a la esfera de la transformación constante.

El arte actual sortea las imposiciones de voces que pretenden decir qué es o no es el arte, de gente que pretender definir categóricamente lo que la creatividad puede hacer o no, tal como Hitler lo intentó en 1937 con la exposición “Arte degenerado”, en la que incluyó todo aquello que no consideraba arte porque no respondía a la ideología Nazi. Grandes artistas representantes de las vanguardias del siglo XX, hoy ampliamente reconocidos, conformaban dicha exhibición.

Muchos supuestos críticos actualmente, en un gesto similar, intentan desacreditar ciertas prácticas artísticas contemporáneas porque por ejemplo no responden a su modelo de arte clásico. Creo que el arte como concepto compite contra sí, contra su obsolescencia social y epistemológica pero también contra una reconfiguración radical que lo desvanezca, que lo convierta en otra cosa para siempre. Es una pregunta interesante. El concepto de arte como lo entendemos hoy no siempre existió y tampoco siempre existirá.

Por Katia Rejón

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