Only Fans, ¿una discusión moral o económica?

En lugar de juzgar si está bien o mal capitalizar el cuerpo y el erotismo, comenzamos a cuestionar los mecanismos de estas empresas para concentrar el poder económico del trabajo sexual

Por Andrea Fajardo

Fotografía: Luis Casco

Cuando hablamos de capital erótico y trabajo sexual en la digitalidad, surgen más dudas que certezas. Es conocido el debate entre regulacionistas y abolicionistas sobre el trabajo sexual. Unas defienden la autonomía y libertad de las trabajadoras sexuales, así como la necesidad de mejorar sus condiciones laborales y dejar de criminalizarlas. Las otras abogan por la abolición de la prostitución, no distinguen el trabajo sexual de la trata de personas y sostienen que solo son actividades ilícitas que han explotado históricamente el cuerpo de las mujeres.

 

Sobre OnlyFans y el capital erótico también se dice mucho. Que si es o no correcto capitalizar nuestros cuerpos. Que si va acorde o no con ideas revolucionarias y liberales, o con el movimiento feminista.

Que si atenta contra la moral o que es un mecanismo más del capitalismo para la explotación sexual. Que si OnlyFans antes era para artistas y creadores, y la gente lo volvió una plataforma de prostitución.

Entre otras opiniones y divergencias que se ven influenciadas, obviamente, por nuestra realidad personal: contexto, privilegios, subjetividades, etc.

El capital erótico es el valor que obtiene un individuo o grupo social, resultado de su atractivo sexual. Para la socióloga Catherine Hakim, quien acuñó el término, el capital erótico es socialmente subversivo y las estructuras de poder dominantes tratan de suprimirlo o clasificarlo.

En los últimos años, aplicaciones digitales y redes sociales como OnlyFans han ofrecido un espacio accesible para potencializar dicho capital o monetizarlo de manera autónoma.

OnlyFans es una plataforma que surgió en 2016 para acceder a contenido exclusivo de influencers o artistas que pueden ganar dinero a través de suscripciones mensuales en su perfil, y la venta de fotos y videos con un pago único o lo que se conoce como pay-per-view.

Fundada por el empresario Tim Stokely, OnlyFans inició (dizque) como una aplicación similar a Patreon, en la que artistas independientes podrían recibir pagos por crear contenido de valor que no compartieran en otras redes sociales.

Actualmente la aplicación es popular en la industria del contenido sexual y erótico, ya que no tiene restricciones de ese tipo como Instagram o Facebook. A partir de octubre el contenido de sexo explícito estará prohibido, los desnudos y otros contenidos eróticos no.

Y aunque existe contenido de otros géneros como vida fitness, música, fotografía, arte visual o incluso recetas de cocina, lo que predomina en la app y por lo que la mayoría de los usuarios pagan es el contenido sexual.

Cuando digo “dizque” al hablar de los inicios de OnlyFans, me refiero a que la app ya tenía un antecedente dirigido al contenido sexual. No por nada su fundador era conocido como el “rey del porno casero” en internet antes de OnlyFans.

En 2011 ya había lanzado el sitio Glam Worship, una página de fetiches; y en 2013 fundó la plataforma Customs4U, una web para solicitar contenido a estrellas de la industria del porno directamente.

Entonces, ¿fueron las personas las que “desvirtuaron” la oportunidad que ofrecía OnlyFans usando la plataforma para vender contenido sexual? No lo creo. Es probable que existiera una intención premeditada en su creador y su principal accionista: Leonid Radvinsky (propietario de My Free Cams), y solo hacía falta un incentivo que aumentara su popularidad.

El incentivo llegó en 2020 y se llama Covid-19. A raíz de la pandemia, OnlyFans tuvo un impacto mediático como pocas aplicaciones de este tipo tienen.

Normalmente los sitios de contenido pornográfico y/o erótico permanecen velados en internet. Se sabe que existen, muchos son de libre acceso y un montón de gente los consume, pero pocos hablan abiertamente de ello. Este no es el caso de OnlyFans.

Durante la pandemia fueron muchos los memes que se viralizaron en Facebook, Twitter e Instagram acerca de la aplicación, especialmente de la oportunidad económica que ofrecía en medio de una crisis mundial.

“Yo esperando que mi amiga se abra una cuenta de Only Fans y me empiece a mantener”, o “situación económica: pensando seriamente en abrir un OnlyFans”, son algunas de las frases que circulaban a diario en las redes sociales, principalmente compartidas por mujeres jóvenes que se habían quedado sin empleo.

Sin embargo, uno de los sectores más afectados por la crisis del Covid-19 fue el del trabajo sexual. Para muchas personas dedicadas a esto, OnlyFans fue la alternativa ideal para obtener ingresos en lo que “terminaba” la pandemia o de manera permanente.

Algunas lograron altos ingresos económicos y mucho crecimiento en la plataforma, al punto de preferir este medio para ejercer su trabajo. Otras ni siquiera han podido promover sus cuentas ni alcanzar una buena cantidad de suscriptores, prefiriendo el uso de otras aplicaciones o la venta de su contenido de manera independiente.

Este desnivel no se debe simplemente a que “la que más le chinga es la que más gana”, como podría pensarse.

Hay otros factores que intervienen y obstaculizan el desarrollo de todas las personas que se interesan en esta app. Por ejemplo: raza y clase, los estereotipos de belleza, el acceso a dispositivos de calidad, la facilidad para entender el manejo de aplicaciones, los mecanismos de pago o incluso el idioma.

Una selectividad escondida

Muñeca Aguilar y Daniella Espino son dos mujeres trans que se dedican al trabajo sexual y abrieron sus cuentas de OnlyFans durante la pandemia. Muñeca también es trans-activista y bartender; Daniella es maquillista y modelo. Una vive en Mérida, la “ciudad blanca” y conservadora; la otra vive en Ciudad de México, una metrópolis llena de oportunidades.

Para Daniella, OnlyFans ha sido una plataforma bastante accesible donde ha logrado obtener dinero extra. Ella ha podido controlar su contenido, manejar su tiempo y considera que el porcentaje de ganancia que se lleva es bueno.

Para Muñeca, la experiencia ha sido muy distinta. Algunos de sus clientes o compañeras de trabajo le han preguntado por qué no tiene OnlyFans. Ella responde que sí tiene, pero que no le es redituable.

—Primero no la muevo porque casi todo está en inglés, lo que te sale en español no es como muy preciso. Una vez un cliente me dijo “es que tengo una amiga que se prostituye por Only Fans y está haciendo su buena lanota, yo creí que la prostitución dejaba dinero”. Le dije “no es prostitución, es trabajo sexual y no, no deja dinero”. Hay que desmontar ese mito de que todas las personas se vuelven ricas haciendo trabajo sexual o digitalizando sus cuerpos.

OnlyFans cuenta con la posibilidad de configurar el idioma de tu preferencia. Cuando quise familiarizarme con la aplicación para escribir este artículo, abrí una cuenta de usuario y la pude usar en español, aunque algunas opciones sí estaban en inglés y todos los perfiles que me aparecían en el inicio eran de personas angloparlantes.

Por alguna razón, el dispositivo con el que cuenta Muñeca no le ha facilitado el uso de la aplicación en español. O quizá no ha tenido a su alcance alguien que le ayude a encontrar la configuración de idiomas.

Apenas ha ganado 5 dólares que no sabe cómo cobrar, ni si son por una suscripción o porque alguien vio uno de sus videos. Ella misma cuenta que después de unos minutos en la app, le da flojera seguir porque no entiende nada.

Puede que esto parezca una tontería, pero en realidad algo tan simple como no poder encontrar una opción en una app es parte de un problema más grande.

Mujeres como Muñeca, que son trabajadoras sexuales independientes y de la calle (así se denominan ellas), no siempre cuentan con las herramientas necesarias para ingresar al trabajo sexual por internet con facilidad.

Las creadoras en Only Fans tienen que promocionar sus cuentas de manera independiente. Tienen que idear estrategias para conseguir suscriptores desde otras redes sociales y suministrar información convincente que despierte interés en su OnlyFans. La más utilizada para hacer este enlace es Twitter, ya que es la menos restrictiva entre las otras redes.

Desde su experiencia, Muñeca asegura que las cuentas de Twitter más explícitas son las que consiguen más seguidores en OnlyFans. Para ella, Twitter funciona como un espacio político desde el cual ejerce su activismo trans y le ha costado equilibrar este aspecto de su vida con su trabajo sexual.

También se ha dado cuenta de que hay un patrón físico que se repite en los perfiles más exitosos.

—Tengo una compañera en Colombia que le va súper bien, pero está súper tatuada. No sé si has visto que últimamente los batos y morras muy tatuadas jalan mucho. Y entonces tú dices “no mames, me quiero poner cincuenta mil tatuajes ahorita de agua para tener seguidores” (risas).

En su análisis también ha visto que les va muy bien a mujeres de senos y glúteos grandes, cabello lacio, blancas o medio bronceadas; y también a hombres muy velludos o negros. ¿Cuerpos que han sido sexualizados históricamente? Por supuesto.

Daniella coincide en que la aplicación puede ser complicada para personas que no saben manejar la digitalidad. Pero se muestra optimista ante la posibilidad que otorga OnlyFans de liberar estigmas sociales sobre el trabajo sexual, y normalizar la labor de quienes se ganan la vida creando este contenido.

Sin embargo, es importante entender que cada experiencia es distinta y no podemos dejar de ver otras problemáticas que presentan este tipo de plataformas.

Algunas piedras en el camino

OnlyFans hace muy poco (o nada) para promocionar y dar a conocer a los creadores. No tiene un sistema de categorías que facilite encontrar perfiles específicos. Ni siquiera te pregunta sobre tus intereses cuando creas el usuario, como hacen casi todas las apps de suscripción.

La interfaz no es nada del otro mundo. Es similar a Twitter y las cuentas que aparecen como sugerencia en el inicio son gratuitas y no tan explícitas. Esas son más difíciles de ubicar.

Las creadoras de contenido en OnlyFans (en su mayoría mujeres) hacen de modelos, productoras, community manager, editoras, publicistas, logística, etc. Una cantidad de trabajo equivalente a la de cualquier emprendedor de tiempo completo.

Pero entonces, ¿qué es lo que ofrece OnlyFans si todo lo hacen las creadoras? Básicamente es “un procesador de pagos enlazado”, como explica la investigadora y trabajadora sexual Danielle Blunt en una entrevista para New York Times.

Lo que hace OnlyFans es poner el dinero en manos de los creadores y permitirle distribuir su contenido con total libertad, pero se lleva una buena parte sólo por albergar el material. Mientras que otros sitios como Patreon se quedan con el 8 o 10% de las ganancias, OnlyFans adquiere el 20%.

El precio mínimo por suscripción es de 4,99 dólares al mes y el máximo es de 49,99 dólares. A partir de esta tarifa los creadores pueden interactuar personalmente con sus seguidores, vendiendo fotos o videos aún más exclusivos que pueden costar de 5 a 200 dólares, o más.

Otras formas de obtener dinero adicional a la suscripción es acceder a peticiones pagadas por los clientes. Una foto con una pose especial, un fetiche, sexting, un video personalizado, una sesión de streaming o cualquier tipo de interacción que el suscriptor solicite.

Al principio parece que con solo subir fotos sexys es suficiente, pero una vez que generas contenido en OnlyFans la audiencia no para de pedir más. Es un público que no se abastece fácil y está dispuesto a pagar por lo que quiere ver.

Algunas creadoras de contenido ofrecen tips y acompañamiento en Youtube o Instagram para las que están empezando. Por ejemplo, la influencer Miss Brazillian recomienda a las jóvenes entre 18 y 20 años cuidar mucho el contenido que suben al principio y poner límites en la interacción con sus seguidores.

Esto debido a que muchas chicas sufren daños psicológicos por no tener las herramientas para lidiar con un trabajo como el de OnlyFans, sobre todo si no se dedican propiamente al trabajo sexual.

Las personas que ven tu contenido pueden compartirlo con otros sin ningún problema. Es fácil tomar una captura de pantalla o descargar el material con aplicaciones alternas. Por lo que es posible obtener un suscriptor que sí compre tu contenido, pero después lo pueda revender en páginas de pornografía.

OnlyFans no ofrece ninguna protección ante esto, ya que se encuentra en un ordenamiento jurídico que no contempla como tal la producción y venta de material pornográfico.

Ante este vacío legal, creadoras como Miss Brazillian aconsejan a las chicas estar preparadas, ocultar partes del cuerpo que sean identificables y pensar bien hasta dónde están dispuestas a exponerse.

¿Un debate moral o económico?

Desde que OnlyFans se popularizó en 2020, los debates alrededor han sido bastante reñidos. Por un lado está la discusión moral, que en una sociedad machista y católica por supuesto que iba a surgir. Pero por otro lado está el debate feminista.

Hay una postura que defiende la autonomía que OnlyFans ofrece a mujeres y trabajadoras sexuales para monetizar su contenido, mientras que otra critica a la plataforma de ser un mecanismo más de explotación sexual bajo una falsa idea de empoderamiento.

Es entendible que en una sociedad patriarcal donde la mujer ha estado expuesta a la precariedad laboral y la objetificación sexual, aparezca la pregunta de ¿qué tan libre es la decisión de trabajar con el capital erótico y el cuerpo en la digitalidad?

Algunas feministas aseguran que OnlyFans es una empresa rapaz que funciona con la misma lógica extractivista del capitalismo, donde el único activo es tu cuerpo y todavía te quita un porcentaje de la ganancia.

Pero el trabajo sexual no es el único donde se explota el cuerpo femenino, si a esas vamos. Y no lo digo yo, lo dijo Silvia Federici en 2018 durante un seminario en la Universidad de Santiago de Chile.

Allí habló de que, por ejemplo, el matrimonio y el trabajo doméstico también son formas de explotación a las mujeres. Muchas hemos trabajado en pequeñas o grandes empresas, proyectos artísticos, incluso en espacios feministas e inclusivos donde también se dan prácticas de explotación, violencia y cosificación (por otros y por nosotras mismas).

Dice Federici que el patriarcado siempre ha dividido a las mujeres entre buenas y malas, por lo que el feminismo tendría que estar aprendiendo a superar esa división. Es la violencia ejercida por el patriarcado y las empresas capitalistas lo que tendríamos que estar cuestionando, no a las mujeres que usan OnlyFans o a las trabajadoras sexuales.

En OnlyFans, como en la sociedad y el espectáculo, el éxito y la riqueza se concentra en unos cuantos. El sitio siembra la expectativa de que saldrás de pobre, pero la mayoría de los perfiles exitosos son de figuras públicas ya posicionadas: actrices, cantantes, estrellas de cine porno o influencers con fama previa.

Son pocos los perfiles que comienzan desde cero y se les resuelve la vida en OnlyFans.

Según una investigación realizada por New York Times, aproximadamente un 0,03% de las creadoras son las que han alcanzado cifras millonarias en el sitio, y entre ellas están figuras como Bella Thorne o Cardi B. La conclusión es obvia.

Cuando les pregunto a Muñeca y Daniella sobre el futuro que le ven a OnlyFans, ambas coinciden en que probablemente deje de tener tanta fuerza como ahora.

—La gente está trabajando de manera independiente, cada vez más la gente se va liberando de estigmas sociales como el sexo y creando contenido sexual en todos lados y plataformas, asegura Daniella.

Para Muñeca, el futuro de Only Fans seguirá siendo más favorable para personas con un alto nivel de privilegios, que tengan acceso a dispositivos muy costosos y fácil aprendizaje de nuevas tecnologías.

Insiste en que las trabajadoras sexuales como ella necesitan encontrar más formas de subsistir que no sea en la calle. Por eso aboga por la necesidad de organizarse, ayudarse y capacitarse entre ellas.

A pesar de la aparente democracia que trajo OnlyFans en la creación y venta de contenido sexual por internet, una realidad agobiante para las trabajadoras sexuales es que están siendo desplazadas de las redes sociales.

No solo se trata de la selectividad implícita que hay en OnlyFans, también pasa que redes como Instagram, Facebook, Twitter o TikTok cada día son más restrictivas con este contenido.

Es irónico que en Instagram y Facebook circule material de pornografía infantil libremente, pero solo le cierran las cuentas a las trabajadoras sexuales autónomas y por contenido que no es realmente explícito. Muchas han decidido guardar ese material para monetizarlo en trato directo con sus clientes.

Según el manifiesto Por la defensa del trabajo sexual, escrito por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), “es difícil sostener que todas las personas en todas las circunstancias tomamos decisiones verdaderamente autónomas, pues todos y todas vivimos nuestra propia circunstancia”.

Pero analizar el trabajo sexual y el uso del capital erótico desde supuestos únicamente morales o teóricos, hace que nos alejemos mucho de la realidad y dejemos de escuchar las historias y opiniones de las personas implicadas en el asunto.

Y si en lugar de señalar, o peor aún, criminalizar a las personas que utilizan aplicaciones como OnlyFans; en lugar de juzgar si está bien o mal capitalizar el cuerpo y el erotismo, comenzamos a cuestionar los mecanismos de estas empresas para concentrar el poder económico del trabajo sexual en sus cuentas bancarias y dejar a las creadoras/es de contenido a su suerte, a ver si lo logran.

Por el momento, para muchas personas OnlyFans es útil y necesario.

Pero podemos dirigir la mirada a iniciativas de personas como Muñeca Aguilar o Miss Brazillian, que optan por la creación redes de apoyo dentro de este sistema y la búsqueda de una verdadera autonomía en su trabajo. Podemos cambiar el rumbo de la conversación a partir de la escucha activa y la empatía.

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