Imperdonable, el documental que habla sobre las personas LGBT en las cárceles

Por Yobaín Vázquez Bailón

La situación de las personas en la cárcel es una realidad que muy pocos conocen. Tenemos algunas ideas o un imaginario que proviene de las telenovelas o series, pero muy poco nos dicen sobre una experiencia cercana a estar presos. Mucho menos sabemos las condiciones en las que vive alguien que está encerrado y que además es parte de la diversidad sexual. Una vez más, los imaginarios televisivos nos remiten a que los hombres afeminados se convierten en la “mujer” y tienen que ejercer la prostitución.

 

De las pocas referencias en el cine que retratan la realidad carcelaria que viven las personas LGBTI se encuentra Imperdonable (2020), un cortometraje de apenas 35 minutos realizado por la cineasta española Marlén Viñayo. Ella nos introduce en la cárcel San Francisco Gotera, en El Salvador. Allí conoceremos la historia de Giovanni, un ex pandillero mara homosexual que comparte celda con su novio y varios reos también homosexuales.

Entre el calor constante y las pocas condiciones dignas de vivir, somos testigos de un amor que enternece, pero no oculta la realidad. Giovanni y los demás están allí por cometer asesinatos y otros crímenes violentos.

Mucho se ha comentado en redes sociales sobre por qué se representa siempre a los pandilleros en el cine, pues han causado daño en la sociedad. Se tiene una percepción de que cinematográficamente son interesantes y dejan de lado otras aristas de la compleja realidad salvadoreña.

Pero creo que es importante rescatar historias como estas, ya no solo para descubrir que la diversidad sexual está en todos lados, sino para entender que aquellas personas encarceladas tienen un trasfondo más allá del dolor que lograron causar. Los maras también aman y son amados, por mucho que nos parezca una atrocidad que el grupo siga existiendo.

De acuerdo con el documento “Personas LGBTI privadas de la libertad”, realizado por la Asociación para la Prevención de la Tortura, se estima que “las personas LGBTI en detención —o personas percibidas como pertenecientes a este grupo— se encuentran en una situación de vulnerabilidad particular, en riesgo de violaciones y abusos de los derechos humanos— incluso por parte de compañeros y compañeras detenidos/as en todo el sistema de justicia criminal”.

Los presos como Giovanni pueden ser sujetos a una doble condena: la que les otorga el Estado y la que se vive dentro del penal.

Esto se presenta claramente en el documental, ya que la prisión está dominada por grupos evangélicos que ven como pecadoras a las personas como Giovanni. Debido a eso necesitan ser trasladados a penitenciarias donde su orientación sexual no sea un motivo para ser discriminados.

Giovanni cuestiona mucho sobre la capacidad de la gente de perdonar los asesinatos pero no la homosexualidad. De hecho, esa es una de las frases más poderosas en el documental: “es más fácil matar a un hombre que amar a uno”. El conflicto de Giovanni tiene alcances dramáticos, porque se debate entre quedarse o irse a otra prisión, dejando solo a su novio.

La gran aportación de Imperdonable es que las personas hablan sin que haya una serie de preguntas. La directora nos acerca demasiado a la intimidad de Giovanni y su pareja, y es muy duro escuchar sus conversaciones sobre el abandono inminente de Giovanni o sobre lo que pensará su familia si se enteran que es homosexual.

Sin hacer una crítica directa, hay escenas que golpean porque vemos las deficiencias del sistema penal. Presenciamos una evaluación psicológica que por ineficiente y absurda llega a causar risa. Pero pasada la risa, podemos caer en cuenta de que no hay instrumentos legales adecuados para tratar a una población que está vulnerable a que cometan contra ellos violaciones y abusos físicos. Una vez más, el hecho de que hayan cometido crímenes no justifica que se les deshumanice.

Otro de los momentos clarificadores del documental es cuando vemos a estos reos leer una revista donde retratan a personas del colectivo LGBT, y para ellos representan poco o casi nada en su realidad.

Esto pone de manifiesto la gran diversidad que existe dentro de un colectivo de por sí diverso, pero también muestra las profundas desigualdades que viven las personas homosexuales nacidas en contextos de pobreza y marginación.

Imperdonable es un documental tremendo a pesar de su brevedad. Como espectador, uno queda contrariado por sentir empatía con estos hombres. El documental dimensiona la realidad de los presos, no se exige que tengan privilegios por ser homosexuales, sino que señala la vulnerabilidad en la que se encuentran por su orientación sexual o identidad de género.

Son personas que han recibido una condena, pero no por ello deben estar desamparados para que a su vez comentan crímenes contra sus cuerpos y dignidad.

La experiencia de Giovanni nos hace mirar a una realidad que no queremos conocer. Pensamos que los presos están ahí por algo y que su estancia debería expurgar todos sus crímenes. Pero Imperdonable nos lleva a reconocer que cada preso tiene una historia, tiene un contexto y carga consigo culpas y temores.

Al ponerle rostro a esa masa que le llamamos criminales, nos permite reflexionar que es necesario encontrar otras formas de hacer justicia.

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