Predicciones para los Premios Oscar 2023

Por Logan Johnson

El año pasado, la Academia tenía las intenciones de volver a su previa tradición después de una premiación desangelada en el 2021 (a causa del COVID-19, claro). Desafortunadamente, una cachetada opacó todo lo que se había logrado. Aunque esto muy probablemente intentará ser lo menos mencionado posible durante la ceremonia, la marca está muy fresca para ignorarlo. Otra problemática fue que algunas categorías no se anunciaron en vivo por cuestiones de audiencia. Las críticas hicieron que se resolviera, pues nuevamente las 23 ternas serán transmitidas en directo.

Hace tres años, para las predicciones, se hizo notar la ausencia de diversidad y frescura por filmes que, si bien eran de innegable calidad, tenían ciertas constantes ya vistas. En esta ocasión, todo parece recaer en un mismo denominador: la innovación. La sensación del año, Todo en todas partes al mismo tiempo lidera las nominaciones con once, seguida de Los espíritus de la isla y Sin novedad en el frente, con nueve cada una.

16 de los 20 actores presentes en las ternas de actuación reciben su primera nominación. De hecho, esta es la primera vez en 88 años que todos los nominados a Mejor Actor son primerizos. Varios de los filmes fueron menciones sorpresa en sus respectivas categorías y por si fuera poco, la mayoría de ellos son de carácter independiente. Tras esos puntos de partida, estás son las opiniones por parte de Memorias de Nómada con respecto a las nominaciones al Oscar de este año.

 

Mejor actriz de reparto

Kerry Condon por Los espíritus de la isla. En el filme, interpreta a la hermana del protagonista, quien irritada por su contexto, decide tomar las riendas de su destino en un intento de no ser succionada por la rutina y el aburrimiento. Es ahí donde ella se implanta por encima de sus coestrellas, en la mayoría masculinas. Condon sólo se ha llevado el Bafta en los premios “fuertes”, pero este año esta categoría resulta tan difícil de predecir, que aún tiene posibilidades de alzarse con un triunfo.

Angela Bassett por Black Panther: Wakanda por siempre. Ante el duelo, la reina Ramonda se mantiene estoica. Su nación es la más poderosa y por eso se mantiene firme sin lugar a la duda. Bassett lleva décadas en la industria, pero su única nominación sucedió hace casi treinta años. Ante el fallecimiento de su actor protagonista, la secuela de Pantera Negra se configuró y dio espacio para más presencia de sus coestrellas. Ya ganó el Globo de Oro y el Critics’ Choice, pero quizás sea pronto para premiar algo del MCU fuera de las categorías técnicas.

Jamie Lee Curtis por Todo en todas partes al mismo tiempo. En el mismo año que por fin le dijo adiós a su icónico personaje Laurie Strode, Curtis consigue su primera nominación al Óscar. Fue casi un suplicio y una reinvención de carrera llegar a este punto, pero en un personaje que fácilmente pudo quedar en el olvido, la legendaria actriz presenta una burocratica que, tras el estereotipo, le inyecta empatía y humanidad. Ganó el SAG, pero los votos podrían dividirse entre ella y su coestrella.

Stephanie Hsu por Todo en todas partes al mismo tiempo. En la cinta de los Daniels, el cuarteto de personajes principales están en constante metamorfosis pero ninguno en plena conciencia como el de Hsu. En un rol de fluidez extrema, la actriz no pierde la capa de confusión y melancolía que, en contraste con la amenaza al multiverso que representa. Ella es EL descubrimiento actoral del año, que viene aderezado con la nominación, pero su falta de victorias en esta temporada hace que un triunfo luzca complicado.

Hong Chau por La Ballena. En 2017, Chau participó en un filme titulado Pequeña Gran Vida del director Alexander Payne en el cual ella se destacaba de entre un mar de superestrellas de cine. Tanto así que el círculo de premiaciones de aquel año la nominaba por encima de las críticas negativas de aquel entonces, excepto por La Academia. Pero eso fue suficiente para ponerla en la mira y ofrecerle todo tipo de roles en los últimos cinco años, llegando a La Ballena, una cinta donde su personaje funciona como catalizador de un protagonista pero que nunca deja de imponer en pantalla. Sin posibilidades de gloria, la nominación la cimentará más en Hollywood.

Se quedaron fuera:

Jessie Buckley por Ellas hablan.

Kira Lord Cassidy por El prodigio.

Dolly de Leon por El triángulo de la tristeza.

Sadie Sink por La ballena.

 

Mejor actor de reparto

Ke Huy Quan por Todo en todas partes al mismo tiempo. Si este año La Academia se “arriesgara” para premiar algo, será aquí. Quan ha ganado prácticamente todos los premios de coactuación esta temporada. Su personaje navega en el multiverso, obligando al histrión a cambiar de piel en un parpadeo. El premio es seguro, y aún si los votantes pierden el amor a la cinta en el resto de las categorías, la victoria del actor es innegable.

Brendan Gleeson por Los espíritus de la isla. En otro año tendría las de ganar. Gleeson hace algo interesante en este personaje y es generar afinidad por un personaje que en papel suena desagradable: un hombre que decide cortar la relación con su mejor amigo en un intento de no perderse en la mediocridad. Mientras intenta trascender, va llegando a extremos más y más perturbadores. La nominación servirá para que los futuros proyectos se peleen por su presencia.

Barry Keoghan por Los espíritus de la isla. En un rol que fácilmente pudo caer en la caricatura, Keoghan inyecta una fuerza que ya se le conocía, pero que sólo necesitaba el proyecto adecuado para poder destacar. El camaleón de 30 años ha navegado por muchos papeles en su carrera y aunque su presencia en Los espíritus de la isla le muestra un lado cómico desconocido (y se llevó el Bafta), no parece ser suficiente para alzarse con el premio.

Brian Tyree Henry por Causeway. Salido de las canteras de Atlanta, serie revolucionaria que recientemente concluyó, Henry ha estado activo constantemente, tanto en el cine independiente como en blockbusters tales como Godzilla vs. Kong y Eternals. La razón de su nominación es el regreso a un personaje lleno de textura, pero que ha pasado desapercibido en las premiaciones. Imposible ganar.

Judd Hirsch por Los Fabelman. Al igual que Angela Bassett, Hirsch consigue su segunda nominación después de varias décadas. En Los Fabelman, tiene una aparición muy pequeña pero impactante, lo suficiente para tener presencia en las nominaciones. Definitivamente no llegará al podio pero servirá como homenaje a su trayectoria y conseguirá más presencia en la industria contemporánea.

Se quedaron fuera:

Woody Harrelson por El triángulo de la tristeza.

Pedro Pascal por El peso del talento.

Eddie Redmayne por El ángel de la muerte.

Ben Whishaw por Ellas hablan.

 

Mejor actriz

Cate Blanchett por Tár. El tratamiento de “biopic” y lo que Blanchett entrega en pantalla es un combo ganador: rabia, firmeza y catarsis como sólo ella lo puede hacer. Por algo la cinta sólo vería la luz si ella era la estelar, Lydia Tár, reconocida directora de orquesta en el cenit de su carrera que ve venir cuesta abajo sus logros cuando es acusada de abuso sexual. Ganó el Globo de Oro y el Bafta, además de la Copa Volpi en Venecia, por lo que su momentum continúa.

Michelle Yeoh por Todo en todas partes al mismo tiempo. Yeoh hace un cruce en este papel: por un lado, nos recuerda sus papeles en los años noventa, que la hicieron popular como actriz de artes marciales; en el otro, una mujer ordinaria en un viaje a través del multiverso. Al mismo tiempo (irónicamente) inyecta esa confusión y duda sobre las decisiones que se han tomado en esta vida y el hubiera que pudo ser. Los premios han ido uno a uno con Blanchett, destacando el SAG y el Globo de Oro por actriz de comedia, adicional a que premiarla sería finalmente reconocer su extensa trayectoria.

Michelle Williams por Los Fabelman. La última vez que la nominaron en esta categoría, fue hace una década, por su actuación de Marilyn Monroe en Mi semana con Marilyn. En su quinta nominación, Michelle Williams encarna a una madre de familia que empuja a su hijo a seguir sus sueños, aun cuando ella se encuentre en una encrucijada personal. Nuevamente, este no es su año, pues los premios se han dividido entre Blanchett y Yeoh, por lo que difícilmente sorprenda.

Ana de Armas por Rubia. Hablando de Marilyn Monroe, lo que Armas hace en Rubia es reconstruir a un ícono desde diferentes ángulos, uno más profundo que el anterior sin perder el magnetismo en pantalla. No es la primera vez que una interpretación opaca su propia cinta (ejemplos como Charlize Theron en Monster o Julianne Moore por Siempre Alice), pero en este caso, la cinta ha sido tan polarizada y criticada por la visión que tiene de Monroe, que muy probablemente los votantes no se decanten por ella.

Andrea Riseborough por To Leslie. Un caso de estudio de los años por venir. La nominación de Riseborough sacudió a todos por lo inaudito de su campaña y el alcance que tuvo. Los especialistas se han rascado la cabeza descifrando como una película independiente y dejada al olvido, utilizó los pocos elementos que tenía a su alcance y logró su nominación en un año plagado de grandes (y mucho más publicitadas) actuaciones. La interpretación habla por sí sola y es capaz de mover al espectador, pero considerando lo controversial que fue esta mención, los votantes muy probablemente quieran evitar la polémica.

Se quedaron fuera:

Viola Davis por La mujer rey.

Mia Goth por Pearl.

Florence Pugh por El prodigio.

Emma Thompson por Buena suerte, Leo Grande.

 

Mejor actor

Austin Butler por Elvis. Oriundo de la televisión infantil y juvenil, Butler se caracterizó por ser extra en series como Drake & Josh y Manual de supervivencia escolar de Ned, hasta que llegó a Zoey 101 en la última temporada y se robó una escena de iCarly con ESA icónica frase. Una década después, es el favorito para llevarse una de las categorías principales de lo mejor del cine. En Elvis, entra a la piel del Rey del rock & roll, desde sus inicios hasta su final, mientras navega por los claroscuros de la fama y el estrellato, muy parecido al Freddie Mercury de Rami Malek. Pero no esperen que diga “Arriba la esperanza, abuelita” en el Dolby Theatre.

Brendan Fraser por La Ballena. Fraser, actor dejado al olvido durante la década pasada (cuya presencia se limitó a las series televisivas Trust y Doom Patrol), regresa en un rol tan visceral como empático, en el que resulta imposible apartar la mirada. Envuelto en capas de maquillaje (tanto prostéticos como digitales), Fraser se la juega para entregar todo en pantalla. Recientemente ganó el SAG y el Critics’ Choice Award, por lo que sus posibilidades están en la mesa. Pase lo que pase, su presencia aquí servirá para darle un segundo aire a su carrera.

Colin Farrell por Los espíritus de la isla. Paulatinamente, Farrell ha reinventado su carrera. Confiando en directores como Martin McDonagh o Yorgos Lanthimos, el irlandés se ha decantado por personajes ambiguos y llenos de matices. La mancuerna lograda en Los espíritus de la isla, nos presenta al actor sin mesura pero en control de su elemento. Finalmente alcanza la nominación, pero no se lo llevará en esta ocasión, a menos que los votos se lleguen a dividir entre los dos favoritos.

Bill Nighy por Living. El intérprete nos tenía acostumbrado a personajes desinhibidos, por lo que resulta refrescante verlo en este remake del filme de Akira Kurosawa. En Living, se nos presenta a un hombre en el final de su existencia, que desea empezar a vivir pero no sabe cómo hacerlo y es ahí donde Nighy le agrega una capa de afecto y profundidad a su personaje. La nominación es el reconocimiento a sus décadas de carrera.

Paul Mescal por Aftersun. Aftersun, filme rescatado entre la vorágine de premiaciones, narra la historia de una niña y un padre durante un viaje, cuyo recuerdo se va desdibujando cuando ésta iguala su edad. En el metraje, Mescal encarna al padre que oculta sus demonios para entregarle a su hija unas vacaciones, pero que poco a poco van saliendo a la luz para el espectador. Una interpretación tan profunda como ambigua, el actor deja cualquier rastro de superestrella y se entrega completo al personaje. Se irá con las manos vacías, pero no duden que lo volveremos a ver otra vez por aquí.

Se quedaron fuera:

Diego Calva por Babylon

Tom Cruise por Top Gun: Maverick

Jeremy Pope por The Inspection

Adam Sandler por Garra

 

Mejor película internacional

Argentina, 1985 por Argentina (Dir. Santiago Mitre). Tiene los ingredientes que le gustan a la Academia: historia basada en hechos reales, hábilmente adaptada a un largometraje, drama legal inspirador hasta la médula y que refresca un momento histórico importante para una nación. Además, Ricardo Darín es un viejo conocido de la Academia. El Oscar es un mero trámite.

Sin novedad en el frente por Alemania (Dir. Edward Berger). En caso de que la Academia se decante por algo diferente, Sin novedad en el frente podría entrar al quite. Las cintas bélicas son una constante para los Oscar, pero en años recientes vimos a Hasta el último hombre y 1917 irse con premios técnicos. Le beneficia ser de las películas más nominadas en esta ceremonia, además de salir triunfadora en los Bafta, pero el horizonte no parece prometedor.

Close por Bélgica (Dir. Lukas Dhont). Close, drama intimista sobre la ruptura de una amistad entre dos prepúberes y las consecuencias de ésta, ha arrancado los corazones de quienes la han visto. Al director, Lukas Dhont, le debían su nominación por Girl, cinta que representó a Bélgica hace algunos años y que igual narraba la joven exploración de la identidad, por lo que esa es exactamente su victoria: la nominación.

EO por Polonia (Dir. Jerzy Skolimowski). La cinta nos muestra la historia de un burro que va cambiando de dueños y de escenarios por azares del destino, consiguiendo compasión por su protagonista, quien es lanzado a su suerte mientras desea volver con su dueña, la única que le quiere. Polonia es una constante en esta categoría, pero este año no llega con la fuerza de otras ocasiones. Será para la próxima.

The quiet girl por Irlanda (Dir. Colm Bairéad). En palabras de nuestro editor, Yobaín Vázquez, The Quiet Girl es una verdadera maravilla porque sin tantos recursos técnicos ni diálogos elaborados logra transmitir algo que generalmente se olvida el cine: el amor, el afecto, el querer bonito. Está es la primera vez que Irlanda alcanza la nominación y en el camino tackleó a otras favoritas (ver la parte de abajo). Es imposible que se alce con el premio, pero servirá para voltear a ver a la industria cinematográfica de ese país. Aquella no hablada en inglés, claro.

Se quedaron fuera:

La decisión de partir por Corea del Sur

La emperatriz rebelde por Austria

Saint Omer por Francia

Joyland por Pakistan

 

Mejor película

The Fabelmans (Dir. Steven Spielberg). En una carta de amor al cine, de esas que la Academia tanto adora, nos encontramos también con el autohomenaje del director más importante de la historia. Los Fabelmans nos recuerda porque el cine es un universo diferente, capaz de mover almas y corazones con sus imágenes, con la visión y como eso realmente influye en nuestro entorno. Agreguemos que el año pasado, Spielberg llegó a la premiación con el remake de Amor sin Barreras, que sólo consiguió un premio, así que este probablemente sea el momento de aclarar las cuentas.

Todo en todas partes al mismo tiempo (Dir. Daniel Kwan y Daniel Scheinert). Ahora, supongamos que la Academia sigue la tendencia que ha estado presente en este circuito de premiaciones: la innovación. Todo en todas partes al mismo tiempo es LA película de la que más se ha hablado este año. El viaje de una inmigrante china a través del multiverso ha sido aplaudido por su profundidad, frescura y homenajes. Los Oscar han tenido problemas para adaptarse a los experimentos y a las nuevas narrativas, pero ya consiguió el SAG y el Critics’ Choice, por lo que puede ser que logre entrar al quite.

Top Gun: Maverick (Dir. Joseph Kosinski). El blockbuster rara vez tiene cabida en esta premiación, pero parece ser que la Academia está lista para hacer la transición a opciones más comerciales. La secuela de Top Gun tiene muchos puntos a su favor: ha sido aplaudida por haber elevado su historia, haber sido un hit total en taquilla y, como dijo Spielberg, haber revivido la experiencia cinematográfica tras la pandemia. Con todas estas virtudes por encima de su competencia, un triunfo podría lograrse si los Óscar se deciden por un filme más exitoso con las audiencias.

Los espíritus de la isla (Dir. Martin McDonagh). La nueva cinta de McDonagh usa nuevamente el humor negro para hablar de temas que tienen una arista usualmente seria. En Los espíritus de la isla, una amistad se rompe de un día para otro sin motivo alguno y, conforme indagamos, vamos a situaciones que si bien podrían resolverse convencionalmente, llegan a extremos donde nos resulta imposible alejar la mirada, tal como en su película anterior, Tres anuncios por un crimen. Tiene a su favor que ganó el Globo de Oro a Mejor Película de Comedia o Musical y podría ganar si los miembros deciden que esta es su opción innovadora para este año.

Tár (Dir. Todd Field). El regreso de Field al cine se dio después de 16 años en condiciones muy específicas. A través de un guión de “solo” 94 páginas que se convirtió en un filme de casi tres horas de duración y únicamente con Cate Blanchett en mente para el rol protagónico, Tár es una cinta, más que polémica, incomoda. Es un estudio de personaje preciso, analizando las dinámicas de poder y un tema actual como la cultura de la cancelación. A pesar de ser una de las mejores películas del año, resulta demasiado controversial como para llevarse el premio principal.

Sin novedad en el frente (Dir. Edward Berger). En los últimos años, varias cintas de habla inglesa han tenido presencia en la categoría mayor, más recientemente Roma, Parásitos y Drive my car. Dichos títulos han tenido un ruido sorprendente desde sus estrenos, pero en el caso de Sin novedad en el frente, la cinta alemana llega con nominaciones de otras premiaciones, pero usualmente en película internacional. Quizás pueda quitarle alguna presea técnica a Top Gun: Maverick o la secuela de Avatar, pero difícilmente llegará más allá.

Avatar: El camino del agua (Dir. James Cameron). El regreso al mundo de Pandora levantó muchas cejas. En el aspecto técnico no había más que halagos, pero con respecto al guión y su ejecución, muchos sintieron que era más de lo mismo, considerando que pasaron 13 años para su estreno. Sus posibilidades eran mayores con su antecesora y considerando su falta de nominaciones “fuertes”, debe conformarse con ser una de las pocas secuelas en la historia que tiene presencia en la categoría principal.

El triángulo de la tristeza (Dir. Ruben Östlund). Desde su estreno, la más reciente ganadora de la Palma de Oro en Cannes, ha generado división y cierta controversia, pero es innegable que la conversación sigue aún después de correr los créditos finales. Östlund se ha caracterizado por situar a sus personajes de la élite en situaciones confrontativas a su contexto, como en Fuerza Mayor y The Square, las cuales también tuvieron presencia en Cannes. Su debut en inglés sigue esa misma línea, pero con todo y un final que parece calca al carbón de un episodio de La Familia Peluche, la cinta naufragará antes de llegar al premio principal.

Elvis (Dir. Baz Luhrmann). La nueva extravagancia de Baz Luhrman, el mismo de épicas como Moulin Rouge! y El Gran Gatsby, nos narra el inicio y final de El Rey de una forma con esencia y sello personal pero que no deja indiferente al espectador. Es muy probable que Elvis siga el camino de Bohemian Rhapsody hace unos años, por lo que no esperen que esta cinta alcance la presea.

Ellas hablan (Dir. Sarah Polley). La sorpresa entre las candidatas a Mejor Película. Adaptación de la novela del 2018 de Miriam Toews, Ellas hablan es un grito y un susurro. Carga un poder y un discurso tan poderoso como incómodo pero necesario, adicionado a sus talentos en ambos lados de la cámara. El problema que tiene la cinta en esta categoría es que parece un premio de consolación para las omisiones en el resto del certamen (especialmente en Música Original). Tendrá más suerte en Guión Adaptado.

Se quedaron fuera:

Aftersun (Dir. Charlotte Wells)

Babylon (Dir. Damien Chazelle)

Ella dijo (Dir. Maria Schrader)

Glass Onion: Un misterio de Knives Out (Dir. Rian Johnson)

 

El resto de las categorías

Quizás veamos reinar a Todo en todas partes al mismo tiempo en el resto de las categorías, pero en aquellas que son técnicas, es posible que veamos a Top Gun: Maverick dominando por encima de Avatar: El camino del agua y Sin novedad en el frente

Se necesitaría más espacio para analizar todos los nominados, pero los ojos están apuntados a Mejor Película Animada, donde probablemente veamos a Guillermo del Toro alzarse con la victoria con Pinocchio después de que El callejón de las almas perdidas estuviera presente el año pasado sin triunfo. Aún así, Disney, la siempre ganadora de la categoría está presente con Pixar y Turning Red, mientras que El gato con botas: El último deseo puede sorprender después de su sorpresiva respuesta positiva por parte de críticos y audiencia. Aquí, unos últimos pronósticos.

Otras predicciones:

Mejor Dirección: Daniel Kwan y Daniel Scheinert por Todo en todas partes al mismo tiempo.

Mejor película animada: Pinocchio (Dir. Guillermo del Toro y Mark Gustafson)

Mejor película documental: All the Beauty and the Bloodshell (Dir. Laura Poitras)

Mejor guión original: Daniel Kwan y Daniel Scheinert por Todo en todas partes al mismo tiempo.

Mejor guión adaptado: Sarah Polley por Ellas hablan.

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