Los difuntos toman el fresco cada año en Pomuch

Por Nery Chi 💀 

Fotos de Paul Antoine Matos

El pueblo de Pomuch en Campeche es conocido por dos cosas muy importantes: La primera es el delicioso pan dulce que elaboran los vecinos y la segunda, es su tradición para esta época de Janal Pixán: la limpieza de los huesos de sus difuntos.

Hombre prepara el cajón para comenzar la limpieza de los huesos

A principios de octubre, si entras al cementerio de Pomuch, las tumbas están abiertas y puedes ver cadáveres envueltos en mantos, como si estuvieran tomando el fresco. Esta es una costumbre que aunque no sea exclusiva del pueblo, ya que en algunos municipios de Veracruz también lo realizan, es algo que habla de un vínculo que trasciende la presencia física. 

La razón por la que los huesos están a la vista es porque son limpiados con delicadeza por sus familiares, en señal de aprecio y respeto. La mayoría de los habitantes de Pomuch realizan esta actividad desde la infancia y tratan de pasar la costumbre, para que no se pierda, a sus hijos e hijas. 

Una de estas personas es la señora Alicia Victoria. Muy buscada, no sólo para hacer curaciones, si no que cada año, se convierte en la guía de quienes llegan preguntando por la tradición de Pomuch.

Alicia explica que “las almitas”, así como nosotros, llegan como a su fiesta de cumpleaños. Es por eso que les preparan para su visita. 

—El manto que se les pone es para que ellos vuelvan a tomar sus alas, para que se vayan limpios a su casita con Dios. Yo hago esto desde que tenía 8 años, acompañaba y ayudaba a mis papás, ahora tengo 62 y continúo la actividad.

Pero no sólo es llegar a “pasarle un trapo” a los huesos. Cuando se les limpia en el panteón, se realizan rezos, platican con ellos, se les cuenta qué ha sucedido ese año o desde que partieron y se les acompaña durante su día especial.

Así ellos se van felices. Los limpiamos y los vamos acomodando en su nuevo mantel. Hay que hacerles un rezo mientras estás sentada limpiando. La rezadora está cantando porque ellos salen a respirar el aire fresco limpio. La tierrita que tienen no se tira. Se pone en una bolsita y se les deja, y se van acumulando en su cajita cada año.

La tradición que viene de generaciones atrás se resume en un tiempo de preparación para la gran fiesta de bienvenida. Después, se irán felices de regreso ya bañados

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