El agua hablará: un podcast de personas desaparecidas en México

Por Paul Antoine Matos

Ilustración: Luis Cruces Gómez

México es un país inundado por agua y sangre. La violencia extendida por el territorio nacional ha provocado la desaparición de más de 70 mil personas según las cifras oficiales, acrecentada desde 2006 con la militarización del país en el gobierno de Felipe Calderón, que continuó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y se mantiene a la alza en la actual administración de Andrés Manuel López Obrador.

Durante años, los familiares de los desaparecidos se han organizado en colectivos independientes para buscar en fosas en tierra los posibles restos de sus seres queridos. Pero cuando se trata de sumergirse en los cuerpos de agua del país no existen herramientas ni autoridades que faciliten la labor de búsqueda de desaparecidos.

El agua hablará es un podcast creado por las periodistas Mayela Sánchez y Celia Guerrero, producido por Bajo Tierra Media y Perifónicas en el que acompañan a los familiares de las personas desaparecidas que realizan esas búsquedas en el agua.

El proyecto surgió en 2018, en Colombia, cuando Celia Guerrero conoció similitudes de las violencias entre ese país y México al ser parte de una caravana con activistas colombianos que participaron en los tratados de paz. Ahí descubrió que en la nación sudamericana se registraron casos de personas desaparecidas cuyos cuerpos eran tirados a ríos por los paramilitares.

Para ellos los ríos son las arterias vitales del país. Pensé, ¿esto sucede en México? –dice en entrevista telefónica con Memorias de Nómada.

A partir de ahí se dedicó a un proceso de investigación junto a Mayela Sánchez, a quien conoció durante la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin). Ambas ingresaron solicitudes de información en todas las fiscalías y ministerios públicos de los gobiernos estatales del país, pero encontraron que en México no existen los datos.

En México ninguna autoridad reporta el lugar preciso en el que es hallado un cuerpo, si ocurre en agua o en tierra. No hay datos sobre cuántos cuerpos han sido encontrados en el agua. Eso a pesar de que desde la Guerra Sucia de los setentas y el conflicto en Guerrero hay reportes de desaparecidos en el agua.

Las periodistas recurrieron a una alternativa, acercarse a los colectivos formados por los familiares de desaparecidos.

El agua

–El agua es un espacio al que no pertenecemos, es un lugar como si fuera otro planeta. La gente que está buscando desaparecidos está acostumbrada a buscar en lugares inimaginables, en el campo, en la tierra, en la montaña de Guerrero. Son lugares inaccesibles, pero ellos llegan –dice Celia.

Pero el agua “es otro planeta, no podemos explorar ese espacio sin equipamiento. En el agua hay un tipo de fauna específica. En la presa Vicente Guerrero, en Tamaulipas, había cocodrilos. No vimos ni uno, pero ahí están, todo el tiempo”. En Veracruz, dice, las búsquedas son entre los manglares.

El primer episodio del podcast El agua hablará aborda la búsqueda de Josefina de León, madre de Cinthya Mabel Pantoja de León, desaparecida desde 2012, y presidenta de la Red de Desaparecidos de Tamaulipas.

A lo largo del episodio, Mayela y Celia narran la historia de Josefina. En el podcast las periodistas transportan al escucha a las búsquedas de los desaparecidos. Las reporteras describen los lugares, el ambiente y las acciones de los colectivos.

–Las herramientas son las manos y palas. De realizar las búsquedas en el terreno, te cuentan: “si levantas así la tierra”, o donde se ve distinta, ahí hay que picar. En el agua no encuentras esas señales. Tampoco pueden ver.

–Las mujeres que buscan en manglares no pueden ver. Con las manos tienen que ir tocando, explorando el lugar y ver si agarran algo diferente.

–¿Qué se necesita? –dice Josefina de León en el podcast sobre la búsqueda en la presa tamaulipeca– La cámara de pozo… las lanchas suficientes; las baterías; el combustible; las lámparas.

En el agua están a merced de las condiciones climáticas. Aun con sol, si hay mucho viento la búsqueda puede ser cancelada. Además, los restos encontrados un día pueden haberse movido en una visita posterior, como consecuencia de las corrientes del agua.

–Quisiera yo tener una aspiradora y absorber toda el agua, ponerla en otro lado y ahora sí, está limpio, es tierra. No puedo, no puedo evitar que llueva, no puedo evitar que pasen los ciclos naturales que están desfasados también ya, con eso del cambio climático. Hay cosas que yo no puedo controlar –dice Josefina.

Durante el primer episodio del podcast queda en evidencia el desinterés de las autoridades por generar los mecanismos y dotar de los recursos para realizar las búsquedas. En la presa Vicente Guerrero olvidaron llevar al perito en la lancha, la cámara se quedó sin batería y los reportes posteriores fueron contradictorios. Improvisaban.

–Yo que me tardé tanto, pero no tuve la culpa de tardarme tanto –cuenta Josefina en el podcast.

Celia Guerrero dice que Josefina “es un huracán, nadie la detuvo, ni la va a detener. Ha aprendido a hacerlo, pero mucha gente que no sabe seguir los caminos, dificulta más la búsqueda de las personas y las hace más peligrosas”.

Además, la Fiscalía tamaulipeca no tiene una metodología para la búsqueda de restos humanos en el agua. El único órgano gubernamental que encontró que sí lo tenía no estaba relacionado con desapariciones de personas. Era el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la subdirección de arqueología subacuática, encargada de explorar cuerpos de agua para la búsqueda de vestigios históricos. En su tiempo libre, los especialistas del INAH apoyaron a los familiares de la Red de Desaparecidos de Tamaulipas.

–Nadie se quiere meter al agua porque siempre es más fácil acá en tierra, ¿no? O detrás de un escritorio –dice Josefina. Ella no sabe nadar.

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