Por Matilda Ro
En la industria de la moda, la mayoría de la ropa está confeccionada con poliéster, una fibra sintética. La razón detrás de la preferencia de la industria por este material es su resistencia y versatilidad, que permite su uso en una amplia variedad de productos. Además, se presenta como una alternativa más sostenible comparada con algunas fibras naturales, ya que su producción requiere menos agua y tierra que el cultivo de algodón.
Sin embargo, su fabricación y la de otros textiles modernos depende en gran medida de los productos petroquímicos, los cuales son suministrados por las mismas compañías de petróleo y gas que contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
La industria de la moda es responsable de hasta el 10% de la producción mundial de dióxido de carbono, superando incluso las emisiones generadas por los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Además, este sector representa una quinta parte de los 300 millones de toneladas de plástico producidas anualmente en el mundo.
La sostenibilidad se ha convertido en un tema central para las marcas de moda durante la última década. Científicos y diseñadores trabajan en el desarrollo de textiles a base de cultivos orgánicos que se realizan en laboratorios. Buscan imitar texturas como el cuero, u optimizar la calidad de los tejidos derivados para que puedan biodegradarse cuando se desechan.
En este contexto, surgió Críptica, una marca de ropa que ofrece una alternativa al consumo masivo y la moda rápida (fast-fashion), dirigida a personas conscientes del medio ambiente pero interesadas en seguir las tendencias. La ropa de Críptica es confeccionada con biotextiles, materiales diseñados a partir de fibras naturales o sintéticas. Su fundadora, Melina Goytortúa, cuenta en entrevista con Memorias de Nómada sobre su marca de ropa con textiles veganos y biodegradables:
—Siento que es muy importante que el cliente se sienta identificado con la marca por su estilo de vida.
De acuerdo con su visión, la marca es minimalista, funcional, futurista, sofisticada y natural. Toma inspiración de la ciencia y la naturaleza, así como de procesos de innovación en biotecnología. Pero también está relacionado con lo artesanal. Para Melina es importante retomar las formas y materiales ancestrales y orgánicos para crear.
Melina Goytortúa elige los materiales de forma espontánea y dependiendo de sus características en las muestras que manejan y le brindan una idea del comportamiento en el acabado para la realización del diseño final.
—El proceso de fabricación es algo complejo, tenemos proveedores con telas certificadas que nos apoyan en la elección de nuestras telas de uso funcional como los linos, tencel y algodones reciclados y las telas artesanales que creamos con sistemas vivos y residuos orgánicos.
El tencel, por ejemplo, es una fibra natural de última generación, respetuosa con el medio ambiente, que se obtiene a partir de pulpa de madera de eucalipto en su mayoría, pero también de pino, haya o abeto. Como cualquier emprendedor, Melina se ha encontrado con retos en su búsqueda por llevar la marca al siguiente nivel.
—Me gustaría explorar en temas más biotecnológicos, pero no tengo las incubadoras ni la bioseguridad necesarias para crear como suelo hacer, de forma muy artesanal. Espero que conforme vayamos creciendo, se abran estas oportunidades de creación en sinergia de la artesanía mexicana.
Por lo pronto, la marca tendrá un espacio físico en Mérida. La idea es conectar con las personas interesadas en la ropa y que, además, puedan elegir y llevarse sus tiendas al momento.
Junto a su equipo, Melina comparte que ha sido un trabajo arduo llegar a este punto. Pero el siguiente es posicionar a Críptica como una opción a nivel nacional e internacional, sin perder el objetivo con el que se originó este proyecto.
—Cambiar el paradigma de la moda y generar pequeños cambios que impacten a largo plazo hacia una sociedad más consciente y conectada con la naturaleza.