Colectivo Cardenales: la importancia de pajarear en el espacio público

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Por Katia Rejón

Fotos Colectivo Cardenales


Colectivo Cardenales es una iniciativa de avistamiento de aves que realiza recorridos por zonas urbanas y rurales de Yucatán con el objetivo de crear comunidad mientras se sensibiliza sobre la naturaleza y se comparte información sobre aves.

Les coordinadores, Arturo Rosado y Allison Russell se conocieron en el 2021. El placer de observar el mundo natural siempre estuvo presente en sus vidas, pero en el encierro de la pandemia, el deseo de mirar atentamente se volvió más agudo. Es un colectivo de autogestión que no colabora con ninguna institución gubernamental ni organizaciones extractivistas. 

El pasado sábado 2 de diciembre de 2023, durante una pajareada en el nuevo parque de La Plancha, Colectivo Cardenales fue detenido por militares que afirman que se necesita “un permiso para avistar aves” por ser “un parque federal”. Los hombres armados les tomaron fotografías y videos y los hostigaron hasta que el grupo decidió retirarse. 

Memorias de Nómada conversó con Colectivo Cardenales antes de que sucediera esta situación. La entrevista muestra la importancia de esta actividad como parte del tejido comunitario, la salud mental y la reapropiación del espacio público:

Pajarear es para todes

Arturo Rosado dice que siempre le gustó salir al monte y uno de sus sueños era ser guía de algo, de cualquier cosa. Planeó ser guía de pesca en Río Lagartos, pero no pudo hacerlo porque llegó la pandemia. 

 —Lo que me enamoró del avistamiento de aves fue compartir el conocimiento que vas aprendiendo, pero también salir al monte, caminar, sentir los elementos, el sudor, que te piquen los moscos, un cambio de realidad del concreto.

Allison Rusell nació en Carolina del Norte y se mudó a Mérida en el 2019. Como extranjera, ir a las pajareadas le ha permitido conocer personas y entender la tierra de Yucatán de maneras que no son las turísticas. Le ha permitido reconectar con una parte que era importante para ella en la infancia. 

Los primeros registros de la observación de aves datan de 1901, es una afición antigua que hoy en día congrega a expertos y aficionados en competencias como el Rally Challenge Birding de Perú o el Big Day en Estados Unidos y Costa Rica. Por ser un hobby con un público concreto, Arturo pensó que Colectivo Cardenales sería llamativo únicamente para quienes ya conocían la actividad, tenían binoculares y conocimiento de aves. Se sorprendió cuando, en los primeros recorridos, llegaron personas que no sabían nada del tema. Aunque también llegan personas que son observadoras profesionales y comparten sus experiencias. 

—Hay gente que quiere aprender y es como presentarles un nuevo hobby. Personas que llegaron en las primeras salidas y se enamoraron del avistamiento de aves siguen yendo o seguimos conectadas, dice Arto.

Salud mental y naturaleza

Durante la pandemia, Arturo estaba pasando momentos complicados que se sumaban a la crisis de salud que atravesaba todo el mundo. No tenía dinero para ir a terapia y el encierro le afectaba. Comenzó a salir a su techo para observar las aves y esa tarea diaria se convirtió en una forma de terapia.

Tiempo después, tanto Arturo y Allison se informaron más sobre la observación de aves y descubrieron que de hecho forma parte de un método de terapia de naturaleza para tratar varios padecimientos. Incluso hay instituciones médicas certificadas que recomiendan no solo el avistamiento de aves, sino varios tipos de actividades en la naturaleza. 

—Yo quería compartir cómo me hizo sentir la observación de aves, me hizo sentir lleno por primera vez en mi vida. Pensé que si me estaba haciendo bien a mí, me gustaría compartirlo con otras personas para que lo conozcan y experimenten

El resultado fue que personas que acudieron a un recorrido con elles, comenzaron a pajarear desde su casa y a mandar fotos de los pájaros que ven. El terapeuta de Arturo comenzó a recomendar a Colectivo Cardenales a sus pacientes y se formó un círculo de bienestar emocional alrededor de las pajareadas. 

Slow-birding o pajarear despacito

Una de las categorías de la observación de aves es el slow-birding que se traduce como pajarear lento. A diferencia de la observación tradicional donde las personas caminan para encontrar a las aves, incluso las fotografían y hacen anotaciones, en el slow-birding la idea es sentarse y dejar que la persona entre en un estado inmersivo con la naturaleza. Recalcan que la misma palabra Pajarear, en español, tiene un sentido de contemplación. 

De acuerdo con Allison y Arturo, el slow-birding es sentarte bajo una sombra o en la piedra del monte y, al estar quiete, las aves detectan menos movimiento y es más probable que se acerquen. No tienes que identificar las especies, ni anotar información o registrar nada, simplemente pasar tiempo de comunión con la naturaleza. 

Nos encanta hacer slow-birding en el Colectivo porque le quita la expectativa de competencia a pajarear. No tienes que llegar a una meta ni recordar nombres, es estar ahí y darse el tiempo para entender ese espacio en comunidad, dice Allison.

Los mejores lugares para pajarear en Yucatán

De las 1060 especies de ave en México, el 84% habitan o pasan por la Península de Yucatán. Su ubicación hace de la península un punto lleno de riqueza y accesibilidad para las aves migratorias, además de ser un lugar privilegiado de aves endémicas.  A pesar de eso, hay pocos grupos para observar aves urbanas y las autoridades tienen muy poco conocimiento en temas de preservación.

Las aves también están amenazadas por la deforestación de la ganadería, el tráfico de especies y la falta de información entre la población.  

En mayo de 2020, vecinos de Francisco de Montejo “adoptaron” a un tucán que comenzó a ser visto en zonas residenciales de Mérida. Cuando comenzó a aparecer, llamó la atención porque no es un ave común en los espacios urbanos y la gente le daba agua, fruta (algo que aprovechaban otras aves) le tomaba fotos e incluso algunes le pusieron nombre. Poco después, fue el ave fue asesinada con una escopeta de perdigones por Dzityá. 

 —Hay un profundo desconocimiento hacia las aves. Las autoridades no saben cómo protegerlas, hay un sinfín de cosas que estamos haciendo mal para protegerlas: trampear para venderlas. La policía puede estar a unos metros de un traficante de aves y no hacen nada. 

¿Qué sigue para Cardenales?

Allison y Arturo quieren continuar haciendo pajareadas para llegar a más personas y hacer cada vez más accesibles los recorridos. Ahora tienen en miras adecuaciones para que personas con discapacidad también puedan unirse con mayor comodidad. Desean que la gente experimente la observación de aves como algo que pueden hacer elles mismes desde sus casas y que cada vez haya más grupos de avistamientos. 

 —Pajarear es un acto revolucionario, creas una comunidad consciente de lo que tiene a su alrededor. Te hace consciente de que hay aves cerca de ti y es un filtro que puedes activar.

Recientemente, lanzaron una guía desplegable de las aves más comunes en Mérida y un poster informativo sobre el tema. Puedes apoyar su trabajo y al mismo tiempo involucrarte en el mundo del avistamiento de aves a través de su canal de Instagram: