Claves para entender la Esperanza de Sitilpech

Por Katia Rejón

Hace tres años, los pobladores de Sitilpech, una comisaría de Izamal en Yucatán, comenzaron a notar la contaminación del agua con la que cocinan, se bañan y cultivan. En Sitilpech hay más cerdos que personas: El olor, proveniente de los más de 40 mil cerdos de una mega granja cerca de sus casas, es insoportable desde que empieza el día.

En entrevista con Memorias de Nómada, uno de los pobladores,  que prefirió no decir su nombre, contó que hay personas que sacan agua del pozo de manera artesanal como solían hacerlo siempre y eso les provoca daños en la piel y a los niños, infecciones intestinales.

Nosotros les decimos a los niños que no tomen agua de la manguera pero están jugando y si nos descuidamos, la toman. Mis nietos se han enfermado. Hay moscos, el olor pestilente a estas horas, a las seis de la mañana, viene el aire de Oriente y nos llega al pueblo también. Nos afecta mucho. A los cultivos también y en poco tiempo nos va a perjudicar las abejas y el ganado. Es lo que no queremos.

Desde entonces se han organizado para exigir legalmente el cierre de esa mega granja porcícola que es una parcela de Kekén, una de las empresas más contaminantes del agua en el estado.

En mayo, los pobladores irrumpieron en la inauguración del Expo Foro Ambiental que se realizó en el centro de convenciones Siglo XXI por parte del Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, y una de las patrocinadoras de este evento que simulaba ser ecológico era precisamente Kekén. Indignados por el cinismo de las autoridades y la empresa, llevaron mantas y el agua contaminada de su pueblo en botellas de plástico.

Meses después, acompañados por la organización Kanan Derechos Humanos, Greenpeace y la Fundación para el Debido Proceso (DPLF) fueron a la Ciudad de México para entregarle una carta técnica y las 700 firmas de los pobladores a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con un mensaje claro: los 40 mil cerdos de la empresa Kekén están afectando la salud del pueblo.

Janet Medina, abogada de Kanan Derechos Humanos y quien está llevando el caso de Sitilpech, explicó que la granja presentó una queja contra el amparo de los pobladores. Su intención era llevar esa queja a la Suprema Corte de Justicia de la Nación precisamente porque en Yucatán los colegiados, que son quienes analizan las quejas, suelen dar la razón a las empresas.

Aunque han recibido acompañamiento legal por parte de activistas y organizaciones, no han tenido el respaldo de las autoridades municipales, estatales o nacionales. Son 30 personas organizadas contra la empresa que se describe como “líder en producción de carne de cerdo en México”.

Con todo, lograron la suspensión temporal de las actividades de la granja y el regreso del aire sin peste en su comunidad. Pero el proceso no ha terminado e instituciones como la Comisión Nacional del Agua (Conagua) parecen respaldar más a la empresa de cerdos que a la comunidad.

La demanda de los pobladores sigue activa y se ganó porque la granja no tenía los permisos para operar. La misma Conagua determinó que la granja no tenía permisos para la carga y descarga de agua, pero ahora resulta que la Conagua le otorgó esos permisos y ahora la suspensión está en peligro.

Hoy la preocupación es que la Conagua le dejó fácil el camino a la empresa porque le dio nuevos permisos a la granja a pesar de que tenía un estudio en el que comprobó que el agua sí estaba contaminada. Ahora el juez tiene toda la facilidad para decir que no hay razón para que la suspensión continúe, dijo la abogada.

A pesar de que la Semarnat niega que se otorgaron esos nuevos permisos, Kanan Derechos Humanos aclaró que la empresa cambió su razón social y duplicó su capacidad de producción al pasar de microindustrial a industrial para poder solicitar los permisos con un nuevo nombre. Algo que es contrario a los derechos humanos, el medioambiente y el agua.

El 4 de octubre pasado los pobladores de Sitilpech fueron al Poder Judicial de la Federación a pedirle al Juez que resuelva a su favor. En estos días se conocerá la resolución. La esperanza de Sitilpech es que los escuche.

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