Archivar es resistir: Les guardianes de las memorias culinarias en Sotuta

Por Lilia Balam

Fotos Katia Rejón

Históricamente, Yucatán ha sufrido el exterminio de su memoria y patrimonio documental: desde la quema de códices mayas con actos como el auto de fe de Maní, realizado durante la Colonia; hasta la imposición de prácticas con el objetivo de «homogeneizar» los diferentes usos y costumbres de la región.

De acuerdo con Olín Moctezuma Burns, estudiante de doctorado en Historia y Filosofía de la ciencia, en los últimos siglos se ha destruido y extraído continuamente el patrimonio natural y cultural de Yucatán. Dichos procesos han ido de la mano con «esfuerzos por desempoderar a los habitantes, quitarles sus tierras y subyugarlos socioeconómica y culturalmente, así como reducir el conocimiento necesario para ser autosuficientes».

A todo eso, «se suma la pérdida del conocimiento local relacionada con la soberanía alimentaria y los procesos socioculturales que la rodea, debido a la migración y la presión por la modernización».

La inquietud ante este «memoricidio» generó diversos esfuerzos por preservar las memorias y saberes en el municipio de Sotuta, y con ello surgió un proyecto para resguardar una parte vital de la comunidad: la comida. Y en toda la extensión de la palabra, pues no solamente se limita a archivar recetas propias del municipio, sino que documenta todos los caminos para la obtención y aprovechamiento de los alimentos, desde su origen en las milpas y los montes, hasta llegar a las mesas.

El proyecto nombrado Archivar viviendo Sotuta inició a finales de octubre del 2022, facilitado por Olín, Daniela Marian Mussali Meza y Cristian Torres Gutiérrez. Consiste en la creación de un repositorio o archivo de imágenes, audios, textos, vídeos, bordados y demás objetos, recolectados por 12 habitantes de la comunidad, en torno a la producción de los alimentos y la comida.

—Creemos que es importante retomar y valorar diferentes cosas que se han perdido a lo largo del tiempo en la comunidad, saberes y conocimientos tradicionales que muchas veces son pasados de generación en generación, pero a la larga, pierden valor, dependiendo de haciendo dónde va dirigido el «desarrollo», explicó en entrevista Samuel Gibrán Aguilar Montejo, un joven de 23 años oriundo de Sotuta.

Él colabora en el proyecto tomando fotografías y videos del trabajo de los campesinos de la comunidad en la milpa. Capturando imágenes, ha detectado que se han perdido conocimientos importantes de herbolaria y cuidado del medioambiente, debido principalmente a la migración de jóvenes hacia lugares con mayores oportunidades laborales.

—Estamos en un momento muy crítico en el cual se va perdiendo el conocimiento que la comunidad tiene acerca del cuidado de las plantas, de los cenotes, del conocimiento tradicional maya como la herbolaria, expresó Samuel.

Aunque se siente feliz por formar parte de un esfuerzo por resguardar las memorias y prácticas de su tierra, también experimenta decepción al notar que, poco a poco, algunas costumbres y saberes se quedan en el olvido. Sin embargo, combatir ese olvido es su principal motivación.

Archivar es resistir_Les guardianes de las memorias culinarias en Sotuta

—Mis abuelos son de campo, han aprendido de eso y me han compartido tantas cosas, que me parece triste ver que todo se pueda perder de un día para otro. Poder compartir con las nuevas generaciones lo que estamos aprendiendo día a día, me motiva, y me hace continuar en este tipo de proyectos, transmitió el joven.

Leydi Adelaida Hoil Pat, de 44 años, aprendió a capturar imágenes con su celular para captar todos los procesos de la rosa, tumba y quema en las milpas. Pero no se limita a ello: también entrevista a los campesinos para conocer sus técnicas de siembra o cosecha, y sus experiencias.

Las charlas y las observaciones la han llevado a confirmar algo que intuía: Que su comunidad está cambiando.

—Antes, la temporada de siembra era la temporada de lluvia. Ahorita la lluvia no es la misma, casi no está en el mismo mes de la siembra. Entonces mucha gente se desanima y no trabaja el campo, sostuvo.

También ha notado que el calor agobiante afecta las cosechas: Ya no se obtienen las mazorcas grandes y de buena calidad como antes. Atribuye todos los cambios climáticos a la contaminación que persiste alrededor de los montes de su tierra.

Sin embargo, no se deja vencer. También cree que archivar es resistir, y tiene el firme objetivo de recaudar tantas evidencias como pueda, para que las generaciones más jóvenes cuenten con esa información y no abandonen el campo. “Me siento feliz, y me gusta mucho transmitir lo que aprendo a otras personas”, reiteró.

Además de Leydi y Samuel, en el proyecto participan Argimira Jiménez Canché, quien registra el proceso de la cosecha del maíz y la vida en el solar con hilo contado; Aremi Ileana Chan Jiménez, que entreteje narrativas de las comidas, medicinas, tradiciones y juegos; Glendy Areli Tamar Campos, quien lleva un diario de su vida en la cocina, con su familia y en sus ventas; Cristina Chuc Caamal, que borda un diario de que lo que ve en Sotuta; Valentín Alejandro Dzul Jiménes, quien guarda registros de cenotes, cuevas, matas, animales y el mundo de las leyendas mayas; Arleni Guadalupe Yam Euan, que recolecta conocimiento de medicina casera.

También aportan Nayla Marily Canché Jiménez, haciendo investigación y entrevistas sobre las festividades y tradiciones del pueblo; Gina Maribel Catzín Chuc, llevando un registro escrito de las recetas tradicionales de Sotuta; Blanca Estela Gómez Cocom, grabando la vida en el solar; Miguel Jesús Pech Gómez, entrevistando a bordadoras de Sotuta y restaurando un mural que hizo en honor a ellas; y Karina Novelo Chuc, sistematizando los registros del grupo y estableciendo una folkonomia para organizarlos.

Actualmente, la información obtenida se comparte en el Centro de Transformación Cultiva, localizado en Sotuta. Ahí se hacen proyecciones, se resguardan algunas de las recetas y objetos como las muñecas bordadas. El plan es que todo lo recabado se encuentre en Facebook y Youtube para que cualquier persona con acceso a internet pueda consultarla y alguna exhibición permanente. También se podrá consultar en una computadora de la comunidad para quien no tenga acceso a plataformas en casa. Actualmente están trabajando en organizar la información recabada para hacerla accesible.  

 

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