Apropiación LGBT quedé

Por Yobaín Vázquez Bailón

Ilustración: Elo Draws

Mucho es el desconcierto que provoca la expresión “quedé”, sobre todo cuando no existen elementos suficientes para entenderlo y mucho menos para utilizarlo. El elemento principal, en este caso, es pertenecer a la comunidad gay, específicamente; y por extensión, a las demás siglas de la diversidad sexual.

 

Lo primero que dicen los no iniciados cuando escuchan el quedé (out of context), es preguntar: ¿quedaste cómo? Una sola palabra disloca la heterosexualidad rampante. Es una de esas pocas expresiones a las que no les hace falta agregar nada, se sobreentiende: quedé asombrado, quedé sorprendido. Quedé. La simpleza de esto lo hace absurdamente divertido.

De acuerdo con la cuenta de Twitter @Lagrupaoficial, esta palabrita “viene de grupos en Facebook (Secta Pop), al principio era una forma para referirse a la muerte de Whitney Houston o alguna otra celebridad fallecida”. De allí se consolidó para hacer referencia a los fracasos o críticas de otras estrellas pop y finalmente, dio su salto confrontativo cuando “se empezó a utilizar para parafrasear frases incoherentes o argumentos sin sentido”, por ejemplo: el matrimonio es hombre y mujer solamente quedé.

Los heterosexuales piden explicaciones. Como niños que ven a un grupito divertirse con un chiste local, quieren integrarse y aplicarlo a sus terrenos de estricto lenguaje buga. No es la primera vez que hacen esta gatada, el “¡Eso mamona!”, iniciado en los submundos de la escena drag, se popularizó hasta la saciedad. Hoy en día, hasta un panista lo puede usar con sus amigos y parejas.

Por eso existe el recelo a revelar la jerga gay a los que solo practican el sexo entre personas de distinto género. Hay una especie de sensación de robo a mano armada. No es que no se les quiera invitar al juego, es que se lo apropian, se adueñan de él. Lo peor y más alarmante: al hacer mainstream una palabra o una expresión salida de un grupo discriminado, posibilita que se comparta con un sinfín de homófobos y posibles agresores.

No mi ciela, por muy inocente que parezca usar el “quedé” en tus comentarios de Facebook y Twitter, tiene una connotación igual que usar indumentaria sagrada de pueblos indígenas sin serlo. Además de insensible con el grupo del que te apropias (sea un símbolo, una prenda, una palabra), corres el riesgo de quedar como ridículo, un boomer queriendo entender el significado de F. A güevo quieren participar, a sabiendas de que si un grupo crea sus propias formas de hablar y divertirse, es porque se les ha excluido por estas mismas personas que de pronto se les hace chido jotear.

Algunos harán la defensa del hetero: es una buena señal de que se acerquen a las expresiones homosexuales, empatizan con lo queer, deconstruyen su masculinidad tóxica. Bueno, quieren que se les aplauda, porque un macho de hace 10 años jamás cantaría una canción popularizada en antros geis como la Tusa o Tu sicaria.

Pero este es el problema: es más fácil usar una expresión chistosa que comprometerse con la causa LGBT. Muy bonita tu apropiación del quedé, Esperancita, pero ¿atajas los discursos de odio entre sus amigos y familiares? ¿Ya suprimiste de tu vocabulario la palabra “puto”? ¿Al menos te replanteas algunos de tus privilegios? ¿Ya dejaste de consumir a los comediantes y estanduperos que todavía hacen chistes de “jotitos”? Como decía alguien en Twitter, ¿respetan los pronombres de las personas trans y no binarias?

Nadie les va a impedir que sigan usando expresiones joteras, ni hay una fiscalía LGBT que expida identificaciones para heteros aliados. Si algo hace la comunidad LGBT es reinventarse y cada tanto propone nuevas y numerosas formas de rebelarse verbalmente. Quédense con el quedé, de todos modos caería en desuso aún cuando no se lo hubieran apropiado, porque ese es el ciclo del lenguaje: palabras van y vienen, lo importante es que sus hablantes no se queden estáticos solo porque alguien les arrebató una expresión.

Y no es reclamo para las mujeres, son parte integrante y en su mayoría aliadas del movimiento LGBT, tienen pase libre. Se le señala a los hombres cis heterosexuales y con el agravante si son blancos y ricos. Porque al usar el “quedé” —con solo eso— invisibilizan a una población históricamente marginada. ¿No estaré exagerando? Para que se entienda mejor: no se unen al tren del mame, se vuelven protagonistas, porque al tener la aprobación hetero olvidan que su origen provino de la disidencia sexual.

Mientras no exista igualdad entre heterosexuales y la población sexo diversa, mientras todavía asesinen a personas por su orientación sexual o identidad de género, mientras no haya un equilibrio de representación en medios ni de oportunidad en puestos de cargos públicos; usar una palabra, un chiste, un gesto, una imagen, una canción de, por y para los miembros de la comunidad LGBT, será siempre insulting and unaseptabol y otra declaración de predominio heteropatriarcal.

Por eso el exhorto: denle al buga lo que es del buga, y al joto lo que es del joto.

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