15 razones para ver una película de los hermanos Coen

Los hermanos Coen, Joel David Coen e Ethan Jesse Coen, son cineastas de Minnesota que hacen películas independientes con una estructura muy diferente a la mayoría de los filmes. Su última producción “A propósito de Llewyn Davis” que se estrenó en México el 24 de este mes, da pie a recomendar ver cualquier película de ellos. Así que si todavía no decides si verla o no, aquí propongo 15 razones para ver una película de los hermanos Coen.

1. Su película favorita es Finian’s rainbow (1968) un musical de Francis Ford , lo que nos da una idea de lo raros que pueden ser. Ellos mismos han afirmado que cuando confiesan su adoración por este filme, son vistos como perturbados mentales.

2. Un guión de los Coen no se escribe una vez que se tiene la idea condensada, sino que ésta surge a partir de la primera escena y el resto prácticamente fluye. Comienzan algo que no saben cómo terminará. Esto explica lo poco predecible que son sus películas. ¿Alguien se imaginaba un final para A serious man?

3. No aceptan guiones de nadie más, ni que alguien cambie su idea una vez elegida, si se trata de una de sus películas; para los guiones de otros, no se preocupan en cambiarle lo que el cliente pida, pero no dirigirían una película que no haya sido escrita por ellos.

4. Aconsejan a sus actores imaginarse la escena 5 minutos antes y 5 minutos después para que improvisen y salga más natural, han dicho que a veces los guiones improvisados resultan mejores.

5. Han dirigido películas de cine negro como el Hombre que nunca estuvo ahí. De hecho tienen la capacidad de saltar de un musical a una comedia negra, thriller, etcétera, sin perder el estilo que los caracteriza.

6. Su primera película fue cuando Ethan tenía 11 años, en un aeropuerto de Minneapolis donde filmaron con una Súper-8 a la diplomacia itinerante, titulada “Henry Kissinger, Man on the go”, han dicho que no es muy diferente a lo que hacen ahora.

7. Los personajes son excéntricos, las situaciones de comedia absurda, hacen retratos satíricos de Norteamérica y de algunos estereotipos.

8. Sus historias muchas veces son adaptaciones contemporáneas de historias ya conocidas, como El hombre que nunca estuvo allí, el cual tiene referencias del libro El extranjero de Albert Camus; y O Brother! es una versión de La Odisea de Homero. A la pregunta de cómo trabajan juntos, responden: “Uno se sienta en la computadora y el otro sostiene abierto el libro que adaptamos. Por eso tenemos que ser dos”.

9. Mientras las películas comunes tienen a personajes superdotados o héroes urbanos como protagonistas, los hermanos Coen retratan la vida de perdedores, gente común y corriente, o que simplemente tiene cualidades ajenas a personajes como Tony Stark, y tampoco telenoveleros como un desdichado con un final feliz.

10. Siempre hay un poco de comedia, por muy negra que sea, muerte y violencia a veces absurda (en el mejor de los sentidos).

11. Han trabajado varias veces con Sam Raim. Joel Coen fue asistente para el montaje de The Evil Dead en 1981, su película Crimewave fue dirijida por Raimi y también ayudó a escribir El Gran Salto.

12. Estos hermanos están muy coordinados, en entrevistas uno termina la oración del otro y actores que han trabajado con ellos dicen que reciben las mismas direcciones  o respuestas a sus dudas, de cualquiera de los dos.

13. Se mueven mejor en cintas de bajo presupuesto. Su primera película de Alto presupuesto “El gran salto” fue un fracaso comercial, después de eso hicieron dos películas de bajo presupuesto “Fargo” y el “Gran Lebowski” que además de tener éxito, se convirtieron en películas de culto del  cine independiente.

14. A pesar de las críticas y de ser un cine independiente que compite con el monstruo Hollywood, han recibido dos nominaciones al Óscar en las categorías de Mejor Fotografía y Mejor Mezcla de Sonido sólo en su nueva película “A propósito de Llewyn Davis”. Y anteriormente, ganaron el Gran Premio del jurado en Cannes y el Oscar en tres ocasiones, una de ellas al mejor director.

15. Sus películas son más realistas en cierto sentido. Retratan un pedazo de vida y no la estructuran en inicio, desarrollo y final, la dialéctica de estas partes es impredecible como en la vida real.

El pilón: Y lo mejor de todo es que nunca intentan dar una justificación filosófica a su estilo, lo hacen porque les gusta y punto.

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