Mérida en la historia: una mirada joven y antielitista del pasado

Por Logan Johnson

Fotos de Kelly Gómez

El proyecto de Mérida en la Historia es un referente en la ciudad por el trabajo de recopilación de datos, anécdotas y fotografías que hablan tanto de la cotidianidad como de los hechos más relevantes que sucedieron en esta ciudad. La página de Facebook es el principal difusor de esta iniciativa que siguen 167 mil personas. 

¿Qué resulta tan atractivo de los archivos y la memoria? ¿Qué tiene la página que le ha hecho conectar con les usuaries de forma masiva? 

Sergio Ceballos Castillo estaba estudiando contaduría en febrero de 2013 cuando tuvo la idea de hacer una página de Facebook. Todavía no era común el trabajo de Community Manager pero Sergio había hecho páginas del tipo “Hazte fan” cuando el internet era monte.

—Empecé a publicar de las cosas que iba leyendo como un aficionado a la historia. No sabía diferenciar el manejo de las fuentes, hacer anlisis historiográfico, citar correctamente, etcétera. Gracias a la tecnología y a la biblioteca virtual de Yucatán, que es una herramienta que todos deberían conocer, es mucho más fácil acceder a documentos antiguos desde tu casa.

Sergio no quería esconderse en el pretexto de “soy aficionado, no estudié historia y por eso no se me puede exigir veracidad”, así que decidió estudiarlo de manera profesional. Desde el principio, quería que las personas compartieran sus memorias y supieran que existen espacios como la biblioteca, museos, archivos que documentaban la historia colectiva

—De nada sirve que seamos los cuatro o cinco interesados de siempre. Creo que, en general, las políticas de cultura no están enfocadas para acercarse a los que más alejados están de este tipo de instituciones. Todavía me sorprende que haya gente que me pregunta dónde está el Museo de la Ciudad. 

No es necesario— explica— conocer de fondo la museografía o hacer análisis profundos para conectar con esas actividades y espacios sino acercar información como que la entrada al museo es gratis los domingos. 

—Las instituciones no han sabido llevar ese mensaje a un público más amplio que los diez intelectuales que están en todos los eventos. En este país es casi un lujo ir a un museo gratuito, donde una familia de cinco personas tiene que hacer un gasto de transporte público para llegar. ¿Cómo vamos a hacer una crítica a nuestros museos si nadie conoce nuestros museos? No funciona así. La democratización de esos lugares nos beneficia a todos, pero creo que no ha habido estrategias de comunicación encaminadas a eso.

—Creo que, en general, las políticas de cultura no están enfocadas para acercarse a los que más alejados están de este tipo de instituciones. Todavía me sorprende que haya gente que me pregunta dónde está el Museo de la Ciudad. 

La prueba de que a la gente sí le interesa la historia y los archivos está en la audiencia que sigue a Mérida en la historia. Al principio esperaba encontrar a otras personas aficionadas a conversar sobre la historia más allá de los libros, quería generar un diálogo. Eso es precisamente lo que pasa en sus publicaciones: las personas comentan, opinan, abonan información, comparten experiencias y lecturas, referencias que complementan ese documento histórico o le dan humanidad a una fotografía en blanco y negro.

—El escritor puede poner “Y Francisco de Montejo bajo de su nave espacial y conquistó a los mayas” y tú como lector, no puedes decir ni hacer nada. En cambio, para bien o para mal, en las redes sociales sí hay un diálogo y hay quien te comenta directamente con algo interesante y profundo o te hace una crítica interesante y profunda y algo que puede haber estado mal o que puede dar otra interpretación, que puede estar basada en argumentos sólidos, porque aquí todo es cuestionable también

En ese diálogo también se encuentra la crítica, que ha sido uno de los principales motores, sino es que el más importante para el crecimiento de la página y la profesionalización del contenido.  

—El diálogo a veces puede ser molesto y no digo que no te lleve a dudar a ti mismo, pero está bien que alguien me diga “no, eso no es así”, porque también me estoy exponiendo de esa forma. Estoy en constante crítica, diariamente.

Saber del pasado, mantiene a Sergio con claridad sobre su presente. Lanza frases como “No hay nada que pueda ser incuestionable” o “La historia no está escrita en piedra como para que sea inamovible”.  Habla sobre las interpretaciones que faltan sobre la historia escrita y reescrita, tanto como de las revisitaciones sostenidas erróneamente con un análisis “criticón en vez de crítico”.

Mientras él abraza la crítica constructiva y rechaza la destructiva, también se hace muchas cuestiones tanto para dentro como por fuera, pues considera que en la medida en que entendamos el pasado podemos dar una visión crítica del presente.  

—A mí siempre me llena de curiosidad cuando las autoridades dicen “Yucatán es una tierra con mucha historia”. ¿Qué están intentando decir con eso? ¿Mucha historia en qué sentido?

Aunque es una labor de siglos, Sergio es la única persona que maneja Mérida en la historia, pues no ha encontrado alguien en la misma sintonía respecto al tema. La inversión de tiempo y dinero para el proyecto es poca pero constante.

—Si hoy me levanto y leo que en el kilómetro 32 de la carretera Umán hay algo por fotografíar, en unas horas me invento cómo llegar ahí, porque no me va a dejar de perforar la cabeza. Hace cinco años intenté hacer colaboraciones pero no funcionó. Si estoy solo, soy un kamikaze, es mi responsabilidad, no le doy cuentas a nadie y nadie me da cuentas. A diferencia de lo que pasaba anteriormente, que para emerger en este medio, tenías que tocar puertas, ir al Diario de Yucatán o al Por Esto y pedir que te publiquen. Yo no hice eso. Y no tengo un colchón grupal o un grupo de apoyo que me haga sentir parte de nada, que aunque es una desventaja, me da esa libertad. 

El trabajo en solitario es parte de su personalidad, pues en la vida en general nunca ha sentido la pertenencia en ningún sitio y ha tenido que inventarse su propio lugar. Para resumirlo, cita esa canción de Abba, That’s me, la que dice: It’s lonely to be free (es solitario ser libre). Por el contrario, pertenecer a un círculo tan cerrado como los círculos culturales que hay en Mérida puede ser respetable y prestigioso, pero con mucha menos libertad de hacer o decir cosas diferentes.

Para Sergio el secreto está en tener pasión y un interés genuino en lo que trabajas. Le molesta cuando alguien habla de historia cuando es evidente que no le interesa. Su trabajo en Mérida en la Historia es un círculo que se expande constantemente buscando encontrarse o identificarse con la historia de Mérida, pertenecer.

—Me llegan muchos mensajes de personas preguntando “¿Tienes una foto de la puerta de mi casa de 1945 con mi abuelo sentado en una silla junto a su perro?” o algo similar, en la misma tónica. Es buscar una aguja en un pajar, aun si con el tiempo desarrollas técnicas con la experiencia para facilitar esa búsqueda.

Al revisar la página de Mérida en la Historia, es evidente que hay publicaciones de todo tipo de historia sobre la ciudad. Y aunque esto pueda generar una idea preconcebida, también destaca la presencia de eventos contemporáneos en la página. Una favorita personal para este redactor, que se dio antes del cierre de esta edición, fue en la que se presenta la despedida al Cine Rex, cuya clausura fue el 31 de marzo de este año, con la proyección de ¡Shazam! La furia de los dioses. El complejo carga con un legado desde su inauguración, al final de la década de los 40 y cuya esencia se mantuvo a pesar de los cambios de dueño hasta su final, siendo parte de la cadena Cinemex.

Ver el desenlace de un espacio que fue ícono cultural e histórico de la ciudad desató la duda de qué perspectivas de la historia nos faltan por conocer, ya sea porque no están documentadas o porque el acceso a ellas es difícil. 

—Admiro mucho cuando los historiadores son capaces de encontrar, por ejemplo, el lugar de las personas afrodescendientes o de las personas con discapacidad, porque usualmente esos grupos no estaban dentro del espectro de lo que se escribe. No es como que puedas encontrarlos a grandes rasgos, sino que tienes que leer entre líneas porque ahí estaban: las trabajadoras sexuales, los homosexuales, las mujeres. Todos estaban ahí, pero la documentación los obviaba o los ponía en un punto y aparte. Esas interpretaciones son las que falta ahondar. 

Por ejemplo, aunque hay muchos investigadores yucatecos que han abordado las raíces afrodescendientes de la ciudad, todavía hay gente que dice que en Yucatán no ha habido población negra. Los primeros registros datan del siglo XVI y el racismo borró su presencia histórica. 

De las Haciendas a las inmobiliarias, la historia de las élites

Desafortunadamente, no solo los archivos históricos han recortado parte de la memoria meridana, también el registro actual y el patrimonio edificado: pareciera que solo las élites tienen historia. 

—Lo vemos en Paseo de Montejo y en Paseo de las Haciendas: es una cuestión de élites. Las élites construyeron, conservaron y siguen sacando provecho. Hay que mirar el patrimonio con esta conciencia y no abonar al discurso turístico de las haciendas que es “Mira, qué maravilla, aquí explotaron gente”. Las haciendas tienen que conservarse porque son testigo de la lucha de clases. 

La historia también se adorna para servirle al sistema capitalista, y Sergio opina que precisamente eso hace que las autoridades ensalcen a las haciendas pasando por alto que fueron parte de un sistema de explotación, al mismo tiempo que en pleno 2023 sigan construyéndose palacios cimentados en la explotación. 

—Creo que el cáncer de nuestra sociedad hoy está delineado por las inmobiliarias y lo que han hecho con la vivienda de nuestra generación que cada vez es menos accesible. Creo que no hay historia de la planeación urbana, hay historia de la especulación inmobiliaria que ha llevado al crecimiento de la ciudad, atendiendo al interés económico desde hace 120 años. El principio del problema son los capitales que están invirtiendo en eso y el poder político que no les está poniendo un alto, porque también tiene un gran interés en esta cuestión. Un interés que no creo que sea gratuito.

El futuro de Mérida en la Historia

Mérida en la Historia ha estado muy presente en las discusiones, pláticas y eventos sobre el patrimonio cultural e histórico de la ciudad. Cuando lo invitaron a la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) en el 2017, Sergio se sintió muy agradecido y nervioso por el interés de las personas hacia su proyecto. 

Lo que sigue para Sergio es terminar la licenciatura en historia y presentar su investigación, seguir generando contenido, poner los ojos de la discusión mainstream en los temas que le interesan. 

—A veces me dicen que hay cosas más importantes pero estoy defendiendo mi tema, como son válidos muchísimos temas. Todas las luchas son válidas. Yo sigo luchando por estos espacios como las bibliotecas, los archivos y darle visibilidad. Hay que seguir difundiendo, seguir abriendo interpretaciones desde un amplio alcance. A diferencia del 99.9% de los medios de comunicación de Yucatán, no tengo detrás de mí a ningún poder de ningún tipo que me patrocine o me diga que decir o qué no decir. Creo que necesitamos voces que hablen desde la libertad para criticar, para cuestionar a las autoridades y la historia, siempre. 

Pueden seguir a Mérida en la Historia a través de su página oficial en Facebook y en Instagram como @meridaenlahistoria.

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