El cine es una manera de desnudar y conocerte a ti mismo: Andrés Lugo

Por Josué Tello Torres

Andrés Lugo (Guanajuato, 1987) es un cineasta que recientemente ganó en Estados Unidos el Daytime Emmy Award en la categoría Mejor Programa de entretenimiento en español, por la emisión televisiva: Carlos Santana. Este galardón se suma al obtenido en 2015, cuando fue merecedor de un Lone Star Emmy Award en la misma categoría por: Close Up Deepak Chopra. Sin embargo, antes de esos reconocimientos, dirigió once cortometrajes en México y fue co-fundador de Cine Colectivo Guanajuato.

Andrés, es amante del cine que produce Darren Aronofsky, Wong Kar-Wai y Alejandro González Iñárritu, y en esta conversación nos platica sobre los retos del cine en México, las producciones que realizan jóvenes en Guanajuato y sus orígenes en el séptimo arte.

¿Cuándo te das cuenta de que quieres ser cineasta?

Nunca he tenido una sola formación en las artes. Comencé con la música, luego probé con el teatro. Llegué a ambas durante la preparatoria, una etapa muy difícil para los adolescentes; llena de máscaras para quedar bien con todos y dificultad para que los adultos te entiendan. A estos acontecimientos se sumó, que a mitad de la preparatoria, mi mamá me dijo: sabes qué hijo, necesitas ponerte a trabajar. Esto por problemas económicos. Conseguí empleo en McDonald’s, ahí me pasó una experiencia, ahora la veo chistosa: se me cayó salsa en la cara, y dije: no, esto no es para mí, yo no soy para esto; así que probé de mesero en un restaurante de la ciudad. Ahorré un poco de dinero y me puse a estudiar inglés y teatro.

En este trance me comenzó a interesar el cine. Pero fue en la universidad, durante la realización de un cortometraje como tarea, cuando conocí personas con intereses en común, que me llevaron hacia otro mundo. Fue en ese momento cuando comprendí que el cine era una manera de desnudarte, de recuperarte de las tristezas, conocerte a ti mismo.

Al no estudiar en una escuela de cine, ¿A qué te enfrentaste para lograr una formación en este arte?

Al no existir una escuela de cine en Guanajuato, el siguiente paso fue formarse de manera autodidacta. Busqué cursos, talleres, diplomados; y aprender todo lo que en la carrera [Ciencias de la Comunicación] me enseñaban sobre el cine. Mientras aprendía y conocía sobre el séptimo arte, apareció una publicación en Facebook criticando lo que acontecía en el ámbito cultural en la ciudad. Lo tomamos a crítica constructiva. De repente, propongo que nos reuniéramos en Contra Punto [una cafetería]. Yo no conocía a nadie, solamente sugería la reunión con todos, eran casi 18 personas quienes estamos inconformes con la situación que vivía la ciudad.

Llegó el día de la reunión y con ello una lluvia de ideas, donde surgió una interesante: crear un proyecto de cine, así nació Cine Colectivo Guanajuato. Lo primero fue diseñar el laboratorio que tuvo como nombre: KinoRoom 48, una plataforma que usaríamos para hacer cortometrajes. Allí fue donde nació mi segundo cortometraje: Saved, seguir viviendo (2011). Este proyecto lo hice con un poco más de conocimiento, debido a mi formación autodidacta y métodos que compartimos los integrantes del laboratorio. Al año siguiente queda en la selección oficial del GIFF (Guanajuato International Film Festival), me emocioné muchísimo. Pero teníamos que dar vuelta a la página y seguir trabajando en cosas nuevas.

¿De qué manera les ha servido este colectivo para impulsar creaciones cinematográficas en Guanajuato?

Las relaciones que se crearon con este colectivo hicieron que pudiéramos viajar. Fuimos a Quebec y a Cuba para filmar en el mismo formato, igual en un laboratorio pero denominado KINO. KINO se define como cine en alemán y es un movimiento internacional que agrupa a más de cien laboratorios de cine, como el nuestro.

En los viajes aprendimos los diferentes modos de trabajar y de realizar proyectos cinematográficos, también a educarnos de manera autodidacta. Nos ayudó mucho compartir estudios de filmación con otras personas y comenzar a hacer otras tareas: labor de sonido, labor de edición, producción, dirección, etcétera.

A 5 años de la fundación de Cine Colectivo Guanajuato ¿Cuáles son los logros y el aporte para el cine en México?

Con esta red KINO conocimos a muchas personas; mismas que invitamos a Guanajuato para que impartieran talleres. Para lograr esto, en el colectivo cooperábamos para poder traerlos a la ciudad. Fue gracias a esto que se generó una mayor proyección y competencia para la elaboración de proyectos. Desde el 2011 hasta la fecha se han creado entre 60 y 70 cortometrajes. Muchos de ellos lograron ganar un reconocimiento a nivel local y nacional.

Estamos hablando de entre 14 a 16 producciones en promedio cada año, en el colectivo, ¿Cuáles son los retos en el cine en México, para que sus proyectos cinematográficos den el siguiente paso?

Principalmente la distribución, las plataformas, dar a conocer lo trabajos y gente que esté en las instancias gubernamentales muestre interés por los proyectos mexicanos. El talento está, las ganas y motivación se encuentran presentes en los jóvenes; hay equipo técnico, aunque a veces sea un poco caro, pero al final es lo de menos, ya que buscamos la manera de hacernos de equipo para trabajar.

También, veo que la gente que se encuentra en las instancias es un poco malinchista y prefiere optar por proyectos que tengan que ver producciones o postproducciones México-Americanas o de otros países, porque saben que ahí hay números. Este es uno de los principales factores que frenan al cine en México.

¿Fue por esta razón por el que decidiste ir a Estados Unidos?

Fue un momento para arriesgarme y conocer acá. Tenía cuatro meses de haber egresado de la facultad y platiqué con mis padres cuál debería ser el siguiente paso. Lo pensé antes de venir y surgieron cuestionamientos en mi mente: ¿Será difícil? ¿Me irá bien? ¿Estaré tomando la mejor decisión? Hasta que salí con mis maletas. Estaba presupuestado para un viaje de seis meses y terminé haciendo un año ocho meses en Estados Unidos. Tiempo para trabajar y ver la posibilidad de entrar en la industria del cine.

Pero al presentar proyectos y buscar trabajo se abrió la oportunidad como realizador televisivo. Me hice la pregunta de si era mejor continuar buscando ingresar al cine o tomar esta oportunidad en la televisión. Decidí por la televisión, porque también es una plataforma y no podía desperdiciarla para conocer la industria en Estados Unidos; y este trabajo me llevó a Nueva York y a otras ciudades.

Durante este periodo me fui descubriendo y conociendo. Viendo la manera de moverme y ver hacia dónde ir. Nunca había dejado el cordón umbilical. Comprendí que aquí el único que te defiende eres tú. Cuando estás solo y te caes no hay familiar que esté cerca para que te ayude a levantar. Pruebas tus límites.

Cuando pasaste del cine a la televisión, ¿Mantuviste o cambiaste la manera tu trabajar?

Era la primera vez que me acercaba a la televisión. Nunca pensé en abandonar el cine, y al estar trabajando para esta empresa no se modificaron mis modos de trabajar, ya que en la actualidad la televisión está tomando varios elementos, como narrativa y formatos cinematográficos. Como tal, no me alejé del cine.

El sistema es exigente, tienes que entregar los trabajos para ayer o para antier. Tienes que hacer rápida la edición, la animación, etcétera. Cuando te desarrollas y te relacionas con otras personas que están en la misma situación que uno, a veces te echan la mano y es así como vas haciendo lazos. Te recomiendan a personas que se encuentran en la industria y debes de aprovechar este apoyo. Gracias a esas recomendaciones te vas haciendo de un camino.

En México, estabilidad económica es uno de los mayores retos al que se enfrenta un joven que quiere ser cineasta es, a veces las pagas no son suficientes. Hay veces que haces un proyecto por el amor al arte, y aquí en Estados Unidos no sucede así, debido a que existe una retribución. En México necesitamos el apoyo, llámense instancias gubernamentales o de la iniciativa privada. Lo que sucede acá es inimaginable, ya que se consume constantemente lo visual; tienes más oportunidad de trabajar, ya sea de jala cables pero tienes la oportunidad de estar en un área.

¿Qué aprendiste sobre la televisión, que te ayudara para la producción de cortometrajes o largometrajes?

En este mismo periodo tuve altibajos en mi vida personal y pasó algo que aprecio muchísimo: la fotografía me encuentra. A partir de aquí escribo a través de las imágenes. Empiezo a educarme el ojo. Situación que me hace entender el valor de la imagen en la vida cotidiana.

Dejo la televisión por un periodo y regreso a México con mucha hambre de producir algo. Hablé con unos amigos y cuando me di cuenta ya tenía once producciones para trabajar. Lo que aprendí sobre la televisión y la fotografía lo compartí con las personas que asistieron al laboratorio; también traté de transmitirlo en los cortometrajes en los que colaboré.

¿Pasó por tu mente ganar el Lone Star Emmy Award y el Daytime Emmy Award?

Nuca lo pensé ni lo imaginé. Era el primer trabajo que hacía con la empresa. Pero me entregué al máximo, como siempre lo hago con las cosas que emocionan.

El primer proyecto en el que participé, el ganador del Lone Star Emmy Award, fue realizar el programa con Deepak Chopra. Cuando entré a la sala de edición me dije: tengo que hacer algo que esté a la altura de Deepak. Trabajé un mes, periodo en el que aprendía animación y otras herramientas. Para la televisión este tiempo es mucho, fue hasta que me dijeron que esto no es cine. Que debía de ser más rápido y no tardar tanto en hacerlo.

Cuando llegó el momento de presentar el material quedaron fascinados. Me pidieron la lista de canciones que utilicé para la producción para que las compraran, por los derechos de autor… ahí pegaron el grito. Esas 7 canciones costaban una millonada. Me regañaron y lo primero que se me vino a la cabeza fue: me van a despedir. Me explicaron cómo funcionan las cosas y yo les respondí que el proyecto valía la pena, incluso les dije que si se mantenía la propuesta hasta el final iba a ganar el Emmy. Fue tonto o estúpido decirle eso a los directores. Bueno, al final me ofrecieron quedarme con 3 canciones pero insistí para quedarme con 4 canciones. No me arrepiento de mi terquedad. Ganamos el premio.

¿Cómo llegas al proyecto de Carlos Santana?

Surgió la posibilidad de ir al Festival de Cannes. Me invitan en México para que yo fuera a representar Hombres de Barro (2013), pero había hecho un viaje recientemente y los directores me recomendaron no hacer uno de nuevo, para evitar problemas con la visa. Quería ir a Cannes, estaba motivado de ir… de repente llegó a mis manos el proyecto de Carlos Santana.

Comienzo a trabajar. Lo hago en menos tiempo, en comparación con el programa de Deepak Chopra. Entrego el trabajo, viajo a México y regreso a Miami. Termina mi relación laboral y a las tres semanas me dicen: está nominado a mejor programa de televisión. ¡Whaaat! fue lo primero que dije.

Es el resultado de amar el proyecto, creer en él, encariñarte… que lo que estés haciendo también te construya. Hacer todo lo posible para protegerlo y que salga lo mejor que se pueda.

No sé si ahorita pudiera desarrollar esos mismos proyectos como en ese entonces. Sobre todo porque en su momento me estaban sucediendo algunas cosas emocionales. Cada proyecto te encuentra, si te sientes apto para ello lo aceptas; si no es mejor dejarlo ir. Así llegué al cine, a la televisión y la fotografía. Solamente aspiro a aportar, con lo que produzca, de hacer de este mundo un poco mejor.

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