Por Yobaín Vázquez Bailón
Fotos de Katia Rejón
Dícese por ahí que el 3 de octubre se estrellará un meteorito contra la tierra. Antes de que eso ocurra, el pasado domingo 15 de septiembre ya impactó uno en Mérida: el Meteorito Festival, y volaron pelucas por el aire. Este es uno de esos eventos raros en la ciudad, creados para apoyar marcas locales pero también para divertirse en una fiesta de piscina. Su distintivo fue poner en el centro y celebrar la diversidad.
De acuerdo con el fotógrafo y organizador del eveno Juan Samuel la prioridad del Festival es crear comunidad y apoyarse entre todos, desde pequeños emprendedores hasta artistas de distintas ramas. Todo cabe en Meteorito sabiéndolo acomodar. Es por ello que conjugó tanto un bazar, de mano de Mercadita Latina, como presentaciones de djs, fotografías, drags y un par de talleres.
No es un Burning Man…
El Meteorito Festival no es un Burning Man, pero trata de ofrecer arte y música en un espacio de libertad y seguridad. Además es un escaparate para los vendedores de Mercada Latina. Este es un proyecto que inició en 2007 en la Ciudad de México de parte de La Mendoza. Ahora que ella está aquí, retomó el proyecto junto a Alejandro Doporto, quien ahora se encarga de la logística y reclutar marcas. En Mercada se puede encontrar básicamente lo mismo que en otros bazares: accesorios, joyería, playeras, serigrafía e ilustraciones originales. Sin embargo, Doporto señala por qué este bazar es único y especial:
— Mercada Latina se diferencia por tener en cuenta las necesidades de las marcas que van iniciando. No tienen el capital para invertir en una inscripción de otros mercados que van desde 400 o 600 como mínimo. Nosotros queremos mantener un precio justo. Lo que nosotros cobramos es por el espacio, por cuestiones técnicas y lo demás va para las marcas.
Además de eso, es imposible no distinguir la diferencia con otro tipo de bazares, cuando de pronto se ve llegar a Kimmy Bomba con la poco discreción que la caracteriza. Es una de las drags más famosas de Mérida, de la que se puede decir todo, menos que pasa desapercibida. Su labor como drag la ha llevado desde entretener borrachos hasta leerle cuentos a niños. Se pasea oronda por las mesas de los expositores, lo mismo que Barata, drag-modelo-reptiliana. Barata lleva un traje hecho con cosas recicladas, cinta adhesiva y bolsas de plástico: puro mugrero al que sabe dar valor estético. Observa joyería, pero dudo que sea para incorporarla a su personaje, no va con ella y sus materiales de Fantasías Miguelito. Y no lo digo yo, así lo expresa:
—Me gusta hacer cosas, literal, baratas, de 3 pesos. Esto es lo que me inspira, saber qué hacer con lo que tengo a mano.
En qué otro bazar se puede ver a drags o a un chico con una flor en la cabeza, o descamisados y gente en traje de baño paseando tranquilamente, incluso pavoneándose. ¿Alguna vez se sintieron así de a gusto en esos otros bazares donde te barren con la mirada? ¿O cuando van a un balneario? Aquí no solo se vino a exponer marcas, también se exponen cuerpos, la extravagancia, la mamonería si gustan, lo que quieran proyectar aunque queden como inventadas.
Kimmy Bomba sabe la importancia de Meteorito Festival para la escena drag:
—Aquí estamos dando mucha visibilidad. Siento que estos espacios nos permite demostrar cómo somos, para que sepa la gente que no solo estamos en un espacio de fiesta, sino que vamos a estar con la gente y nos puedan ver y conocer.
Mientras unos compraban en el bazar, o simulaban interés por comprar, y otros retozaban en las piscinas, había otras actividades por hacer. En los espacios verdes impartieron el taller de Paste Up Mérida no es blanca, donde las asistentes se veían muy concentradas recortando papel y coloreando. El otro taller fue el de Shibari, esa técnica oriental de realizar amarres (literales, no de brujería) en el cuerpo. También se podía ver la exposición fotográfica JOTXGRAFÍA: drag desde el ojo yucateco; con la participación de Juan Samuel, Memo Díaz Martín y Diego Olvera.
Los djs tuvieron una participación muy activa para levantar el evento. La alineación oficial no la tuvo ni Coachella: Aguita de Coco, Eminasty, Glen Cocco, Jorge Escoto, Habanero Papi, Hewsound, Nina Apocalipstick y La Mendoza Mami. No había otro requisito para bailar que estar en conformidad con tu cuerpo y con tus precarios pasos de baile. Nadie podía reclamarte: ey tú, qué me ves, qué me miras, qué me posas; porque cada quien estaba en su asunto. El respeto al baile ajeno es la paz.
Hablemos de drag
Es obvio el papel protagónico de las drags en Meteorito Festival. Poco a poco este tipo de manifestaciones artísticas va ganando terreno en espacios o eventos fuera de la escena underground y nocturna. Barata y Kimmy Bomba ya se han ganado el respeto y cariño del público, su presencia en las noches Vogue o en Fantasía salón las pone en el ojo público y son muy accesibles. Pero también estaba anunciada una tercera drag como hosting, Leandra Rose, la que sacaron del programa La Más Draga “por bonita”. Su popularidad ha incrementado a nivel nacional por su encanto, sus atuendos editoriales y el sentido del humor yucateco jodón.
Para ver a Leandra Rose hay que levantar la mirada. Es tan alta como sus zapatillas del quince se lo permiten. Llegó al Meteorito con un vestido tricolor que en el centro tenía una virgen de Guadalupe, ella vino en la más independienta. La acompañó su madre, quien la asistía en todo momento: le alisaba el vestido o le acomodaba piedras de fantasía en el maquillaje. En camerinos, Leandra se dio el chance de comer charritos.
Pero qué ganan las drags al asistir a un bazar y fiesta de piscina. Para Leandra está claro:
—Es muy importante conectarme con mi público, porque el público es el que me da todo. Viniendo a este tipo de eventos es donde se combina todas las personas que me siguen y las personas que apoyan mi trabajo. Es también conocer a más gente, llevar mi trabajo a diferentes personas. Hay gente que me quiere conocer de otras edades que no pueden entrar a un antro; entonces, viniendo a este tipo de lugares abre la puerta a otro tipo de público.
Si por algo las drags son requeridas es por su capacidad de atraer gente. Pero hay otros aspectos que están presentes más allá del entretenimiento y la diversión. La Mendoza es una de las más vocales al hablar de la función del drag para avanzar colectivamente:
—Hay distintas maneras de hacer drag. Algunas lo ven más político. Es un acto político desde que decides travestirte, exponer el cuerpo, salir a la calle y recibir miradas. El drag está dejando de ser solo como show.
Quién diría que el drag tiene alcances políticos. Pero es cierto, el solo hecho de ver a Kimmy Bomba abrir una sombrilla puede redefinir toda la concepción que algunos tienen sobre los roles de género. O apreciar a Barata es romper con los estereotipos de qué es lo bonito o lo desagradable en las manifestaciones artísticas. Drag es libertad, como sabiamente comenta Leandra Rose:
—Yo pienso que el drag es lo que tú quieras hacer. Creo que la gente se ha cerrado un poco a la idea de lo que es ser drag. En mi experiencia, me han dicho: es que estás bien bonita para ser drag. De eso se trata, de expresar: el drag no es un arte, es una expresión. Si quieres ser bonita, adelante; si quieres ser extravagante, adelante. Tenemos que aceptar los descubrimientos de nuevos estilos, nuevas formas de expresión que deben ser aceptados y apoyados por todas las personas que hacen drag. Como una comunidad tenemos que apoyarnos, echarnos la mano mutuamente.
Si las drags conmigo, quién contra mí
Estoy seguro que si cae el meteorito este 3 de octubre, las únicas que se van a salvar de la extinción son las drags. Su versatilidad y capacidad de adaptación las hace idóneas para la supervivencia. No se acaban ni con Baygon y cada vez hay más. Y si nosotros y nos vamos a morir, al menos que este meteorito no nos agarre confesados, sino en pleno Meteorito Festival, bailando o en la piscina, amarrados en Shibari o en compañía de nuestras drags locales. Si sobrevivimos a la catástrofe, este Festival debe regalarnos más tardes como esta.
