Un amor muy especial

Por Graciela Montalvo y Hugo Coop

El escritor y novelista francés, Alejandro Dumas (hijo) pronunció esta frase: “Debemos amar, no importa a quién, no importa cómo, mientras se ame”, la cual puede ser utilizada como trasfondo de la película italiana, escrita y dirigida por Francisco José Fernández Un amor muy especial (Ti voglio bene Eugenio) estrenada en 2002.

Cuenta la historia de Eugenio (Giancarlo Giannini), un hombre maduro con Síndrome de Down que invierte su tiempo trabajando como jardinero y es a su vez voluntario en el centro de traumatología de un hospital. Es ahí donde conoce a Laura (Chiara de Bonis) joven que resultó gravemente herida debido a un accidente de auto, y a quien ayuda en su proceso de rehabilitación. La historia adquiere intensidad cuando Elena (Giuliana de Sio), una vieja amiga de Eugenio de la cual estaba enamorado, regresa para confesarle un secreto.

Ganadora del premio del festival cinematográfico de Palm Springs 2002 y con una duración de 95 minutos, el filme es una muestra de los diferentes contrastes a los que un ser humano con ésta discapacidad se puede enfrentar: ya sea la imposibilidad de ser correspondido desde un plano sentimental o mostrarse auténticamente independiente y sobre todo, la capacidad de dar amor por encima de los estigmas impuestos por la sociedad.

Francisco José Fernández nos presenta al amor en el personaje de Eugenio: alguien capaz de expresar y recordar que el tiempo no afecta las emociones verdaderas, pues rompe con aquellas barreras interpuestas para evocar una promesa. Eugenio es un transmisor de emociones. El personaje permite al espectador contagiarse de la visión del director, quien da una menor perspectiva a las condiciones en la que nos desenvolvemos rutinariamente. El director pone enmarco la relevancia de aquellas personas que padecen este síndrome y nos asegura, con un toque cómico y dramático, que ellos pueden ser completamente productivos e independientes, como se muestra en la escena donde Eugenio cocina para Elena o cuando Eugenio pone en tela de juicio sus sentimientos y rechaza a Elena al no querer tener relaciones sexuales con ella mientras ésta se encuentra borracha.

Nadie se cuestiona que los seres humanos con este síndrome son capaces de elevar la dignificación humana, sin embargo es preciso señalar la importancia de esta disparidad de pensamiento. La película presenta una visión del colectivo con discapacidad y contribuye a recibir con empatía y percibir con admiración, cómo se puede expresar amor por encima de las circunstancias. A modo de ejemplo, el director elimina por completo las barreras que impiden una buena comunicación familiar, como la de Eugenio y su hermano mayor, incluso el conservar las memorias de una amistad del pasado, tal como se muestra en los flashback de la vida del protagonista.

Pese a ser una cinta poco difundida,la temática, la ambientación y la historia son la triada de un guión perfectamente entendible que tiene por esencia encaminar a las nuevas generaciones en la inclusión, donde todos los individuos son capaces de sentir y ser autosuficientes, basándose en el respeto hacia los demás, sin importar su condición social, racial, de género y salud.

Un amor muy especial nos invita a explorar más allá del cine hollywoodense para darle una bienvenida calurosa al cine independiente.

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