Por Katia Rejón
Nunca he logrado alzar la bocina del teléfono e improvisar un saludo como lo haría en la calle o en cualquier otro lugar. La diferencia abismal está en los ojos de la persona, la mirada, el sitio donde calculas si está en disposición o a la defensiva, de mal humor o con ganas de platicar. Por eso para hablar con Silvia Káter tengo que escribir en un pedazo de papel lo que le voy a decir letra por letra y cuidar de no salirme del guión porque comenzaría a tartamudear.
Del otro lado de la línea, su voz amable se distingue entre el ruido de lo que parece ser el tránsito. Ella no lo recuerda, pero hace apenas dos días nos vimos en el conversatorio del Festival de La Rendija. Quedé sentada detrás de ella y observó cómo me ponía un suéter. Tienes frío, dijo con una sonrisa.
Durante el conversatorio, habló de sus alumnos y de cómo los ha acercado al teatro y a la literatura, de llegar al público. Tampoco lo sabe pero fueron algunas de sus líneas las que me llevaron a comenzar esta serie de entrevistas sobre el público y la educación artística.
Hacer una ficha breve de Silvia Káter es un tanto imposible tomando en cuenta que lleva más de treinta años como actriz. Además es cantante, maestra, guionista de programas televisivos y ha adaptado obras de teatro en La Rendija. Cada año monta tres obras sólo para estudiantes de secundaria y preparatoria: Don Quijote Historias Andantes –que acaba de ganar el Premio Terry a Mejor Puesta en Escena en el III Festival del Monólogo Latinoamericano-, Nada humano nos es ajeno, y Molière por ella misma.
Cordialmente me dice por teléfono: “ándale, le hacemos así: tú me mandas las preguntas, yo te las contesto y si hace falta profundizar en alguna, me lo reenvías”. Al colgar siento alegría dos veces: no fui tan torpe y dijo que sí.
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Según su experiencia con los jóvenes, ¿hay disposición en los espectadores para entablar un diálogo a partir de los temas que tocan la literatura o una obra de teatro?
Sin duda puedo afirmar que sí. Por supuesto que no es posible hablar de un solo tipo de público juvenil. Sin embargo, no deja de sorprenderme la disposición al diálogo, la apertura, la curiosidad, y la voluntad de preguntar y opinar, a partir de estímulos escénicos
¿De qué manera el teatro interviene en el pensamiento y la reflexión?
Estoy convencida de que las artes escénicas pueden influir en la visión intelectual y emocional de los espectadores. El teatro es un convivio que afecta, a artistas y público, a través de la realidad que se construye en comunión, que es efímera, pero deja huellas. Debe dejarlas. Creo que el teatro es -debe ser- una herramienta; en ese sentido, porque conmueve, sacude y humaniza, nos permite acercarnos al otro, al prójimo, ver como con una lupa lo que muchas veces nos pasa desapercibido. Por eso el teatro que hago, en general, dice, muestra, señala cosas que me importan mucho.
¿Cuál es el vínculo que une a una obra con un espectador sin conocimientos previos de teatro?
El vínculo es sensorial, intelectual, emocional y depende de cada quien. Muchas veces, muchísimas, trabajo frente a adolescentes y jóvenes que nunca habían asistido al teatro, y me ha sorprendido que -por lo general- la respuesta es de agradecimiento, de manifestación de entusiasmo.
Carlos Enrique Puc, sociólogo de arte, afirma que muchos teatreros hacen teatro para otros artistas cuando debería hacerse teatro para la gente. Esto, dice, ocasiona el estereotipo de elitismo en las artes. ¿Qué opina sobre esto? ¿En Yucatán hay público para el teatro (no regional) además de los propios artistas? ¿Hay que hacer un teatro “accesible”?
Pienso que el teatro, como todas las artes, tiene vertientes, estilos, corrientes y destinatarios múltiples. El Arte es por naturaleza Libre, y no debería indicarse que esto o aquello es lo que debe hacerse. Siempre, a lo largo de la historia, ha existido el arte de vanguardia, no siempre bien recibido o aceptado por las mayorías, debido a la inercia de la tradición. Al mismo tiempo, ha existido, por ejemplo, el arte clásico, y, como tú le llamas, también el teatro «accesible», sencillo de entender. El teatro puede ser bien hecho o mal hecho. Hecho con cuidado, dedicación, conocimientos, con el alma y con un compromiso total, o hecho «al vapor», de manera irresponsable. Esas son diferencias fundamentales. En Yucatán (y creo que en todo el país) hay graves problemas de cantidad y calidad de públicos, de atracción hacia las artes escénicas, pero no creo que el teatro de vanguardia o las corrientes post-dramáticas sean causantes de eso. Más bien creo que hay una falta imperdonable de interés desde los planes gubernamentales, por generar públicos maduros, críticos, formados.
¿El arte como disciplina en la educación básica y media superior cumple con las expectativas de formar seres humanos sensibles y empáticos; o considera que está basada en destrezas, alejada de modelos de pensamiento como dice Gimeno Sacristán?
La educación artística debería ser una parte imprescindible de la educación básica, media y media-superior, para generar seres sensibles, deseosos de vivir en contacto directo con las diferentes artes. Creo que es absolutamente insuficiente el tiempo, la calidad y los objetivos de la educación artística en niños, adolescentes y jóvenes, en las escuelas. Debería dirigirse a formar seres humanos sensibles y empáticos, y no tomarse como un complemento casi inútil o como una manera de «hacer festivalitos», etc. Las Artes deberían estar presentes como partes imprescindibles de la formación humana integral. No puede ser que la música, las artes visuales, la danza, el teatro y la literatura no sean integradas de manera importante en la educación de todos los seres humanos.
¿El teatro, y otras expresiones artísticas, puede servir a largo plazo para ‘curar’ enfermedades sociales como la apatía y la violencia?
El teatro y otras expresiones artísticas sí podrían generar sociedades mejores… Bueno, esa es mi esperanza, que no quisiera perder.
¿Qué opina sobre el teatro callejero? ¿cree que ayude en la formación de nuevos públicos?
Claro que sí. El teatro de calle es tan importante como el teatro de cámara, o de pequeño formato, o de gran formato, o escolar, o universitario, o profesional, o clásico, o experimental de vanguardia, o de todas las formas, géneros y estilos posibles. Todas las expresiones escénicas deben fomentarse, con calidad. Así como el cine es un tipo de actividad de tiempo libre que está en la conciencia de gran cantidad de públicos, se debería tratar que el teatro fuera tomado como una opción frecuente, como una necesidad de re-creación, de gozo estético, de convivencia social.
¿Cómo se podría evaluar la cultura desde otra perspectiva que no sea económica?
Se podría evaluar desde una perspectiva social, educativa, ética.
¿Contra qué compite el arte?
Contra la ignorancia. Contra la apatía. Contra la banalización de la vida. Contra la superficialidad promovida. Contra las ganas de mantener dormidos a los pueblos. Contra los medios de comunicación que malforman y deforman. Contra el consumismo. Contra la censura. Contra la incomunicación. Contra la intolerancia.