El colectivo Weech y la recuperación de su identidad maya

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Por Ángela Caamal España

Ilustración por Eloísa Casanova

A pesar de que en casa de mi abuela se hablaba un poco de maya, nunca nos la enseñaron. Mi familia la hablaba de vez en cuando para que mis primos y yo no entendiéramos las conversaciones de los mayores. 

No sé hablar maya pero quiero aprenderla. Tengo 21 años y estudio Comunicación Social en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán. Sé que hay espacios académicos y públicos para revitalizar la lengua maya, pero no estoy inscrita en ninguno. Sin embargo, formo parte de Weech, un colectivo de estudiantes que tiene como objetivo normalizar el idioma maya en la Universidad. 

Ilustración por @elodrawss (IG)

La mayoría de los que integran Weech son estudiantes de la licenciatura en comunicación social con sede en la facultad de Ciencias Antropológicas. El colectivo fue fundado en 2019 y se eligió el nombre de Weech porque significa armadillo y pensamos que tiene características similares con la lengua maya. El armadillo se protege así mismo como la lengua es protegida por las y los mayahablantes, el armadillo está en peligro de extinción al igual que la lengua maya. El Weech también es usado como instrumento musical y la lengua maya es musicalmente armónica.

Weech se creó para que las personas mayahablantes en la facultad tengan espacios para expresarse en ese idioma, ya que las clases y las dinámicas académicas suelen ser en español. Con el grupo de Weech lXs hablantes de la lengua maya se hacen visibles y dejan claro que todos los lugares cotidianos también pueden vivirse en lengua maya. 

En el colectivo hacemos actividades relacionadas con momentos y situaciones que contengan frases o palabras en maya, por ejemplo: presentarnos a alguien, describir objetos, nombrar comidas y frutas, además de incorporar frases para decir si nos gusta algo o no. Estas actividades se elaboran para fomentar que en la facultad deje de predominar el monolingüismo. 

A lo largo de los períodos escolares, el colectivo propone actividades mensualmente en la facultad donde practicamos leyendo, escribiendo y platicando, pero esto no se cierra solo al colectivo, sino que se hacen actividades para que la comunidad estudiantil también desarrolle el interés de revitalizar la lengua maya.  

A través de actividades, promovemos la lengua maya como forma de reforzar la identidad. Hemos leído cuentos y poemas mayas como Kex ma’ a k’áate’ a tia’alen (soy tuyo, aunque no quieras) de Isaac Carrillo, “Kiinsaj wi’ijil» (matar el hambre) de Feliciano Sánchez Chan; elaboramos materiales, hacemos memoramas, jugamos loteria en maya y fundamos una biblioteca con libros en maya. 

La lengua maya ha estado expuesta a procesos de discriminación pues debido a los cambios en la dinámica urbana se pretendía que todxs se acostumbraran a usar el castellano, esto provocó que la lengua maya sea vista como “inferior”. Para la generación de lxs bisabuelxs el racismo en la lengua sigue vigente. En su contexto escucharon comentarios como que «el inglés te hace subir de categoría», o que «el inglés es mejor que el maya o el castellano» o incluso preguntas de por qué alguien quisiera aprender maya. Por eso dejaron de enseñar la lengua maya, como una forma de proteger a sus hijos e hijas de las burlas.

Aun así, mi proceso de concientización me llevó a identificarme con la lengua. Este proceso inició cuando mi abuela falleció. Mi abuela materna amaba el lugar en el que vivía, las tradiciones, su fe, la lengua maya, ella tenía muchas historias y habilidades que, siento, deben ser contadas. Indirectamente ella me transmitió ese amor a las cosas, después de su fallecimiento, tengo la tarea de preservar su memoria aprendiendo y dando a conocer todo lo que me dejó.

Hubo una ocasión en la que le pregunté a mi tía por qué mi abuela paterna no les enseñó la lengua maya a ella y a mi papá. Mi tía comentó que no les enseñó porque no quería que hablaran cuatrapeado, es decir, que les costara trabajo pronunciar bien el español. 

A partir de ahí me cuestioné más sobre los pocos espacios que la lengua maya ocupa en la sociedad, conforme avanza el tiempo la podemos encontrar en espacios televisivos, de radio y principalmente en redes sociales; además, escuchar a alguien hablar maya es como una canción para mis oídos y cuando la practico es como encontrar otra parte de mí. Es sentido de pertenencia, y más con lxs compañerxs con quienes comparto el espacio de Weech. 

Aprender a decir y usar ciertas palabras en maya hacen la diferencia en el contexto en el que estamos, somos una comunidad acostumbrada a hablar castellano, al momento de usar palabras en maya estamos abriendo otros mundos posibles donde usar esas frases, pudieran llamarle la atención a otras personas Yo uso palabras como: tak sáamal (hasta mañana), Dios bo’otik tech (Dios te bendiga), bey (sí de afirmación) lo cual me hace familiarizarme con la lengua y es más fácil usarlo hasta acostumbrarse.

Miguel Ancona, miembro de Weech, produjo el cortometraje Naj (casa), un corto que se presentó para el día de las lenguas maternas del año 2022. Esta producción audiovisual es un poema de Briceida Cuevas que describe la esencia de la casa maya. En una de sus líneas menciona: 

Muestra la casa sus costillas 

humedecidas por el frío.

De sus cabellos de palma

gotean resquicios de alegrías. 

El papá de Miguel participó dando voz al poema y él siempre destaca que fue la primera vez que lo escuchaba hablar maya. Para él, Weech fue una manera de redescubrir su identidad, encontrar su significado cultural desde la historia prehispánica de los mayas, la historia de la pérdida y la revitalización maya, hasta el significado familiar.

Aparte de las actividades académicas, el colectivo concientiza a sus integrantes participando en el seminario de la recuperación de la lengua que Weech brinda. En este seminario, lxs participantes tuvieron que preguntarle a sus familiares en qué momento o en qué etapa familiar fue que se perdió la transmisión de la lengua maya. Para Cecilia Campos, también integrante del colectivo, fue dolorosa la reflexión pues le resultó impactante que la pérdida de la lengua se haya dado desde sus tatarabuelos y piensa que seguramente esta transmisión de la lengua no siguió a causa de los actos discriminatorios que sufrieron sus antepasados.  

Estar en el colectivo es un proceso de reflexión para no dejar morir la lengua, si la lengua se muere nuestra alma también. La lengua maya es familia, historia, experiencias, también es abrirle espacios a las personas que alguna vez fueron discriminadas. Weech se creó como un espacio en donde la discriminación no da cabida.

Dios bo’otik tech a quienes formaron y quienes estamos para seguir con Weech.