¿Por qué la SCJN está discutiendo sobre los nacimientos navideños en Yucatán?

Por Katia Rejón

Ilustración Andrés Nove Escobedo

A principios de este año la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo amparos que la organización Kanan Derechos Humanos interpuso en contra de los ayuntamientos de Chholá, Mocochá y Mérida en Yucatán por romper el principio de laicidad (ese que separa la iglesia del Estado) al poner nacimientos católicos en los palacios municipales y espacios públicos.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación discutirá pronto el caso de Chocholá y la noticia ha despertado a grupos religiosos como el Frente Nacional para la Familia que desinforman diciendo que de aprobarse el proyecto de sentencia, también se prohibirían las fiestas patronales y las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe (aunque ni siquiera esté en Yucatán).

¿Kanan quiere acabar con la Navidad? Spoiler: No

El proceso de este amparo comenzó en 2020, en el marco de las celebraciones navideñas. Kanan, una organización que acompaña luchas como la del agua en Sitilpech y los despojos del Tren Maya, recibió algunas quejas de personas involucradas en derechos humanos que contaban que en sus municipios se habían colocado nacimientos de Jesucristo y ellas se pusieron a investigar. Encontraron que este acto vulnera el principio de laicidad con la institucionalización de la religión católica. 

Y una pensaría, ¿Qué tiene de malo que las autoridades municipales pongan un nacimiento si es tradición en la Navidad? Janet Medina, abogada de Kanan, nos explica:

—El problema del principio de laicidad es que sus alcances son profundos y ya han sido explorados dentro del sistema jurídico. La Constitución vigente dice que la sociedad mexicana es laica, pero no vemos esa neutralidad de las autoridades. Eso es lo que motivó que se presentaran amparos y que fuera una manera de abrir el debate hacia el principio de laicidad. 

Lamentablemente, parte de esa discusión se ha centrado en desinformar a las personas llamando al amparo “Amparo Grinch”. Estas personas plantean que el proyecto de sentencia pone en riesgo los nacimientos de sus casas, las tradiciones de los antorchistas o las fiestas patronales. Algo que les abogades detrás del caso ya han desmentido. 

El abogado Miguel Anguas de Kanan explicó en un espacio de Twitter llamado “Proyecto Grinch y Estado Laico” que se ha normalizado tanto la teatralización del nacimiento de Jesucristo que muchas personas creen que es parte de la cultura y no una forma de promover el evangelio de la iglesia católica. 

En México el 77.7% de la población es católica, pero no por ello se le puede negar al 23% restante la libertad religiosa. Tal como dijo la abogada Carla Escoffié en ese mismo espacio, las instituciones públicas son lugares que tienen la obligación de atender a toda la ciudadanía, ¿qué mensaje estará dando un ayuntamiento a las personas evangélicas, agnósticas, mormonas, protestantes, testigos de Jehová si un recinto gubernamental tiene una clara preferencia religiosa? 

Iglesia y Estado, asunto separado

Las discusiones sobre la separación de la iglesia y el estado son viejísimas. Desde 1859, durante el mandato de Benito Juárez, en México está explícita la separación entre Iglesia y Estado, la nacionalización de los bienes del clero y la libertad religiosa. Esto no solo implica que el Estado deba tener una postura neutral sino que salvaguarda el derecho de las personas a poner un nacimiento en sus casas, a hacer recorridos a la Basílica de Guadalupe o a hacer fiestas patronales. Es un derecho constitucional.

Yucatán es un estado donde gobierna el Partido Acción Nacional tanto en la entidad como en la capital, un partido cuyos militantes suelen ser conservadores y católicos. Esto resulta preocupante cuando las decisiones políticas que tendrían que ser democráticas tienen un sesgo religioso. 

Esta línea a veces difusa entre la Iglesia y el Estado es precisamente lo que ha permitido que agrupaciones religiosas tengan una agenda política anti derechos y se les permita incidir en decisiones democráticas. Lo que permitió a un grupo de rezadoras hincarse en el Congreso del Estado como “protesta” contra el Matrimonio Igualitario y que los argumentos contra el derecho a la interrupción legal del embarazo sean argumentos teológicos. De hecho, hay algunos Códigos Penales mexicanos que protegen la vida desde la “concepción”, aunque esta palabra tiene una connotación religiosa. 

—Estos favoritismos muchas veces empoderan a colectivos y organizaciones antiderechos para influir en las decisiones públicas. Eso es lo peligroso de que no exista un análisis de los alcances de la falta de laicidad, dijo Janet Medina.

Como apunta Medina: Los nacimientos son la punta del iceberg, pero la falta de laicidad en el Estado no se queda ahí. Está en las vacaciones de semana santa de la Secretaría de Educación Pública, en la pastorela como actividad obligatoria en algunas escuelas, en el presidente Andrés Manuel López Obrador mostrando una estampa religiosa en La Mañanera, está en muchos lados que ni siquiera son visibles.

Los nacimientos colocados con recursos públicos implican un gasto y dan un mensaje que resulta muy simbólico. Dejan claro que se está privilegiando a una religión y las autoridades deben mantener una neutralidad. Revelan la punta de un iceberg de muchas decisiones políticas o de interés público que están motivadas por pensamientos religiosos. Y eso termina impactando en los derechos de las personas, demuestra que no hay espacio para la diversidad. No es nada más un nacimiento, es la aceptación de una religión particular desde las instituciones públicas.

No es una pelea de ateos vs. religiosos

Dentro del amparo que emitió Kanan hay un estudio pericial oficial antropológico que dictamina que los nacimientos están completamente ligados a la religión católica y es una práctica que puede ser percibida como vulneración a las otras religiones cuando se hace desde la autoridad. 

La separación de Iglesia y Estado no solo es una obligación de la autoridad, sino también un acuerdo con la Iglesia, una institución que busca, en muchos casos, una independencia. En la publicación del Frente Nacional por la Familia, el sacerdote católico Francisco Armando comentó: “He leído lo que se pide y lo que la @IglesiaMexico defiende. Creo que se andan peleando con un fantasma, siempre y cuando la SCJN legisle sólo en materia de edificios de administración pública”.

Implicaciones futuras para las prácticas religiosas

Si la SCJN aprueba este proyecto de sentencia, podría presentarse un precedente que motive a otras personas a presentar amparos cuando instituciones gubernamentales violen la laicidad poniendo nacimientos. O que las autoridades eviten este tipo de actos para no tener represalias. 

—Muchas veces aparece ahí una línea muy difusa entre lo que es cultura, tradición y religión. Es innegable que existe un nexo entre todos estos aspectos. Pero al final, más que tradiciones, terminan siendo imposiciones para otras personas en espacios simbólicos. Y eso es lo que presentamos en las pruebas periciales, que colocar nacimientos no es una práctica ancestral sino que está ligado a decisiones religiosas, dijo Janet Medina en entrevista. 

Pero no, no significa que en un futuro no se pueda celebrar Hanal Pixán o hacer el recorrido de los antorchistas guadalupanos. Carla Escoffié explicó que estas prácticas son diferentes y la Suprema Corte de Justicia resuelve caso por caso, la decisión de los nacimientos no tiene un impacto directo en ninguna otra práctica cultural, religiosa o tradición.

¿Qué dicen los Ayuntamientos de Mérida, Chocolá y Mocochá?

Janet Medina comentó que el Ayuntamiento de Mérida aceptó el amparo pero dijo que no había vulnerado ningún tipo de derecho humano ni garantías individuales ni derechos fundamentales. Eso es algo que tendrá que analizar la SCJN.

Los otros dos municipios no aceptaron el amparo. Uno de ellos, Chocholá, además de colocar el nacimiento, publicó en su página oficial alabanzas a Jesucristo durante las fechas decembrinas. 

La decisión de la SCJN no afectará absolutamente nada en cómo decidamos celebrar o pasar la navidad. Si queremos seguir poniendo nacimientos por creencia, por tradición, por gusto o adorno, o si no queremos hacer nada y vivirlo como cualquier otro día, estamos en nuestro derecho gracias, precisamente, al principio de libertad religiosa.

No es la navidad lo que se está cuestionando y Kanan no es el Grinch. No quiere robarse nada sino recuperar la libertad religiosa y la laicidad del Estado, que nos pertenece a todes. 

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