Por: Nery Chi
Ilustración Eloísa Casanova
En los primeros minutos de la película A él no le gustas tanto hay una frase que siempre llamó mi atención: «Nos programan para creer que si un chico actúa como un imbécil significa que le gustamos». La protagonista reflexiona sobre esas frases que hemos escuchado en algún punto de nuestras vidas. “Te dijo palabras hirientes porque está loco por ti», «No te llama porque quizá perdió tu número», todas justificando la falta de interés o hasta un tipo de violencia.
Desde que se estrenó esa película en 2009, el panorama ha cambiado. Ahora si el chico “actúa como un imbécil”, es porque es una persona tóxica.
Es tóxico si revisa mi celular sin consentimiento, es tóxico si pide que tome fotos del lugar o las personas con las que estoy cuando salgo, es tóxico si no me permite diversidad en mis amistades, es tóxico si quiere ser el único vínculo importante en mi vida. Hay gran cantidad de conceptos que definen a una persona tóxica. Para este texto, platiqué con las psicólogas Sal y Caro de Florecer en Calma sobre este tipo de personas y cómo nos relacionamos con ellas.
—A lo largo de este tiempo se ha normalizado: “mi novia es tóxica, mi novio es tóxico”, como si fuera algo de gracia. No es una relación tóxica, es una relación violenta, aunque suene incómodo. Hemos crecido en una sociedad que nos ha adaptado a tener esta sumisión y normalizar estas conductas.
De acuerdo con las especialistas, existen distintos tipos de violencias hacia las mujeres: económicas, físicas, sexuales, emocionales, etc. Todas cuentan con características que muchas veces las hacen difíciles de identificar. Para esto, la ONU Mujeres cuenta con una descripción general de los conceptos que apoyan en el reconocimiento de dichas violencias.
Rosa Cruz Pech, quien trabaja en organizaciones en temas de derechos humanos, principalmente sobre violencia sexual y discriminación en espacios universitarios, comentó que para identificar si las mujeres sufren por violencia dependerá mucho de qué tan cercana eres con ella.
—Quizá podremos notar algunos cambios en sus comportamientos. Pero creo que lo complicado cuando hablamos de relaciones tóxicas, de relaciones violentas, es precisamente que se vuelven aún más pesadas para quienes lo están atravesando porque hacen un gran esfuerzo para disimular que no están viviendo esa situación.
Cuando alguien cercano a ti pasa por este tipo de situaciones, no podemos intervenir sin pensar, por más que nos cueste.
—Lo primero es la escucha activa. El saber que cuenta con alguien que la va a escuchar. Un espacio sororo sin juzgar, porque se trata de decirle que estamos aquí para ella. Decirle que estaremos a su ritmo, cuando sea necesario. Nosotras sabemos y nosotras creemos fielmente que la “amiga, date cuenta” es una frase muy agresiva porque no se trata de la “amiga, date cuenta” se trata de “amiga, aquí estoy y aquí estaré para dar ese pasito que no ha sido fácil para ti”—comentan Sal y Caro.
—Siempre vamos a querer ayudarla, es lo más natural. También porque queremos tener la solución hacia ellos. Nuestra principal aliada va a ser la paciencia. Tener paciencia, platicar y que en esas pláticas reforcemos la seguridad en ella. Son procesos muy largos.
Para las tres, una de las cosas más importantes es tener una red de apoyo. Estar ahí para ella, y cuando llegue el momento en que esté lista para pedir ayuda, asegurarle que no es su culpa lo que está viviendo. Y si la situación ya pone en peligro su vida, tenemos la responsabilidad como ciudadanos de pedir ayuda a las asociaciones correspondientes.
En el marco del 14 de Febrero, las psicólogas de Florecer en Calma hicieron mucho énfasis en la relación del amor romántico con la violencia.
—Estas ideas que tenemos desde chiquitas de que el amor lo puede todo, de que los problemas de pareja se resuelven en casa, que todo lo tenemos que superar juntos, que es la persona para mí y nunca más voy a encontrar a nadie más. También promueven la violencia que tiene que ver con este amor perfecto. Si nos empezamos a cuestionar, podemos prevenir esto. Desgraciadamente tenemos que prevenirlo pero en realidad no es nuestra responsabilidad estar en una situación así. Al final es muy poderoso cuestionarnos el tema del amor romántico para erradicar la violencia que se da en la pareja.
De acuerdo con datos de Yucatán Feminicida, entre 2008 y 2022, 83 mujeres han sido víctimas de feminicidio en Yucatán, en la mayoría cometidos por parejas o ex parejas. Entre esos mismos años, se denunciaron lesiones 16,746 veces. En Yucatán, hay algunas organizaciones manejan protocolos para las mujeres que necesiten apoyo para situaciones de violencia como APIS Sureste, Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, UNASSE, Reflexión y Acción Feminista, Red de Acompañamiento Yucatán, entre otras.
A veces pensamos que las señales de que nuestras amigas están en una relación violenta pueden ser obvias pero regularmente no lo son. Por eso es indispensable practicar la escucha activa, no juzgarla, estar atentas a su comportamiento y sobre todo, tener paciencia. En palabras de Rosa Cruz Pech, tenemos que actuar según lo que la persona desee. A menos que la situación se torne crítica y ponga en peligro su vida, lo más recomendable es mantenernos cerca porque no se sabe el motivo o la situación por la que ellas no pueden salir de esa relación. Así que acompañar y no soltar siempre será la mejor manera de ayudar a nuestras amigas.
