Por las que ya no están y las que sí: Memorias de la marcha 25N en CDMX

Texto y Galería por Lilia Balam


La tarde del #25N del 2021, el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México dejó el caos vehicular y se convirtió en un río de varias mareas. La avenida fue ocupada por mujeres de todas las edades, quienes portando pañoletas violetas y verdes, o empuñando fotos de víctimas de feminicidio, exigieron el respeto a sus derechos y alto a la violencia de género.

Marcharon firmes, sin dejarse intimidar por lo que más tarde varias usuarias de Twitter calificarían como una “inaudita cantidad” de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital de país.

Desde el amurallado Ángel de la Independencia, acompañaron a familiares de víctimas de violencia sexual, desaparición y feminicidio, como María Patricia Becerril Gómez, quien lleva tres años luchando para esclarecer las circunstancias de la muerte de su hija, la doctora Zyanya Stefanía Figueroa Becerril.

La mujer recordó en entrevista que el 15 de mayo del 2018 recibió la noticia de que la joven, que entonces tenía 26 años, fue encontrada sin vida mientras cursaba la especialidad de pediatría en Puebla. Las autoridades catalogaron el hecho como un suicidio, tras haber encontrado una presunta carta póstuma.

Pero parientes y amistades no creyeron esa versión, y gestionaron peritajes independientes, los cuales arrojaron que la letra de ese documento no correspondía a la de la médica, entre otras inconsistencias en la investigación del caso. Recientemente lograron que un juez ordenara realizar las pesquisas con perspectiva de género, para determinar si se trató de un feminicidio.

“En este país más fácil suicidar o accidentar a las mujeres que investigar. Hoy marcho con mis compañeras madres de víctimas de feminicidio, nos unimos a esta lucha que ya no es únicamente por nuestras hijas, que ya no están: es por la vida. No queremos una muerta más, ni una familia más hundida en este dolor”, expresó María Patricia.*

El numeroso contingente hizo una pausa en la Glorieta de las Mujeres que Luchan, donde se instaló un tendedero de denuncia. Luego continuó la movilización, salpicada de intervenciones a estatuas y breves enfrentamientos entre algunas manifestantes y los cuerpos policiales.

De pronto se veía cómo las uniformadas rociaban extintores hacia la multitud, que coreaba la “Canción sin miedo” de Vivir Quintana o consignas feministas.

Mientras, el contingente de la “Marcha Lencha” exigió un alto a los transfeminicidios.

La youtuber Ophelia Pastrana rememoró que la pandemia empeoró la situación de violencia que atraviesan las mujeres en el país. La artista musical Renee Goust enfatizó la importancia de visibilizar las violencias que enfrentan las identidades trans y no binarias.**

Las manifestantes arribaron al Zócalo hacia las 18 horas. Frente al Palacio Nacional, pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador dejar de señalarlas como “desestabilizadoras” o parte de una “guerra sucia”, pues eso las criminaliza y polariza a la sociedad.

A la par, algunas mujeres colocaron cruces y carteles en las vallas instaladas alrededor de la sede del Ejecutivo Federal. Se comenzó a tensar el ambiente: las policías empezaron a activar sus extintores y luego hubo un intercambio de lanzamientos de petardos entre las uniformadas y las manifestantes.

 

De acuerdo con la Subsecretaría de Desarrollo Institucional de la SSC, el saldo al concluir la marcha fue de 17 personas lesionadas: 11 policías mujeres, una funcionaria pública y cinco civiles.

La última imagen de la marcha del #25N en la Ciudad de México, fueron las niñas, adolescentes y adultas que, en medio de la bruma, continuaron escuchando los testimonios de familiares de víctimas, y repitiendo el llamado a combatir la violencia de género en el país.

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