Nuestras ancestras, en la lucha por la autonomía de nuestras cuerpas

Por: Alina

Ilustración de Isadora Brum

Dedicado a las mujeres que asistieron a la manifestación del 28S y las que no pudieron estar, ya sea por trabajo, cansancio, indecisión o presión familiar. No estamos solas.

El 19 de enero del presente año se cumplió el centenario de la fundación de la Liga Feminista “Rita Cetina Gutiérrez” (en adelante será llamada LFRCG), presidida por Elvia Carrillo Puerto. Mucho se ha documentado sobre la biografía y trabajo de Elvia, aunque no suficiente; sin embargo, es necesario pensar en los paralelismos entre la lucha de las mujeres de ese momento, con los desafíos y narrativas a las que nos enfrentamos ahora las feministas en Yucatán, sobre todo en el marco de la manifestación del 28 de septiembre del presente año.  

La LFRCG tuvo delegaciones en varios municipios del Estado con las Ligas Feministas Campesinas. El objetivo de estas agrupaciones, que formaron parte de un proyecto político más amplio y correspondiente al Partido Socialista del Sureste (las Ligas de Resistencia), fue la investigación y generación de propuestas para resolver los problemas sociales específicos en el Estado. Sin embargo, las fundadoras de la LFRCG se dedicaron a problemas concretos y diferentes a los de las otras Ligas, como menciona Monique Lemaitre en Elvia Carrillo Puerto. La Monja Roja del Mayab: educación, alfabetización de población adulta, establecimiento de un sistema pedagógico racionalista, higiene para mujeres, lucha en contra del alcoholismo, protección a las prostitutas y, aspecto en el que me detendré, introducción de los métodos contraceptivos.

Monique Lemaitre indica que la LFRCG inició una campaña de promoción y difusión de los métodos contraceptivos, basándose en las propuestas de Margaret Sanger. Cabe aclarar que, si bien actualmente sabemos que la enfermera estadounidense era promotora de la eugenesia negativa, con todo el trasfondo racista que recae sobre sí, la interpretación y objetivos de las integrantes de la LFRCG fueron completamente distintos. Para ellas, estos métodos contraceptivos, utilizados por toda mujer que así lo deseara, implicaban la oportunidad para las mujeres de tomar una decisión sobre sus propios cuerpos, salud sexual y vidas, así como ser partícipes de la planeación familiar. Lo anterior se vio complementado con las iniciativas de Elvia Carrillo sobre el amor libre. 

Se planteaba, de acuerdo con Monique Lemaitre, que fuera el gobierno socialista quien se encargara de cubrir los gastos de adquisición y distribución de los métodos contraceptivos. Mujeres como Elvia Carrillo y Rosa Torre atestiguaron de primera mano los problemas de mortalidad infantil y durante el parto. Lemaitre documentó que Elvia vio el fallecimiento de su hermana Enriqueta, a causa de complicaciones durante el alumbramiento de su último hijo en 1902. 

Como se mencionó anteriormente, la LFRCG se encargó de hacer campañas de alfabetización (también llamadas desanalfabetización). En ese sentido, es posible que las integrantes hayan contemplado informar a las mujeres sobre el amor libre y los métodos contraceptivos. Por ejemplo, en el número correspondiente al 5 de agosto de 1923 de la revista Tierra: órgano de la Liga Central de Resistencia, se publicó un informe de la Asamblea de la LFRCG, que se llevó a cabo el día 1 de ese mes. Ahí, se menciona que Rosa Torre (primera mujer electa en Yucatán) y María Ávila fueron asignadas como profesoras de los cursos de desanalfabetización que tuvieron lugar en el Hospital O’Horan y en el Asilo Ayala: “labrando paulatinamente así la gran obra del progreso intelectual de la mujer”. 

Así mismo, se comenta que durante la sesión se habló sobre el influjo de la iglesia y el control natal, por parte de Josefa García. Complementariamente, a partir de lo mencionado por Leimatre y como se indica en la misma revista, en su publicación del 19 de agosto de 1923, Elvia Carrillo y Rosa Torre llevaron a cabo visitas en diversos municipios: “Continúa con toda intensidad y con todo entusiasmo la propaganda que en favor de las ideas feministas ha venido realizando la Presidenta de la Liga “Rita Cetina Gutiérrez” […] El martes último, en compañía de la señorita Rosa Torre, que también se ha señalado por su amor a la causa, hizo viaje al pueblo de Muna”. El artículo menciona el caso específico de Muna, en dicho evento participaron mujeres que pertenecían a las Ligas de Resistencia.

 ¿Qué incluía esta “gran obra” a la que se hace referencia en textos de la autoría de mujeres de la LFRCG? Las fuentes indican que se trató de un proyecto global, que incluyó la alfabetización de las mujeres, así como la promoción del amor libre y la información sobre los métodos contraceptivos, proyectos de los que tanto Elvia, Rosa y las demás integrantes de la LFRCG fueron defensoras. Esto se confirma con la investigación de Marta Acevedo llamada El 10 de Mayo, donde publica la nota La Península al Día, Crónica de Muna: Matrimonios Naturales, el Amor Libre, así como sobre la gira feminista encabezada por Nelly Aznar en Ticul, Oxkutzcab, Yotolín y Postunich. 

Otro aspecto que las integrantes de la LFRCG resaltaron en sus textos e intervenciones, fue la erradicación del fanatismo religioso, ya que para ellas la religión era el mayor enemigo de las mujeres. Si bien la erradicación del fanatismo fue un hilo conductor de todas las Ligas de Resistencia, la perspectiva que tuvieron las mujeres merece un tratamiento particular. El tema es mencionado en la revista Tierra del 28 de octubre de 1923, en un texto llamado “La Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez. Su presidenta”. Su autora, bajo el pseudónimo de Alina, dice: “La Liga Feminista, aunque pulsando muchas dificultades, ha logrado ampliar cada vez más su radio de acción […] También procura la desfanatización, puesto que bien sabe que la Iglesia ha sido siempre la mayor enemiga de la mujer, cuyos principales representantes han formulado sentencias nada favorables para aquella, llegando hasta el grado de poner en duda la existencia del alma femenina”. 

Para ellas, combatir el fanatismo religioso era una piedra angular para la autonomía de las mujeres, ya que, en el imaginario social, eran ellas las que se encontraban estrechamente relacionadas (y oprimidas) por la iglesia. Dicho proyecto vino de la mano con la alfabetización y sin duda, guarda una estrecha relación con el amor libre y los métodos contraceptivos. En resumen, los objetivos de la LFRCG eran claros y, en comparación con las feministas de otros estados, como se evidenció durante el Primer Congreso Panamericano de la Mujer, sus posturas fueron de vanguardia, sobre todo porque se inscribieron abiertamente en el marco del laicismo.

El folleto “La Brújula del Hogar”, de la autoría de Margaret Sanger, fue distribuido durante meses por las mujeres de la LFRCG, como confirma Lemaitre. También se sabe que las delegadas yucatecas de la LFRCG que asistieron al Congreso Panamericano de la Mujer en la Ciudad de México (Elvia Carrillo, Susana Betancourt y Gloria Mireya Rosado), del 20 al 30 de mayo de 1923, repartieron el folleto durante el evento y, en las sesiones del Congreso, dieron voz a sus propuestas. Sin embargo, pese a la insistencia de las delegadas yucatecas, así como la asistencia de las médicas Matilde Montoya, Columba Rivera y la Liga Norteamericana para el Control Natal, la respuesta de la mayoría fue más bien tibia en lo que respecta al amor libre y los métodos contraceptivos. Como se indica en las memorias del Congreso, en la sección del control de la natalidad, optaron por medidas concentradas en los cuidados pre y postnatales, así como la higiene y la responsabilidad social de la paternidad. La votación final de la mayoría de las asistentes evidencia que muchas de las feministas ahí presentes aún tomaban decisiones mediadas por sus creencias religiosas. Pese a ello, es necesario resaltar que, como indica Gabriela Cano, este evento fue fundamental en el desarrollo de las mujeres como sujetas políticas. 

Deberían pasar muchos años más antes de que se reconsiderara el uso y distribución de métodos anticonceptivos. Sin embargo, lo que las delegadas yucatecas presentaron ante el Congreso ya era una campaña que se estaba empezando en Yucatán. Únicamente se vio interrumpida por el final violento de la administración de Felipe Carrillo Puerto, lo que implicó el regreso del conservadurismo político al Estado, con las consecuencias que tuvo para las integrantes de la LFRCG y su valiosa empresa, quienes, pese a lo acontecido, no cesaron en su labor feminista, aunque fuera de Yucatán.

Todas estas iniciativas tuvieron una reacción agresiva por parte de las élites conservadoras, quienes llevaron a cabo una campaña política y mediática a nivel local y nacional en contra de la decisión de las mujeres sobre sus propias cuerpas.

Bibliografía

Cano, Gabriela, “México, 1923: Primer Congreso Feminista Panamericano”, en Debate Feminista, vol. 1, núm. 1 (2019), pp. 309-323. 

Lemaitre, Monique, Elvia Carrillo Puerto. La Monja Roja del Mayab, México, Ediciones Castillo, 1998.

Magazine Tierra, 5 de agosto de 1923.

Magazine Tierra, 19 de agosto de 1923.

Magazine Tierra, 28 de octubre de 1923.

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