Lo que importa está en tu cabeza: “Leer” como producto 1/2

Por Elías Hernández Escalante

LeerMx: Lectura lúcida y edutainment

La campaña “Lee Mx” es un proyecto desarrollado por el Consejo de la Comunicación en el año 2010, orientado principalmente a los niños y jóvenes mexicanos, que busca, mediante diversos contenidos audiovisuales, “fomentar una cultura de lectura que permita desarrollar la capacidad de aprendizaje” . Está divida en cinco fases, siendo la quinta “Lo que importa está en tu cabeza”.

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Establece su justificación exponiendo a través de cuatro estudios elaborados entre el año 2006 y 2011, los niveles deficientes en la práctica lectora de niños, jóvenes y maestros mexicanos, así como la mínima cantidad de libros leídos en comparación con otros países del mundo :

– PISA 2006: 47% de los estudiantes de 15 años están en niveles 0 y 1 de Lectura.
– ENLACE 2009: 71.3% de los alumnos de sexto de primaria están en niveles elemental e insuficiente en Español.
– Encuesta Nacional de Prácticas de Lectura en Educación Básica 2006: 27% de los profesores reconocen no haber leído un solo libro en el año.
– Comparativo Internacional: Número de libros leídos al año per cápita, 2011.

Resaltando de esta forma la necesidad de la optimización de los procesos de educación en México, definiéndola como “la estrategia maestra de desarrollo, de combate a la pobreza y de atención a la raíz de los problemas”, configurando a la “lectura” como la herramienta fundamental a utilizar en dicho programa.

El concepto de “lectura” utilizado por la campaña prioriza su potencialidad como herramienta educativa en el plano del conocimiento académico. Pero también le otorga en segundo plano cualidades educativas adscritas al conocimiento de la experiencia empírica subjetiva, mediante las cuales el lector puede enriquecer su búsqueda de autorrealización y superación personal, además de encontrar entretenimiento y la posibilidad del desarrollo de la imaginación y la apertura de la mente, aparte de ser fuente de información. Se enumeran una serie de beneficios que serán conferidos al lector por medio del ejercicio constante del hábito de la lectura:

“La lectura no sólo proporciona información, sino que forma, educa. Un niño con el hábito de la lectura está preparado para aprender por sí mismo toda la vida y resolver los diferentes problemas académicos y personales que se le presenten.Además, a través de la lectura, los niños se divierten, gozan, se entretienen por que la lectura les abre la mente y estimula la imaginación. ”  (Página oficial de la campaña)

Queda claro que en el primer párrafo, la lectura se concibe como un eje central en el proceso de desarrollo infantil, y del ser humano en general, se le atribuyen cualidades de una práctica social capaz de detonar la decodificación de los signos del mundo y, apegado al Ideal de la Razón Ilustrada, el “proceso de perfeccionamiento continuo de la espiritualidad humana” (Cruz 1998: 50).

Lo interesante es que este programa reconoce la presencia de un ser humano autónomo que buscaría en la lectura una estimulación intelectual, una interpretación propositiva de los signos depositados en la realidad y una integración y contextualización activada a partir de los “reconocimientos, las evocaciones, las referencias y las asociaciones que un texto concreto es capaz de suscitar” (Mendoza 2004: 144), dinámicas que facilitan el proceso de comprensión del mundo a través del signo. El inter-texto lector, en ese sentido, incluye a este sujeto en el diálogo universal y atemporal del conocimiento y sus productores, invitándolo incluso a tomar parte de él como enunciante.

De esta forma podemos entrever que existe la intención textual de socializar un modelo de “lectura lúcida” que “se lleva a cabo bajo la esperanza de producir en el lector el conocimiento o desciframiento de algo” ( Cruz 1998:65), debido a que la comprende como un vehículo de ideas complejas y abstractas que serán internalizadas por un lector lúcido y altamente competente “cuya lectura avanza fundamentalmente hacia la finalidad del conocimiento inteligente del mundo y el sentido de la existencia humana” (1998:66). Es decir, el empleo de ideas-conceptos con las que el sujeto/lector “describe los objetos y explica los hechos a merced de unas teoría que asocian los conceptos a una cadena de razonamientos que podemos discutir y corregir a la luz de observaciones y de los hechos conocidos” (Moscovici 2013: 123). Y aquí es donde radica, considero, el problema: en la centralización del sujeto/lector para una campaña que pretende ser masiva.

Centralizar al sujeto/lector significa expandir y flexibilizar los cánones. La lectura se transforma en concepto universal sobre el cual todos tienen poder de injerencia. No se podría direccionar solamente hacia la educación y consolidar un solo canon debido a la “crisis de las estructuras institucionales e ideológicas que hasta ahora habían sustentado el <orden de la lectura>” (Petrucci, Armando en Cavallo y Chartier 2012: 442).

Diseñar un programa de esta magnitud, basado en la herencia de un ideal que se encuentra sometido a los procesos de desinstitucionalización y sobrevaloración del pragmatismo del signo, necesariamente será cuestionado por una sociedad “democrática” que ha rechazado la jerarquización del conocimiento, lo que representará necesariamente un problema para la difusión masiva del mensaje. ¿Cómo trasmitir paradigmas de promoción de acercamiento a discursos de alta complejidad a través de medios que no se prestan para tal función?

Ante la búsqueda de masificación, el paradigma educativo tendría que justificarse entonces en ideas identificables que no referencien a prácticas intelectuales que han sido relegadas a los terrenos de la academia y el arte. Surge el edutainment, definido por Fréderic Martel como: “combinación de education y entertainment. Enseñar deleitando, combinar entretenimiento y educación” (2015: 447). Así, en el segundo párrafo del concepto descrito por la campaña, podemos entender el proceso mainstream por el cual se pretende filtrar la campaña para difundirla.

Este cuadro mainstream, pasa a segundo plano las ideas de la lectura lúcida para poder instaurarse en las dinámicas veloces y cambiantes de nuestros tiempos. Oscila entre dos discursos contrapuestos (lucidez y pasatiempo) que intentan dar equilibrio a una campaña donde el “pasatiempo”, filtrado por el discurso publicitario, termina por imponerse y orientar el sentido hacia la lectura hedonista entendida como producto, con el afán de generar identificación entre consumidores ávidos de artículos de entretenimiento e información. Por consecuencia la quinta fase de la campaña tiene que priorizar la generación de placer en el acto de “leer” y adjuntarle un plus de obtención inmediata del conocimiento para poder ser masiva.

Segunda parte: Lo que importa está en tu cabeza: lectura placentera, producto de pasatiempo 

Elías Herná11072950_10206176607307963_5775917800420608102_ondez Escalante es estudiante de la licenciatura en Literatura Latinoamericana en la Facultad de Antropología de la UADY.Primer lugar del concurso de cuento del Colectivo Tirahule y participó en una antología narrativa, el libro “Regreso a Gutenberg”, es creador del Colectivo Crisálida, miembro de Rutas Literarias. Es guitarrista desde hace 10 años, ha estado en varias bandas de rock y actualmente toca en Retrosistema.

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