Las lenguas originarias no van a desaparecer, no en nuestra guardia: Entrevista a Yásnaya Aguilar

Por Ángela Caamal España

Yásnaya E. Aguilar Gil es mixe, hablante de ayuujk; ensayista, investigadora, activista de lenguas originarias, entre muchas otras cosas. Llegó a Mérida para presentar su libro Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística en la FILEY 2023. Estuvo acompañada de Susi Bentzulul, poeta maya-tzotzil y presentadora del libro. Las dos representan lo contrahegemónico, ellas son resistencia. 

La entrevistamos durante su estancia y nos habló sobre lo que ha estado sucediendo en México con las lenguas indígenas. 

El Estado Mexicano no ha beneficiado a la diversidad lingüística, empezando por el sistema educativo. Este sistema estuvo pensado en la ideología de unidad nacional, alfabetizando a las personas sólo al castellano y en el imaginario de las personas quedó grabado que las  lenguas originarias son “inferiores”. 

Se puede tener una percepción de que el Estado mexicano ha cometido errores en cuanto a la protección de la diversidad lingüística en México, pero Yásnaya tiene una visión distinta.

Yo no pensaría que son errores, más bien son aciertos de su proyecto. Son aciertos intencionales. La primera intención, considerar que las lenguas originarias son una amenaza a la idea de la Unidad Nacional y haberlas combatido activamente. La segunda, que está sucediendo actualmente, hay un cambio en el discurso. Dicen: “oh, apreciamos todo esto” pero no, en los hechos no se ve un cambio equiparable. Uno diría que si ya reconocieron ese daño, habría un cambio. Pero no lo hay. 

El resultado de esas políticas ha sido el riesgo de extinción del 60% de las lenguas originarias en México. No es demasiado tarde para que el Estado Mexicano repare esas intenciones y le preste más atención a la diversidad lingüística, el daño ha ido en aumento: cada vez hay menos niñxs que están dejando de hablar su lengua originaria, porque en las escuelas sólo se permite el uso del castellano, pero, ¿de dónde viene eso? 

Nadie abandona una lengua nomás porque sí. En el caso de México es muy claro, si en 1820 tres cuartas partes de la población hablaban una lengua indígena, y ahora somos 6.1 por ciento, es claro que el Estado mexicano tiene una agenda monolingüe.

En el libro de Yásnaya Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística, queda claro que además de las políticas públicas también ha habido castigos para las personas que seguían hablando sus lenguas indígenas (golpes, multas, humillación). De acuerdo con la COPRED, en México, el rechazo por la forma de hablar (27.2 por ciento) es la principal forma de discriminación hacia las personas hablantes de lenguas indigenas. Toda esa discriminación sistemática conlleva a la lenta desaparición de las lenguas, es por ello que hay que reflexionar en lo que se pierde cuando se pierde una lengua materna, ante ello, Yásnaya comenta:

Bueno, es como perder un universo de conocimiento. A mí me preocupa mucho que se pierdan las lenguas, es valiosísimo. Para que se pierda una lengua, necesitas haber violentado los derechos humanos y lingüísticos de un pueblo durante mucho tiempo, entonces cuando se pierde es una consecuencia de algo que empezó a suceder desde mucho tiempo atrás. Me interesa que una lengua esté viva, por la lengua y por el amor a la lengua. Las lenguas son un universo cognitivo, semántico y semiótico, sin embargo, me interesan más sus hablantes y las condiciones que llevaron a que desaparezcan esas lenguas. Si una lengua está viva es porque los derechos lingüísticos de sus hablantes no se han violentado.

Cuando Yásnaya se refiere al universo cognitivo, semántico y semiótico habla de todas aquellas cosas simples y cotidianas con las que nos expresamos: los saludos a nuestros amigues, las visiones de la naturaleza de nuestrxs abuelxs, las formas de nombrar algún objeto de uso cotidiano, la música, la literatura, las costumbres, la lengua en la que pensamos y soñamos. Básicamente todo se pierde si se pierde una lengua, entonces, pensarse sin lengua es muy difícil.

Identidades

Hoy en día se habla de la representación como una forma de buscar nuevas maneras de mostrar realidades no hegemónicas. Para algunas personas, la palabra indígena puede ser problemática, ¿pero es malo pronunciar la identidad de una mujer como indígena si habita en cierta comunidad?

Uy, es una pregunta compleja. Primero no me gusta evaluar las cosas en términos de bueno o malo por la carga moral que tienen. Yo pienso que en este caso esa palabra puede ser adecuada o no adecuada y creo que indígena es una categoría política. Pero cuando se habla de «indígena» se piensa como una categoría racial o fenotípica y hay que tener mucho cuidado con eso, porque no hay una manera de lucir como indígena, hay una lectura de cómo deberías, un estereotipo. Yo creo que más bien hay que pensar aquí que hay una diversidad de cuerpos. Entonces cuando dices indígena, puedes estar pensando en una mujer rarámuri o una mujer maya o una mujer Sami indígena de Noruega.

Resistencia

Hay diversas luchas en México, infinitas, pero tienen en común la unión de las personas y la resistencia. La resistencia lingüística es una de ellas. Después de 500 años con todo el paquete incluido de procesos de discriminación, los hablantes de lenguas indígenas han buscado adaptarse, tomando el bilingüismo, hablando su lengua de nacimiento o el retorno a la práctica de su lengua  e identidad.

— Yo creo que cada vez que hablas, hay resistencia. Cuando yo hablo en mixe es como decirle al gobierno: todo lo que te gastaste en desaparecer mi lengua no sirve, o sea, cada acto de habla se vuelve un acto de resistencia.

Los actos de resistencia también se dan a través de la música y poesía, que pueden llegar a construir puentes para disfrutar el multilingüismo. Yásnaya, en su libro, menciona unos cuantos medios, más música que programas. Existe plaza sésamo en náhuatl; agrupaciones como Juumil Moots, ADN MAYA (rap en maya), Arreola + Carballo (rock en náhuatl), Rodrigo Vargas (reggae mixe) y poetas como Susi Bentzulul, entre otros. Sólo son unos cuantos, pero se pueden tejer puentes, pues como mencionó Yásnaya, no se puede disfrutar algo que no se conoce. 

La imaginación también es un acto de resistencia. Pensar en otros mundos posibles crea esperanza.

—Hay una rebelión primero en la imaginación, pensar el mundo sin patriarcado y sin colonialismo son cosas que no podemos concebir. Alguien muy famoso o famosa decía que es casi imposible pensar en un mundo sin capitales, ni siquiera lo podemos imaginar. Necesitamos una rebelión de por lo menos imaginar cómo sería amueblar a detalle un mundo diferente.

Experiencia del libro Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística y lo que sigue

Cuando Yásnaya escribió los textos originalmente en internet tenía mucha confianza en que si la población que habla español se daba cuenta de lo importante que son las lenguas, íbamos a tener alianzas para cambiar la visión que tenemos sobre las lenguas indígenas. Cuando vio que era todo lo contrario se le vino encima el desencanto así que se fue a su comunidad a trabajar con las cuñas de hablantes. Años después notó que a la gente sí le interesaba lo que escribía, después de la publicación de Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística la respuesta de los lectores ha sido muy generosa y ella está agradecida con ello. 

Tiene otros libros publicados en una editorial independiente y está por presentar otro sobre lo que implica leer. También se encuentra trabajando en ficción especulativa. Una parte de ese género ya lo publicó en un compilado que se llama Orilla brumosa, que son ensayos sobre arte y literatura. Piensa en continuar escribiendo ensayo, aunque incursionará en el ensayo ficcionado. Le gustaría plantear mundos alternos en donde la colonización no sucedió. Para Yásnaya el futurismo nos puede permitir pensar en cosas que no están basadas en las reglas del mundo o que pueden romper algunas reglas de opresión para aprender cómo sería eso y por lo menos tenerlo en la imaginación como un horizonte hacia dónde caminar.

Una de las frases más poderosas que pronunció Yásnaya en su presentación de la FILEY es Las lenguas originarias no van a desaparecer, no en nuestra guardia. Quienes forman parte de la herencia originaria o están en busca de su identidad, esta es una invitación a leer a personas como Yásnaya Aguilar. Su libro debe ser leído por todxs porque confirmas la veracidad de lo que dice Yásnaya desde tu propio contexto. Esperamos que quienes lo lean puedan volverse nuestros aliadxs para reconocernos, conocernos. También crear otros mundos posibles, aunque no los parezcan. 

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