Las flores de la noche: el documental que celebra la amistad de mujeres trans

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Por Yobaín Vázquez Bailón y Katia Rejón

El documental Las flores de la noche, dirigido por Omar Robles y Eduardo Esquivel, se presentó en la clausura de Libre Cinema Festival en la edición 2021. Se trata de una historia muy alegre en la que vemos la vida de cuatro amigas de la comunidad LGBT (con énfasis especial en la T) de un pueblo llamado Mezcala en Jalisco, México.

 

La belleza de estos personajes está en su libertad incluso en un contexto que les concede pocos espacios seguros. Alexa, Gardenia, Violeta y Uriel logran crear un amistad que los arropa y les permite divertirse ya sea dando shows travestis o celebrando con parrandas épicas.

El caso de Uriel es complejo porque retratan su proceso de aceptación, pero también nos muestran su tenacidad para poner una barbería y admitir maquillaje en su rostro. Las demás chicas las vemos en sus trabajos, su familia y los amores que parecen abusivos.

Sin duda es un documental que se aleja de las convenciones para representar a la diversidad sexual. Aquí lo importante es la solidaridad y la belleza de la amistad.

Esta película ha recibido premios nacionales e internacionales como el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Morelia y participado en festivales como el International Documentary Film Festival Amsterdam (el más importante de cine documental en el mundo) y el Queer Lisboa Film Festival.

Entrevistamos a Omar, quien estuvo en la ceremonia y proyección de clausura de este festival para que nos contara más sobre lo que hay detrás de las flores.

 

¿Cómo fue el encuentro con las protagonistas? ¿Las encontraste o te encontraron?

Antes hicimos un cortometraje llamado Uriel y Jade, con el mismo protagonista de Las Flores de la Noche. Ese cortometraje abordaba un proceso doloroso de las llamadas terapias de conversión y ese dolor de sentirte confundido con tu identidad por una sociedad que la vulnera.

Cuando estábamos editando esa película, aparecían recurrentemente en el material las flores de la noche (Violeta, Gardenia y Alexa) y supimos que teníamos que hacer una película que abordara el otro lado: la luminosidad y celebración de ser nosotras mismas.

La amistad y los círculos de ternura nos parecían fundamentales para contar una historia que no revictimice a las personas y las tome como poderosas y entonces, a raíz de eso, comenzamos a pensar en las Flores de la Noche.

¿Cómo fue el proceso de filmación y de profundizar en la historia de las protagonistas?

Fueron casi cuatro años filmando. Ese tiempo nos permitió crear un vínculo honesto y emocional con ellas, hacernos parte de su familia y que ellas se hicieran parte de las nuestras.

Actualmente, Alexa vive en mi casa, somos roomies y es muy bonito cuando las relaciones y la realidad trascienden de la película. Y al final de cuentas se refleja, hay una cercanía en cómo se mira porque no es una cámara que solo observa sino que está ahí en las fiestas, que se ríe, baila con ellas y disfruta y reflexiona junto con ellas.

La película fue casi un pretexto para hacernos amigas de las chicas de las flores y es muy bonito ver que ahora se muestra. Cada vez que hay una función es como si estuviéramos nosotros tomando una cerveza con ellas.

 

Mencionabas hace un momento la decisión de representar en el cine un lado más luminoso y alegre de la comunidad LGBT, que casi siempre comprendemos desde historias tristes. ¿Por qué decidieron tomar este ángulo?

Es nuestra postura con la película, pero también con el cine y la vida en general. Históricamente, las personas de la diversidad sexual hemos sido representadas desde el dolor y el conflicto, desde lugares que terminan revictimizándonos. Nos parecía importante que esa identidad cinematográfica de la diversidad sexual estuviera en balance.

Tiene que ver con darle la importancia a la celebración como un acto de resistencia y rebeldía porque las sociedades que nos han oprimido quieren que sigamos así, oprimidas; que estemos tristes y nos sintamos solas.

Es importante ver que en la celebración y la amistad encontramos la fuerza para decirle a esa sociedad que quiere vernos cabizbajas: “No me vas a ver así”.

¿Ellas que opinan sobre la película? ¿Cómo se sintieron después del estreno?

Cuando estrenamos la película en el Festival de Cine de Guanajuato el año pasado, pudieron acompañarnos las cuatro. Fue un momento de puro festejo porque, además, nos dieron el premio como mejor película.

Ellas sí que estaban nerviosas porque no habían querido ver la película hasta ese momento. Después de verla, se sentían, creo yo, como queridas de parte de nosotras primero, Lalo y yo, porque vieron que la película es sobre el amor y las pone en una posición de la que se sintieron muy orgullosas. Y se sintieron queridas por el público.

En cada ocasión que ha habido una presentación, están súper al pendiente porque siente que las representa como ellas quieren ser representadas. Violeta nos dijo, con lágrimas en los ojos, que nunca le habían prestado atención, y que la película la reconcilió con ese sentimiento de dolor, de que sentir que nadie quería verla.

¿Y ahora en qué otros lugares se verá Las Flores de la Noche?

Vamos a iniciar una corrida cultural de cine comercial en México, Latinoamérica y Europa. Una buena señal de que la película todavía tiene vida y va a seguir moviéndose.