El día que Gustavo Cerati iluminó el cielo

Por Jhonny Euan

Era la mañana del jueves 4 de septiembre. En las redes sociales imperaba lo rutinario; estados depresivos, fotos de parejas y algunos chistes, nada importante.

Hasta que leí el título de una noticia, el hacha que rompió el mar helado dentro de mí, como decía Kafka. Una desgracia consumada: “Muere Gustavo Cerati”.

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La noticia se esparció velozmente en todos los medios informativos, abarcó espacios y portadas. Así fue el fin de un legado musical, una luz que se apagaba por completo después de una larga agonía silenciosa.

Lloré, como el adolescente que cuando creía que el mundo se derrumbaba se refugió en la música del argentino que decía “Ahí vamos” y “Siempre es hoy”. En cuestión de minutos, se confirmaba que el ex líder de la mítica banda Soda Stereo fallecía como consecuencia de un paro respiratorio, después de permanecer cuatro años en coma por un accidente cerebrovascular que sufrió en 2010, luego de un concierto en Venezuela.

En ese año, Cerati cantaba “Lago en el cielo” para cerrar el que fue su último show, aquella noche del 15 de mayo cuando la gira de su última producción “Fuerza Natural” se vio interrumpida por su accidente.

Miles de fanáticos se conmocionaron con el terrible suceso, y a pesar del pesimista panorama del tiempo que corría y Gustavo no despertaba, nunca perdieron la fe. Empezaron en toda red social los mensajes de apoyo, con hashtags como #FuerzaCerati y #GusTeVereVolver, con las letras de sus canciones, destácandose la frase “Despiértenme cuando pase el reggaetón», que el mismo dijo durante un concierto de la gira “Me Veras Volver” de Soda Stéreo.

Pese a todos los tratamientos médicos y la esperanza de sus familiares, el maestro nunca más despertó de su sueño. “Con mezcla de tristeza y admiración nos despedimos hoy de un gran artista que vivirá siempre a través de su música, vida eterna para Cerati” publicó esa mañana la banda La Ley, en su cuenta de Twitter.

Un año después, el peso de su partida sigue doliendo para todos sus fans de Latinoamérica. “Un ídolo se ha ido” podría ser un buen título para el 4 de septiembre de 2014. Concluía la historia de un ser humano capaz de escribir bellos poemas y cantarlos, alguien que alcanzaba fácilmente a emocionar y todo lo hacía con pasión, con la creatividad única de Gustavo Cerati: un compositor lúcido y visionario, como lo describía Maitena Aboitiz.

Recientemente, una calle de la Provincia de Entre Ríos, Argentina, fue bautizada con su nombre a manera de homenaje, y diversos medios le dedicaron palabras en su cumpleaños 56, el pasado 11 de agosto, incluso Google lo recordó con un doodle que pudo verse en todas las versiones del buscador.

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Es difícil ser amante del rock en español sin haber escuchado a Gustavo, desde su etapa monumental en Soda Stereo hasta su carrera como solista. En mi caso, con su álbum “Siempre es hoy” empezó la fascinación por el ángel inquieto que sobrevuela la ciudad de la furia, como lo definió Luis Alberto Spinetta en un poema plasmado en “Cerati Infinito”, un álbum recopilatorio de sus mejores temas.

Gustavo fue un guitarrista de otra dimensión, artista inigualable que un día ves tocar por televisión y admiras. Eso algo que no cualquier persona logra en ti, se necesita de un golpe seco, que te deje algo, como las palabras de un libro, o como el amor.

Hace un año Gustavo Cerati se fue para siempre del mundo, apagando las esperanzas de un retorno a los escenarios para seguir derrochando energía con el poder de su guitarra y voz, pero como dijo Gustavo Bove, “el fuego que supo transmitir su obra mantendrá su llama eternamente encendida. Es el poder que tiene la música. Cada vez que una canción suya flote en el aire, Gustavo estará allí para mejorarnos el día”.

A Gustavo Cerati:

Eres como una estrella,
iluminas el cielo luego de convertirte en polvo.
Venciste la muerte por vivir en ella.
Vivir en la muerte, ¿cómo pudiste vencerla?

Pudiste con tu letra de fuego, letra que estallaste
en la eternidad del universo.
Pudiste con la melodía que ahora subsiste en el viento
y entre el sonido de las golondrinas porque es eterna como ellos.

Vives en la bocanada de los cigarros,
Vives en el viaje que causan tus sinfonías.
En cada cuerda, en cada metáfora o símil,
en cada sonido creado por ti: vives.

No se necesita algún convoy espacial
para llegar a la estación que nos dejaste,
las sensaciones de vértigo que causas nos eleva
a las órbitas de tus letras surreales.

Los planetas bajan infinitas veces
y aún se encuentra entre nuestra madre tierra,
entre cada crepúsculo, entre cada amanecer:
tu eterna esencia.

Fuiste una bomba de tiempo aquí,
Duraste tan poco, mas alteraste tu entorno
estallando tu arte en este universo.
¿Cómo no poder amarte si eres arte?

Eres un espíritu, un fantasma
que nos embruja y nos enciende la radio
todas las noches y todas las mañanas.

Ahora eres infinito, vives aquí, vives allá.
Andas en todas partes, solo necesito un botón que pulsar para encontrarte.

— Kiaralys Rosario

Fuente poema:

http://poesiaembrujada.tumblr.com/post/113798707424/a-gustavo-cerati-eres-como-una-estrella

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