El cineasta argentino que me robó el corazón

Me enamoré de un hombre de setenta años. No lo conozco, no conozco su voz, ni su forma de caminar, ni nada, sólo tres de sus películas (El resultado del amor, El hombre mirando al sudeste y El lado oscuro del corazón). Es argentino, cineasta y de una infancia oscura en Palermo, Argentina, con una madre enfermiza y un padre con el corazón condenado a muerte. Su nombre es Eliseo Subiela y entre sus méritos está el ser Caballero en la Orden de Artes y Letras de la República Francesa, y ganador de varios premios de cine.

Lo conocí como se conocen las parejas en el siglo XXI: Internet. Buscaba una película de Luis Buñuel cuando en Similares vi un fotograma llamativo, le di click y descubrí una de mis películas favoritas: El lado oscuro del corazón, filme inspirado en el poeta argentino Oliverio Girondo, ése que dice: “No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo…”, hermoso. La película es un poco surrealista (después me di cuenta de que era una constante en los filmes de Eliseo Subiela) y no hay que estar en ningún mood para verla, se antoja con frío o con calor, con té o café, sola o acompañada.

La segunda película que vi fue El resultado del amor, se trata de dos personas que viven una historia de amor muy humana. No es otro drama romántico. Es preciosa por muchas razones y es complicado explicarlo, pero lo intentaré: el trabajo de Subiela tiene una misma línea, al menos en las tres películas que ya vi (planeo ver todas sus películas en Youtube).

Los personajes son gente común y corriente con problemas de existencia tan banales y al mismo tiempo profundos que te identificas sí o sí con sus costumbres bobas, divertidas y hasta pícaras que todo el mundo hace pero nadie cuenta. Aquí no hay héroes, ni bellezas, ni un malo de la película, ni nada de eso, casi todo es impredecible y mundano y al mismo tiempo bello, de esa belleza simple que ya no se ve mucho, la que se trata de esconder.

Si tuviera que describir una película de Eliseo Subiela creo que sería como un niño despertándose en la mañana con la cara somnolienta, prendiendo su cerebro, mirando los detalles de la vida que aún desconoce, sintiéndose pequeño y al mismo tiempo dueño de la sala y se pasea por ahí, haciendo lo que suele hacer cuando nadie lo ve. Entonces llega Subiela y lo filma y es hermoso, porque es real y surreal.

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