El 25 N en 8 preguntas

por Andrea Fajardo y Katia Rejón

Ilustración de: EloDraws

¿Qué es el 25 N?

El 25 de noviembre fue declarado el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer dentro del Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, que se celebró en Bogotá, Colombia, en julio de 1981. Se eligió esta fecha como conmemoración del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y Maria Teresa Mirabal, tres activistas políticas que murieron el 25 de noviembre de 1960 a manos de la policía durante la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana.

En 1999 la ONU hizo oficial la conmemoración y aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, donde se definió la violencia contra la mujer como: Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada.

¿Por qué hay un día específico para las mujeres y niñas si la violencia también toca a niños y hombres?

La violencia hacia las mujeres y las niñas tiene connotaciones y significados muy distintos a la violencia perpetrada hacia un hombre o incluso hacia las infancias. No quiere decir que sea más (o menos) grave, sino que es distinta y por eso se debe combatir de formas específicas. El feminicidio, la forma más extrema de violencia hacia la mujer, se define precisamente por esas diferencias: las mujeres son asesinadas por gente cercana a ellas, que dicen que las aman o ejercen un poder sobre ellas. La violencia de género no solo toma en cuenta las víctimas sino también a los agresores, y en la mayoría de los casos los perpetuadores son hombres. 

¿Cuáles son las violencias más extendidas en el mundo y que tocan principalmente a las mujeres?

La violencia contra las mujeres se ha convertido en un problema estructural que atraviesa tanto el ámbito social como el privado y se manifiesta de distintas formas: física, sexual, psicológica, económica, cultural, institucional, laboral, simbólica, entre otras. A nivel mundial, la más experimentada por mujeres de distintas edades y territorios es la violencia física y/o sexual infligida por una pareja íntima. Según datos de la ONU Mujeres, la situación de aislamiento provocada por el COVID-19 ha quintuplicado el número de llamadas a las líneas telefónicas de asistencia en varios países. La restricción de movimiento, el aislamiento social y la inseguridad económica elevan la vulnerabilidad de muchas mujeres en sus hogares.

Entre otras violencias extendidas a nivel mundial que afectan directamente a las mujeres, se encuentra el abuso sexual, el acoso callejero, el ciberacoso y/o acoso sexual en el área laboral, la desigualdad salarial o los despidos a causa del embarazo, el impedimento del acceso a políticas públicas, la violación de los derechos reproductivos y la criminalización del aborto, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, el matrimonio infantil en algunos países y culturas, y la mutilación genital femenina mayormente en países de África Occidental.

¿Todas las mujeres son víctimas de violencia?

Como explicamos anteriormente, existen muchos tipos de violencia. Las mujeres no son un sector homogéneo, sino que existen muchos contextos y formas de vivir el machismo en el mundo, en México y en Yucatán. Lo que es cierto, es que sólo la mitad de las mujeres casadas o en concubinato deciden libremente sobre sus relaciones y salud sexual, incluyendo métodos anticonceptivos; el 33 por ciento de las madres no cuentan con el apoyo del padre; una de cada tres mujeres ha sufrido violencia sexual, en especial por parte de su pareja; 750 millones de mujeres y niñas que viven hoy en día se casaron antes de cumplir 18 años, mientras que al menos 200 millones de ellas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina; el 71% de las víctimas de la trata en todo el mundo son mujeres y niñas, y 3 de cada 4 de ellas son utilizadas para la explotación sexual.

Más allá de las estadísticas, existe una deuda histórica con las mujeres quienes han sido invisibilizadas, oprimidas y estereotipadas a lo largo de la historia, y esa violencia simbólica sí nos toca a todas. Se podría decir que esta es la violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, ya que se encuentra anclada y normalizada en la colectividad, y es la que favorece el desarrollo de otras violencias y relaciones de desigualdad.

¿Cuál es el panorama en México?

Para las feministas no es noticia nueva que en México 10 mujeres son víctimas de feminicidio al día. Sin descartar la gravedad de este dato, es importante resaltar que el panorama de la violencia de género en el país se expande aún más, se compone de una serie de violencias que se van encadenando y desembocan en esas 10 mujeres al día. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) demostró que del total de mujeres mexicanas mayores de 15 años, un 66% han sufrido alguna agresión física, emocional, económica o sexual, la mayoría a manos de agresores conocidos o de su núcleo familiar. Según la Red por los Derechos de la Infancia México (REDIM), 1 de cada 10 feminicidios se comete contra niñas y adolescentes menores de 17 años.

Un aspecto importante en este panorama, es la influencia de tres factores clave: la invisibilidad, ya que solo un 10% de las mujeres víctimas de violencia en México realizan una denuncia por temor a las consecuencias de la misma; la normalización, vinculado a lo que se mencionó anteriormente sobre la violencia simbólica y las relaciones de desigualdad que se aceptan como norma; y por último, la impunidad de las instituciones y autoridades, que se caracterizan por un alto nivel de corrupción y la poca atención a las denuncias de violencia o los casos de feminicidio. Apenas hace unos días se dio a conocer el caso de una mujer asesinada en Torreón, Coahuila, que había denunciado a su agresor 26 veces sin recibir solución por parte de las autoridades.

¿Cómo se vive la violencia en Yucatán?

La trata, los feminicidios, las violaciones sexuales, el embarazo infantil, la violencia doméstica y los abusos sexuales no son ajenos en el estado. Recientemente, el medio Haz Ruido dio a conocer cómo una víctima de trata denunció a la Fiscalía General del Estado por violación y amenazas de muerte. Fue hasta que su caso se hizo público y otras mujeres exigieron justicia, cuando le otorgaron protección.

En lo que va del 2020, han habido por lo menos siete feminicidios en el estado; 258 denuncias por violencia doméstica de acuerdo con el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal; el año pasado, el 911 recibió casi 9 mil llamadas por incidentes de violencia contra las mujeres, una estadística que duplica la media nacional.

Además, tanto el gobernador como el alcalde de la capital han sido omisos ante la violencia ejercida hacia jóvenes manifestantes por parte de la policía en el marco del 25 N del 2019.

¿Qué podemos hacer para combatirla?

Aunque sepamos que existe un sistema quebrado que propicia la impunidad, la denuncia es un instrumento que debemos ejercer por derecho. Informarte, seas hombre o mujer, es fundamental para entender la complejidad del problema. Sé empático con una persona que sufre o denuncia violencia, hay una gran cifra negra de mujeres que deciden no alzar la voz por miedo. Escucha historias, no son cifras, son personas.

Si está dentro de tus posibilidades, asiste a manifestaciones, comparte información verificada, ayuda a quien lo necesite. Generar redes de apoyo y cuidado entre tus amigas y amigos también es una forma de procurar la prevención. Si conoces a una mujer con señales de que sufre algún tipo de violencia, no la juzgues. El acompañamiento, la escucha y la atención puede ser un camino para ayudarla a salir de ese círculo de violencia o para impulsar la denuncia.

Si sufro violencia, ¿a dónde puedo acudir?

La Secretaría de las Mujeres, el Instituto Municipal de la Mujer y el Centro de Atención Integral (CEAV) tienen la obligación de atender a las mujeres víctimas de violencia y canalizarlas en las áreas correspondientes para asesoría legal y psicológica, y protección o refugio en caso de necesitarlo.

También puedes acudir a alguna organización o asociación civil o feminista para buscar apoyo y respaldo como: Igualdad Sustantiva Yucatán, Indignación, UNASSE, Apis Sureste, Uady sin acoso.

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