El cine que quiere hacer Mario Galván Reyes

Mario Galván es egresado de la licenciatura en Comunicación Social de la UADY. Se interesó en la producción de cine en cuarto semestre de la carrera, a la edad de 19 años. “Comencé a estudiar de manera autodidacta el lenguaje cinematográfico, a analizar y escribir sobre películas, pero también tenía historias que quería contar”. Conoció pronto a Víctor Rejón, Sergio Aguilar, Amaury Alonzo, con quienes formó pequeños equipos de producción.

“En el 2013 hubo un concurso de cortometraje que convocó la facultad, Concurso Interuniversitario de Cortometraje, ahí sí me eché la producción y dirección de un corto que se llamaba: ‘Hasta los dioses obedecen’. El mío ganó. A raíz de ese trabajo dije: No, a mí me encantó este pedo. Yo quiero producir mis propias historias. Entonces desde el 2013 me dedico a escribir y a producir también”. ‘Sinfonía adolescente’ es el tercer corto que produce, y ha dirigido dos más.

Al preguntarle sobre si busca formar un código estético, o una línea en sus historias, contestó: “El estilo obedece a la propuesta del contexto donde sucede la historia, en el caso de ‘Sinfonía adolescente’, dado que es una representación del flujo del pensamiento, decidimos utilizar distintos tiempos. Por eso se mezcla lo antiguo con lo contemporáneo, lo moderno. Y eso lo utilizamos como un elemento de estilo de manera muy arbitraria. Mi trabajo anterior, fue un cineminuto que está dentro de un cortometraje más grande que se llama Sajkil. Se llamó ’11 Definitivo’. Y es el momento cuando secuestran al Charras. Nosotros la ambientamos en los años 70’s, específicamente en el año 1974. Pues sí necesitábamos edificios, fachadas, elementos de la puesta en escena que te remitan a ese momento particular en la historia.

“Sobre las historias podría dividirlo en dos líneas: me gusta la comedia, los personajes que alimentan mis historias son los pícaros (una especie de antihéroe). Las que a mí me gusta escribir y dirigir son más ligeras, en la línea de la comedia y la tragicomedia, figuras que veo en mi contexto, en Yucatán; Las que dirijo con Carlos y Maritere, ellos las escriben y tienden a ser sobre aspectos muy profundos de la condición humana y a evocar imágenes sin estructuras muy rigurosas”.

Hablamos también sobre las dificultades para producir cine en la ciudad. “La primera dificultad es la educación, no hay educación formal o académica para estudiar cine. Tampoco hay los suficientes circuitos de información. Este encuentro cinematográfico es uno, tal festival es otro, pero tienen que crearse más microcosmos o comunidades para compartir cine. Uno hace cine desde que hace una película que le gustó, pero producir películas requiere muchas condiciones en las que nos sentimos muy en desventaja. No hay un interés ni de la iniciativa privada ni de las dependencias gubernamentales de crear fondos públicos ni de invertir en nuevas propuestas. No tenemos educación formal, por lo tanto no tenemos las bases para sostener un proyecto grande. No tenemos las tablas para contar con grandes presupuestos y hacer grandes películas».

Algo muy interesante de los cortos de Mario es que hablan o refieren de aspectos muy claros en Yucatán: personajes históricos como El Charras, locaciones, actores. Por ejemplo, en ‘Sinfonía adolescente’ reconocemos el Parque Hundido, el Centenario y la Antigua Ciudad Maya (un restaurante que cerró convirtiéndose en una ruina prehispánica). “La gente quiere verse reflejada en las cosas que contamos en pantalla. Gran parte del público está aquí pero nosotros pensamos que en Europa, Latinoamérica y Sudamérica hay gente que le va a parecer atractivo lo que estamos retratando aquí, estas historias, con estos escenarios”.

Su última producción fue escrita y dirigida por él, llamada ‘Ánima sola’, la cual participó en la plataforma Short Film Race, un rally de cortos en el Festival Internacional de Cine en Yucatán. “Fue un proyecto que entró a competir con otros siete proyectos de cineastas locales. En un mes desarrollamos las carpetas de producción para grabar o hacer el rodaje en dos días. Me asocié con Memorabilia, una casa productora que ya trabaja profesionalmente tanto en cine como en publicidad y formamos un equipo de producción muy chido con quienes realicé mi guión”.

Al final de la entrevista le pregunté lo que nadie quiere contestar: ¿cuál es tu película favorita? Se tapó la cara con las dos manos y se replegó en el asiento. Finalmente dijo: “Me gusta Ghost Dog de Jim Jarmusch. Para mí es un referente del cine contemporáneo y el Séptimo Sello de Ingmar Bergman igual es una película trascendental que me inspiró a producir y dirigir.

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