Por Yobaín Vázquez
Ilustración: Elo Draws
Este es un hecho contundente: la explosión demográfica de las drags va en aumento. Todo tiene que ver con la popularización de programas como RuPaul Drag Race y La más draga, la expresión artística del drag se convirtió en mainstream. Aquí y en China explotó la tacha, ya no solo el drag permite ser libre de expresarse con maquillaje exacerbado y vestuarios haute couture, camp o churpios; es que además pueden ganar dinero con ello (la famosa propinita) y ser una figura mediática.
Pero las drags no nacen por generación espontánea, aunque así lo parezca. Para que nos maravillemos al ver una drag 369 dando el brinco viejo en un show nocturno o al ver una drag premier protagonizando una portada de revista de moda, tuvieron que pasar por un largo camino de penalidades, trabajo arduo, experimentación y conocimiento de sí mismes.
Tomemos de ejemplo a Kimmy Bomba, draga que vino a imponer moda las niñas yucatecas. Tiene tablas teatrales, hace vogue, ilustra, hostea en bazares, lee cuentos a niñes, sólo le falta vender cochinita pibil los domingos. El surgimiento de Kimmy empezó desde la prepa, cuando se pintaba la cara con pinturitas no tóxicas o cuando hacía pijamadas con sus amigas y les pedía prestado su maquillaje. Así nace una draga, en la clandestinidad. ¿Pero la idea de dónde proviene?
—Yo siempre voy a decir esto: VH1 me hizo una drag queen. Me acuerdo que cuando veía tele, cuando estaba chavite, y pasaban películas como Reinas o reyes, Rocky Horror, Priscila, la reina del desierto, y siempre que lo veía decía, está increíble, esos vestuarios y me quedaba con: son hombres vestidos de mujer. Yo no sabía qué era una drag queen, no sabía qué era una travesti, pero siempre me llamó la atención.
Otra dragona icónica de Yucatán es Diamantina Ovárica. Nacida, criada y desarrollada en la ciudad de México, aterrizó a Mérida con muchos polvitos de colores. También tiene formación teatral, es guionista de televisión, escritora de ficción y fue conductriz de un programa de radio. Diamantina proviene del mundo de los osos, esa subcultura gay de hombres grandes y velludos con estética híper masculina y que regularmente reniegan de lo femenino. Diamantina se rebeló contra eso, se paró enfrente de ellos y les hizo así 🤟
A veces, les niñes pueden encontrar inspiración en las mujeres de su familia para instalar en su mente la idea de hacer drag, como bien lo menciona Diamantina:
—Mi mamá se iba a casar aquí en Yucatán y tenía en el closet allá en México su terno de novia, y era mi máxima fantasía ponérmelo. De chiquita, ponerme el terno de novia era lo máximo. Allí nació Diamantina, sin duda, te estoy hablando de cuando tenía cinco años, que me emocioné con una ropa tan vistosa, de lujo.
El nacimiento de una drag puede suceder en el momento menos esperado. Cuando una persona por fin se maquilla, se pone un vestido y se sube a tacones o plataformas, es la materialización inicial de una idea o un sueño que se venía postergando desde la niñez o la adolescencia. Una vez vestidas, ya nadie les quita lo alborotadas.
Mamá, papá: soy una drag queen
¿Quiénes serán las primera personas que se dan cuenta del nacimiento de una drag? Hay miles de escenarios posibles: confesárselo a un mejor amigue, que sean cachadas en pleno travestismo por sus padres o que el cambio sea paulatino. Algunas ni siquiera pueden contarle a nadie que son drag queens.
Kimmy Bomba ha tenido la suerte de contar con un padre que la apoya. Recuerda que a veces, después de llegar peda de una fiesta, dejaba en la sala sus pelucas y botas. Al día siguiente, su papá le pedía que recogiera su vestuario y Kimmy se justificaba diciendo que era ropa de teatro. También rememora el día en que su papá la llevó a la casa en la que iniciaría su vida de drag independiente:
—Y me dijo: fíjate que yo sé de tus preferencias y todo, y te apoyo y te acepto. Y también sé que te gusta vestirte de mujer. Y yo: papá, fíjate que es muy diferente, lo que yo hago es más teatral, es más conceptual. Me dijo: mira, lo único que yo quiero es que tú te respetes, te des a respetar y que te respeten, no te dejes, y tú haz lo que te apasiona. Te juro que yo llegué a la casa y me puse en lágrimas. Que un papá te diga eso está bien fuerte.
Diamantina tampoco tuvo una salida del closet. Su resplandor drag era demasiado potente como para que a alguien le quedara dudas. Pero quizá hubo un momento en el que se presentó ante sociedad, cuando presentó su libro en la librería del Fondo de Cultura Económica de Coyoacán. Fue la primera vez que la vieron completamente en drag sus papás, sus compañeres de Televisa y de la Sogem. Además, tuvo una entrada dramática. Como buena drag que se precie de ser diva y posona, llegó tardísimo a su propia presentación. ¿Impuntual? Siempre, ¿opacada? Jamás.
Volviendo a Kimmy Bomba, ella trató de mantener oculta su faceta drag con su mamá. Pero gracias a Rocío Sánchez Azuara pudieron conversar de ello. Esta conductora de TvAzteca invitó a varia drag queen a su programa. Allí las vio la mamá de Kimmy y le envió fotos con un mensaje: “mira lo que estoy viendo”. Kimmy le preguntó cuál de las invitadas le gustaba más y su mamá le respondió que la más parecida a como se maquillaba Kimmy. Así descubrió que su madre lo sabía y, al parecer, lo aceptaba. La importancia de esta plática es porque antes no se frecuentaban.
—De la persona que menos pensé, porque mi mamá ha dicho comentarios en mi infancia muy fuertes, así de que: ay, si uno de ustedes me sale joto…, como que despectiva, un poquito. Pero que me haya escrito eso, que me haya dicho, a ver maquíllame, quiero parecerme a esta, yo creo que es un gran paso.
Ese día, Kimmi pudo mandarle una foto de ella en drag. Su madre le pidió que la maquillara para parecerse a María Felix.
Las drags son como la humedad
Una drag bebé tiene que saber desde un inicio los peligros que representa vivir en la muy noble y muy leal ciudad de Mérida. Las gatadas más comunes: el clima y la homofobia, aunque a veces parecen uno solo, como dice Kimmy:
—El calor nos hace la homofobia siempre. Creo que parte del reto de vivir acá en Mérida, sí es definitivamente el calor.
Parece broma pero es un problema real cuando se trata de mantener un maquillaje pulido. Cada quien tendrá sus trucos para que su rostro no se vea chorreado como un iceberg en plena crisis ecológica. Sí, el cambio climático también afecta a las drags. Si no cuidan el planeta por los animalitos, al menos háganlo por ellas. Cuidemos nuestro ecosistema drag, la tierra es el único planeta donde lo habitan. Kimmy nos exhorta:
—Y espero que el clima mejore, que el calentamiento global no esté tan de la fregada y que en las próximas elecciones den climas a las drag Queens y así votamos por la gente.
Pero ya en serio, las implicaciones de ser drag en un país donde se reportaron 87 crímenes en contra de la comunidad LGBT de 2020 a 2021, es de resistencia y mucha valentía. En redes sociales es común enterarse de casos de drags que les niegan el servicio de transporte privado solo por ir vestidas. Este es un ejemplo de mínimas agresiones a las que se enfrentan.
Diamantina está muy consciente que en Yucatán hay mucha familiaridad con el tema travesti. Las vemos siempre como aquellos comediantes que se visten de mestizas para entretener al público. Pero las drag vienen a romper con eso, le dan un nivel político a la subversión de los roles de vestimenta, incomodan cuando no están al servicio de la comedia simplona. Las drag deben tener presente las palabras de Diamantina:
—Estamos en un reto de transformación y esa es la principal dificultad que una drag se está enfrentando en Yucatán: que debe ser punta de lanza y romper y pegar y seguir conquistando espacios y seguir haciendo muchas historias drag desde acá (que es lo que yo hago). Este invadir todos los rincones como la humedad pues nos va a ayudar a lo que estamos soñando y a vivir nuestra fantasía.
Hablemos de pelos
¿Qué sería de una drag sin grandes pelucones de impacto? Si bien hay unas que se manejan en pelonas o incluso con cabello natural, lo más común es que por lo menos tengan una peluca en su repertorio. Las drag nacen sin pelo, como cualquier ser vivo, y se las tienen que ingeniar para que no las bufen por tener pelos de estropajo. La que inicie en esto, que se refleje en los primeros pasos de Kimmy:
—Al principio yo no tenía para pelucas y compraba scarves, me las ponía encima como turbante o compraba pelucas de cosplay de esas que están como a 300 pesos, que solo las ves y se enredan, pero tienes que trabajar con algo. Poco a poco ahorrando ya compré mi primera lace front.
Después aprendería que las mejores son las full lace. Pero además de comprar pelucas, lo importante es saber peinarlas. Aquí requieren de las manos expertas de peinatrices para darle movimiento y estilo a las cabelleras. La drag queen que sepa del arte del peinado, el planchado y el tinte, ya ganó en la vida.
Sin embargo, también queda el uso de otros materiales. No todo es cabello sintético o 100% natural. Diamantina ofrece opciones: estambre, plástico, periódico, fomi. Cualquier cosa es propensa a ser peluca. El ejercicio de la creatividad es muy importante para Diamantina:
—Una de las más divertida fue cuando me atreví a comprar una laca de pintura plateada e hice una peluca, la quería hacer toda de lado y eso creo que es lo padre del drag, el jugar a ser tú creativo con tus cosas. Debe ser una peluca que me costó 3 pesos y lo que costó el spray y eso lo dejé de lado. Me encantó para mi foto de Halloween del año pasado y me sentí… a lo mejor no era la gran peluca, pero yo me sentí muy orgullosa y satisfecha de haberla hecha con mis manitas.
Porque una drag podrá nacer en cuna de oro o de plano en una alcantarilla, pero lo que cuenta es saber usar todo a favor de una idea o un concepto. Llévense el consejo de Diamantina: tu mayor inversión debe ser tu creatividad.
El poder del hechizo
La ropa es de las cosas en que más se fija la gente. La flexibilidad de una drag le posibilita tanto usar prendas de diseñador como bolsas de basura. Lo elemental es saber vender un look, hacerlo pasar como algo único: es el (no tan) discreto arte de hechizar.
Kimmy Bomba en su faceta de artista conceptual, puede crear dibujos de vestuarios. Eso se lo pasa a Moi, su hermana gemela del vogue y vecina, que le ayuda a elegir las telas y costurar. Que una drag se haga de un closet variado puede costar varios supers, por eso tienen que encontrar maneras de conseguir prendas más económicas:
—A veces es muy chido la ropa de tianguis, hay veces que para una chica grande como yo es un poquito difícil encontrar ropa porque las chicas flacas pueden ir a Berhska, Zara a comprar ropa, pero una tiene que buscar. El tianguis es una buena opción, ahí he encontrado cosillas y mira, le quito, le muevo, le pego piedra y ya es otra cosa completamente diferente.
En el mundo drag, la evolución tiene otras reglas: no sobrevive la más fuerte, sino la más creativa. Diamantina Ovárica reconoce que el drag también se nutre de las referencias, del reciclaje de ideas y las mixturas. Así lo explica:
—Yo creo que pinterest puede ser una gran inspiración para nosotras las drags y tomar diseños, no hay nada nuevo bajo el sol, así que la combinación y tu interpretación de lo que ya existe, esta interpretación de lo que ya existe es tu versión y esa es tu aportación; entonces, estéticamente nosotros tenemos una importante aportación estética con nuestro trabajo. Eso es lo que debemos buscar, el concretar nuestra versión del mundo.
Llamémosle Método Pinterest a esta reapropiación de lo ya hecho, pero siempre con el toque particular de una drag. No es necesario que todas sean chicas de la moda, con que un trapo exude personalidad, ya es ganancia.
Donde pisa una draga, no borra su huella cualquier inventada
No todas las drag nacen sabiendo caminar en tacones. De hecho, hay algunas que parecen bambi recién nacidas en sus primeras pasarelas. Pero además, hay que reconocer que no todas las drag tienen pie pequeño, lo más común es que calcen como basquetbolistas. Encontrar zapatos de su talla es un problema en el que casi ningún fan de dragas repara.
Esto es lo que dice Diamantina al respecto:
—Le batallo terriblemente, lo he resuelto con zapato abierto. Sí tacones, pero abiertos, es más fácil para este caso (de los pies de tamal) se puedan expandir libremente y nada más se contengan con el cinturoncito adelante y el que va en el tobillo. Pero también de esa manera se rompen más fácil, he roto más de uno, o se te abren. Sí le batallas por el peso y porque están diseñados para un peso menor, un peso de mujer.
Kimmy Bomba también tiene piecito de tamal, y por eso se tuvo que mandar a hacer sus botas icónicas a Hunucmá. Para ella no es una opción encargar zapatos de Andrea o Price Shoes, menos unas botas Milton Fájer. Dios le da sus peores batallas a sus mejores dragas.
En este temas que puede parecer mera vanidad, en realidad nos habla de la poca apertura del mercado para tallas que no sean consideradas típicamente “femeninas”. Aquí hay una oportunidad de negocio desaprovechada, tal como Diamantina advierte:
—Ese es uno de mis pleitos con la industria de la moda, que no piensan en este mercado creciente de todos los pesos y todas las tallas, y que ojalá toda la industria se empiece a dar cuenta que los diseños no deben tener género, y deben ser más abiertos a que vayas a una marca, a Liverpool, a Suburbia o Sears y haya para todos los pesos y tallas.
¿Sueñan las drag con pelucas eléctricas?
Quizá porque las drag son la encarnación de ensoñaciones y fantasías, es que no nos preguntamos qué soñarán ellas. Es fascinante preguntar qué maquinarán cuando se van a dormir.
Kimmy y Diamantina sueñan en grande, en el futuro del drag en estas tierras cálidas, porque soñar en eso es asegurar la colectividad y la herencia de un arte a nuevas generaciones. Cuando Kimmy cierra sus pestañones locos, sueña con esto:
—Mi sueño en cuanto a Yucatán es que nos volteen a ver también, que no solo sea que el drag mexicano es Monterrey, Ciudad de México y Guadalajara, sino que aquí también hacemos cosas chidas y exponentes increíbles, hay chicas súper talentosas y que cuando piensen en drag, también volteen a ver a Yucatán, al sur.
Diamantina aspira a hacer cosas totalmente diferentes a lo que hacen las drags hoy en día. Prefiere armar un show teatral íntimo, con influencias de cabaret. No ansía las masas sino el contacto personal con su público.
—Sueño más con ser una buena espectadora y admiradora del arte drag y desde mi trinchera, consciente de mis limitaciones y de mis posibilidades, disfrutar más que nada. Yo ya estoy en esta etapa de la vida en la que quiero disfrutar lo que he trabajado a lo largo de más de 20 años. Ya estoy como en el sueño de que todo lo que venga es ganancia.
Cada vez que veamos a una drag pensemos que es una persona que nació dos veces. Primero en el incontrovertible parto biológico y luego en el monumental esfuerzo de conformarse a sí mismas con su propia creatividad. No cualquiera se da a luz con kilos de maquillaje, y si alguien lo duda que lo intente. ¿Podrán?