Armemos juntos el danzón

En busca de la memoria de un bien común (in)tangible

por Abril González, Frida Vilchis, Martín Romero, Jackeline Zúñiga, Aviela Perera, Diana Falcón, Adela Vázquez y comunidad danzonera del barrio de Santiago

Ilustración: Luis Cruces Gómez

Dicen que mapear está de moda. En los últimos tiempos vemos imágenes de personas que interactúan con mapas en espacios públicos, colectivos mapeando en comunidades y talleres de mapeo en contextos diferentes. Sin embargo, el mapeo existe desde hace mucho tiempo.

Para nosotros, su importancia radica en la práctica social desde lo cotidiano. Salir del espacio en el que estamos para entrar al espacio social. No puede ser un dispositivo jerárquico. Debe implicar miradas múltiples como múltiple es el territorio.

El martes 17 de abril del 2018 de seis a nueve de la noche, algunas personas facilitamos la herramienta de mapeo colectivo junto con la comunidad del danzón en el barrio de Santiago de la ciudad de Mérida. Esto como parte de un proceso iniciado en febrero de este año y prolongado hasta mayo en la asignatura de Gestión del Patrimonio Cultural Intangible de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales que se imparte en el Cephcis de la UNAM.

La guía no es el diseño

Hay una frase muy conocida de Alfred Korzybski que dice que “el mapa no es el territorio”, expresada en la Primera Guerra Mundial cuando cayó con su tropa en una fosa que no aparecía en los mapas.

Como punto de partida nos preguntamos cómo se relacionan las personas con el danzón en el barrio de Santiago. Quisimos descubrir qué cosas componen el danzón en relación con las personas y la memoria común del espacio social. En concreto, visibilizamos aquello que compone este baile con la finalidad de guiarnos con base en algunas temáticas y colores para relacionarlo con la música, el baile, el vestuario, recorrido, personas y espacio.

Preguntamos qué músicos tocan, con qué instrumentos, qué canciones. Cómo se visten las personas para asistir al danzón, si usan maquillaje. Dónde aprendieron a bailar, con quién bailan, con quién van, si buscan pareja o asisten a otro danzón en la ciudad. Cuál es su recorrido para ir, cómo llega, dónde viven los músicos, entre otras cosas.

Dejarse afectar por los mapas

Este mapeo ha sido de gran ayuda para relacionarse con la comunidad y la gente que nos rodea cotidianamente, aunque a veces no notemos que están ahí. A pesar de que algunos de nosotras somos yucatecas, no conocíamos sobre el danzón en Mérida y esta experiencia es otra forma de compartir.

Animados a escribir y preguntar, escuchamos testimonios entrañables acerca de cómo la música o el vestuario de hombres y mujeres de este baile se ha transformado en diferentes épocas y cómo a pesar de ello no ha dejado de ser escuchado y bailado por el público. Las personas asisten al barrio de Santiago a pasarla bien en pareja, encontrarse nuevos amigos, o descubrir proyectos como el nuestro que los invita a colaborar con sus perspectivas personales.

mapa

Las personas que lo sostienen

Durante el mapeo conocimos al grupo Danzoneros del Mayab, personas apasionadas por el género que han conformado una escuela dirigida por el maestro Raúl Félix Leal Conde. Para ellos, el danzón es un baile de salón que se disfruta regionalmente con una serie de reglas acordadas para aprender compases. Transmite un danzón académico que se convierte en un arte complejo. Pa otros es un baile popular que se gestiona de manera cooperativa e intuitiva.

La música que lo mueve

Nereida es el danzón preferido de muchos asistentes. También aparecieron Teléfono a larga distancia, Masacre, Habana Park, Caldo de Oso, Champotón, El pichi, ​La verbena de la paloma, Zacatlán, Flores Negras, Florecita, Las margaritas, Mi amigo pancho y Veracruz.

Interpretados por distintas orquestas como ​Orquesta América, Acerina y su danzonera, Pepe Castillo y su orquesta, Carlos Campos, La orquesta de Mérida, Santanera,Los babys​ u​ Orquesta Aragón.

El mapa colectivo nos permitió contrastar información. Una persona mapeó que no había orquesta danzonera en Mérida, mientras otra persona añadió en el mapa “SÍ HAY”. Se convirtió en un espacio donde distintas perspectivas se vieron reflejadas. Otro caso es la clasificación que algunas personas hacían entre danzón y danzonete. El primero se caracteriza por ser sólo música y las orquestas típicas son quienes las tocan, mientras el otro es cantado.

Puedes checar el mapeo digital aquí.

¿De dónde salen tan bellos sonidos? “Lo que más me gusta es el saxofón”, escribió María Luisa. Al ubicar en el mapa los instrumentos que conforman las orquestas aparecieron también la trompeta, el clarinete, el güiro, las percusiones, las cornetas, la armónica y un papel fundamental en el danzón que es nombrado como director de baile, conductor u operador de música.

A lo largo del tiempo, muchos amantes del danzón en el Parque de Santiago ha notado cambios en la manera en la que se baila y la incorporación de ritmos como el chachachá, el merengue o la cumbia. Pero, sin duda, siguen considerando que estos bellos danzones y danzonetes son parte de su vida.

La combinación de ritmo con instrumentos, el ambiente que se crea, la experiencia tan única que nos lleva a la cultura cubana. “Me encanta la de Cómo han pasado los años​ , qué bellísima al verla bailar con la población mayor”, dijo Estefanía Ortega.

El vesturiario que lo engalana

La complicidad en una pareja que baila danzón se ve reflejada no sólo en el intercambio de miradas al bailar sino también en la armonía de combinar sus vestuarios para destacar durante su presentación en la pista de baile, en el ir y venir de vestidos coloridos acentuaban atributos femeninos como la cintura.

Elegancia con vestido, zapatos de tacón y abanico. Sombrero filipina y pantalón ligero, zapatos negros. Ropa fresca y holgada que permita mover el esqueleto. Elegante y cómodo.

Antes vestían el traje regional y las mujeres el tern; ahora sólo asisten con ropa casual pero apropiada para el baile. Antes las mujeres usaban tocado con flores naturales: gladiola, con amapola o mariposa pero ahora ya no lo portan. Los hombres, ropa blanca, camisa manga larga y alpargatas. Antes se usaban las mancuernas, zapatos de tacón y chanclas.

Guayabera blanca, pantalón blanco, sombrero blanco. Sombrero danzonero, filipina, pantalón negro. Danzón en las mujeres, flor en el pelo, vestido, maquillaje, abanico, zapatillas, aretes, collares y pulsos.

Los recorridos que lo caminan

De aquí y de allá, la gente llega de muchos lugares de Mérida, de Yucatán y más allá. Algunos caminan, otros en taxi, en coche o bicicleta, en camión lo más común. Algunas como Josefina sale de trabajar cada martes de un supermercado cercano al mercado Lucas de Gálvez, después de una dura jornada, y se reúne con sus dos amigas -las tres alegres comadres, se dicen- para bailar danzón en Santiago; de ahí, ya tarde, toma su bus hacia Xmatkuil donde vive junto a su familia y en donde piensa que hacen falta espacios públicos como el de Santiago en el que se baile danzón, “así habría menos delincuencia porque el danzón crea comunidad”.

Aunque existen otros espacios donde se puede vivir el danzón en Mérida, como las plazas de Santa Ana o Santa Lucía o lugares como la Macro Plaza, los bailarines prefieren asistir al parque de Santiago porque en sus propias palabras “es el mejor lugar para un evento como tal. Danzoneras y danzoneros de muchos puntos de la ciudad como Xmatkuil, la zona del Aeropuerto o del norte de la ciudad se dan cita para disfrutar de este evento; sin importar la distancia recorren la ciudad en auto, en camión o, incluso un bailarín, asiste al evento en bicicleta desde Kukulkan.

El espacio que lo atestigua

El Parque de Santiago es parte del icónico barrio que lleva el mismo nombre, gracias a la Iglesia de Santiago Apóstol. Durante la segunda mitad del siglo XIX el barrio fue paso e inicio del Camino Real de la ciudad de Mérida al puerto de Sisal, desde donde se realizaba la exportación de la fibra de henequén y desde dónde se creía también que venía el danzón desde Cuba.

El parque de Santiago está junto al Mercado Santos Degollado, donde de día y de noche se puede degustar comida yucateca y se ha convertido también en toda una referencia:“paso a cenar al mercado”, nos comentaron; otros venían buscando el tan mencionado PCI en la comida y terminaron por ver el danzón como parte de éste:“llegué porque vine a probar la comida del Mercado de Santiago, ví que estaban acomodando y me quedé”; “ceno en los salbutes del mercado y es la primera vez que veo el danzón”.

Un mapa comunero

Gracias a la comunidad que sostiene y mantiene vivo el danzón nació un mapa comunero porque se hizo entre todas las personas que se acercaron a la mesa de mapeo, que escucharon, observaron, conversaron, bailaron…no están todas y no pretende ser un mapa de la totalidad, ni de una única verdad, ni mucho menos de nuestra verdad. Hemos tratado de escribir un texto de la experiencia desde la diversidad; un mapa no del danzón sino de la experiencia danzonera.

Other Articles

spot_img
spot_imgspot_img