Por Katia Rejón
Maryliz Tamez (Apol Chiks) estudió Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Yucatán. Su trabajo abarca el dibujo y la ilustración tradicional y digital. Su obra se concentra en la exploración y el uso del color en la acuarela. Ella dice que representan sueños e ideas en contraste con la inocencia del ser y la melancolía. Sus imágenes pueden ser expresivas, oníricas e incluso viscerales. Sus personajes parecen ser siempre introspectivos y observadores con el entorno que critican y con el que se identifican.
También es mi ilustradora favorita.
La obra de Maryliz, más allá del mérito que tiene debido a su técnica y cómo ha desarrollado un estilo y discurso propios, es una carta de aceptación para sí misma y para los demás. En el segundo número de la revista publicamos una muestra de su trabajo y ella misma decía que «no pretendía agradar o desconcertar, sin embargo, los personajes son una forma de sublimación utilizada para amortiguar algunas de las que considero mis peores pesadillas, mis miedos más profundos». Creo -románticamente- que tener un cuadro de Maryliz Tamez sobre mi escritorio, por ejemplo, es una forma de recordarme que todos tenemos algo intrínseco y de vez en cuando podemos dejarlo salir al mundo.
En sus últimos trabajos, Maryliz también ha llevado un discurso muy fuerte sobre la gordofobia, la crítica a los estándares femeninos en general, el feminismo y la conmiseración injusta hacia las personas con discapacidad. De la última vez que publicamos sus trabajos hasta hoy, ha tenido un progreso evidente así que añadimos a la muestra algunas imágenes más nuevas.
Puedes ver más de su obra en: Apol Chiks