El cine conforma nuestra visión del mundo: Sergio Aguilar

Sergio Aguilar es el productor de Morbido Film Fest en Mérida junto con Kevin Manrique Cámara. Estudió Comunicación Social en la Facultad de Antropología, tiene un diplomado en Gestión y Marketing Cultural por Conaculta y un máster en Gestión de Política y Proyectos Culturales de la Unviersidad de Zaragoza, España. Actualmente es maestro universitario. Tiene 23 años.

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La entrevista comenzó sin querer con la última pregunta que le hago a todos los entrevistados de la serie: ¿cuál es tu película favorita? Es, a propósito, una pregunta difícil y casi siempre inesperada. Casualmente, todos los sitios donde se hacen estas entrevistas han sido en lugares que tienen algo de cultural: Casa del té, Facultad de Antropología, Filey, Cairo Cinema Café, etcétera. Esta vez fue en Café Chocolate.

Lo siguiente es una historia de amor y compromiso con el cine.

Memorias de nómada: ¿Desde cuándo estás involucrado en el cine?

Sergio Aguilar: Desde el 6 de mayo del 2006 cuando vi por primera vez El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), que es hasta la fecha mi película favorita de toda la vida. Algo me movió esa película que no me había movido ninguna otra antes. Cuando me di cuenta ya estaba atrapado en el cine y no podía salir de él.

M.N: ¿Cómo comenzaste a organizar Mórbido? ¿era un proyecto personal o algo que le hacía falta al estado?

S.A: Yo quería que hubiera, cuando le pregunté a la persona que lo organiza cuándo iba a haber uno acá, terminé haciéndolo. Entonces de pronto yo tenía que organizar el único  festival de cine de Mérida. Eso fue a principios del 2010, hace 5 años. En ese entonces yo tenía apenas 18 años y tenía que hacer un festival de cine de terror.

Fue muy divertido, y un poco estresante pero porque soy desesperado. Uno aprende muchísimo cuando hace un festival de cine, sobre el mismo cine, gestión, relacionarse con los distintos niveles de gobierno, con diferentes círculos de gente, una chamba muy grande, pero que cada año sale mejor y más divertida.

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Sergio Aguilar y Kevin Manrique en conferencia de prensa de Mórbido Film Fest 2014

M.N: ¿Qué es lo más difícil de hacer un festival de cine?

S.A: Saber cuándo y cómo ir cediendo a esas cosas que salen diferente a como las habías planeado. Tú tienes una idea de cómo hacerlo y conforme se van asentando las cosas, cambia la idea de lo que quieres a lo que terminas haciendo, nunca debe ser sacrificando el proyecto. Muchas veces sucede por cuestiones políticas, programación, público, recursos, patrocinadores, pero si al final a la gente le gusta, el dinero se invierte bien, las películas se proyectan bien, ahí sabes que las cosas salieron como debían salir.

MN: En el festival hacen concursos de cortos universitarios, ¿qué opinas de la producción de cine local?

S.A: Hay mucho talento local, pero también hay muchos vicios en las producciones universitarias, de los estudiantes y los chavos en sus primeras producciones, entre esos vicios está creer que toda producción audiovisual se divide en tres etapas. Así lo enseñan en la escuela: preproducción, producción y posproducción. En realidad, son cinco etapas, o al menos esa es la manera en la que estoy proponiendo verlo, (no sé si alguien ya lo había planteado antes pero es la manera en la que me gusta enseñarlo), deberían ser 5: aprendizaje, pre-producción, producción, pos producción y exhibición. El paradigma de las tres etapas te hace creer que las películas salen de forma espontánea. Como si un día alguien levantara una piedra y encontrara una película ahí. Como se dice ingenuamente en Yucatán: “levantas una piedra y sale un poeta”. Pero no, levantas una piedra y salen personas que escriben dos o tres cosas que rimen, pero un poeta no. Un poeta cuesta trabajo, aprendizaje, no es sólo talento. Así como en la gestión cultural no se pueden hacer cosas sólo con buenas intenciones, el arte no se puede hacer sólo con talento.

Los errores que estamos notando en los circuitos de producción es que la gente no quiere ver películas, la gente que ve películas se encasilla y no piensa en un mercado más allá de pasársela a sus cuates en una fiesta del viernes. Te das cuenta de que la producción no va a mejorar si no te tomas a ti mismo en serio. Si ellos no se toman a sí mismos en serio, ¿por qué yo voy a perder el tiempo haciéndolo?

Llega la secuencia de créditos, y en la secuencia de créditos aparecen chistes locales que nadie más entiende. No hay agradecimientos a la música que, creo yo, es más que obvio que no le pagaron a los Beatles para poner la música en su corto. Ni siquiera le agradecen a los que escribieron la canción que utilizan. Unos errores de cliché, de casting tan grandes…

En conversaciones sobre el tema, ha surgido el término de La Tierra del Peter Pan. Los cortos universitarios generalmente viven en ella. Porque ahí nadie crece. Papeles de adultos mayores en crisis de la mediana edad  son interpretados por chavos de 18, 20 años, eso quita mucha credibilidad al trabajo y hace que se vuelvan hasta insoportables de ver.

Muchos cortos que no han pasado el filtro del concurso, y que no han sido finalistas ha sido por cometer este tipo de errores. La gran enseñanza es que antes de escribir guiones hay que ver muchísimo cine. Durante todo el desarrollo del corto, hay que pensar en el circuito de exhibición, hay que buscar cómo mover el corto y recibir todas las críticas que podamos. Así es como una producción va realmente mejorando y uno como realizador va aprendiendo más.

M.N: Las comisiones que existen en Mérida, la Comisión Méxicana de Filmaciones de Karla Medina, y la Comisión Fílmica de Mérida Yucatán de la Sedatu, ¿consideras que impulsan la producción local? ¿o hace falta una dependencia en Sedeculta enfocada a la cinematografía, por ejemplo?

S.A: A ninguna de las dos comisiones que tú mencionas le interesa lo más mínimo la producción local. Tan simple como que si les interesara, harían algo por ella. La única que ha hecho algo es la que preside Karla Medina. En el festival que hicieron en enero, [Festival Internacional de Cine de Mérida y Yucatán] hicieron un rally de cortos y uno de los ganadores se eligió por los aplausos medidos a través de una aplicación para el Iphone que registra decibeles. Esa falta de seriedad es reflejo de una pésima organización y una nula preparación de la persona que la preside. Muy evidente. Entonces no, la respuesta a ¿crees que apoya? es no.

Ahora, no hay que crear otra dependencia porque precisamente lo que hace más lento al desarrollo gubernamental es que se creen dependencias, entonces vamos a terminar creando dependencias que se dedican a crear dependencias, «la Secretaría de la Creación de las Secretarías”, ¿no?

Sí creo que debería haber un departamento especializado en cine en Sedeculta como lo hay en teatro, de literatura, música, y debería haber departamentos similares en la dirección de cultura del Ayuntamiento. Y esos departamentos son los que tendrían a su cargo las comisiones de filmaciones. Porque una comisión de filmación es aquella que incentiva la producción de películas en el interior de la entidad.

No entiendo por qué una comisión de filmaciones del Gobierno del Estado, tiene que estar sólo en el departamento de turismo. Evidentemente no están peleados pero no hay un turismo de cinematografía como en Nueva York donde hay decenas de tours sobre películas filmadas en esa ciudad. Pero no hay ningún tour de películas filmadas en Yucatán, para empezar porque usualmente las películas que filman acá son muy malas, y luego les dan premios como Jaguares de Oro y cosas así.

Esos departamentos de cine en Sedeculta se encargarían de hacer posible los incentivos para traer a producciones internacionales y nacionales y promover la producción local. Y no digo todo esto nada más porque sí. Sé de gente que se acercó a la comisión del Gobierno del Estado, una persona en particular que solicitó un catálogo de altares de iglesias, y no tenían, entonces encontró por su cuenta la iglesia específica y le pidió a la Comisión de Filmaciones que le ayudara con una carta solicitándole a la Arquidiósesis de Yucatán que le diera chance de filmar ahí. La comisión le dijo que no lo iba a hacer. Entonces pidió otra carta para que le dieran un aval como apoyo por parte del Gobierno del Estado y tampoco le respondieron a esta carta. Al final no sirvió de nada la dichosa comisión, creo que era la primera producción local que se les acercaba a ellos y no sabían qué hacer.

Eso es muestra de cómo las políticas culturales no están incentivando las producciones locales, creo yo por eso hay que salvaguardar las expresiones artísticas emergentes en la ciudad y ojalá suceda algún día.

M.N: ¿Qué otros puntos deberían tomarse en cuenta para establecer una política cultural efectiva en cuanto al cine?

S.A: Creo que son tres ejes primordiales: apoyo a la producción a través de créditos para la apertura de negocios sobre casas productoras, menos burocratización en procesos como en las comisiones fílmicas; el segundo eje sería apoyar la educación y la capacitación continua, traer cada vez más cursos, talleres, de mejor calidad, sobre todo tipo de áreas de la producción y del análisis de cine también; y el tercer eje sería la exhibición y difusión, apoyar a los proyectos que se preocupan por dar a conocer los trabajos nacionales y locales independientes, o que les dan promoción de cierto tipo a través de sus páginas web, de sus revistas, de sus centros culturales.

También debería de considerarse la inclusión del gremio mismo en la planificación de la política cultural, es un grupo sólido en el sentido de que son muy conocidos entre sí, y todavía no hay grandes riñas entre ellos, como en otros sectores artísticos en los que no pueden verse las caras. Una manera de aprovechar la situación es que todos juntos comiencen a planear y a dirigir. De alguna manera todos lo estamos haciendo. Es algo que puede funcionar también como capital político para las personas que pretenden ser alcaldes o gobernadores de Mérida. Entender que pueden hacerse amigos del gremio, no con promesas falsas sino haciéndolos partícipes. ¿Quién mejor para proponer políticas culturales para la comunidad artística que ellos mismos?

M.N: En cuanto a la profesionalización que hace falta en los aspirantes a cineastas del Estado, hay una discusión de si debe abrirse una escuela de cine en la entidad. Manuel Escoffié, por ejemplo, se muestra escéptico ante el poco campo laboral que podría haber. ¿Tú qué opinas, debería haber una escuela?

S.A: Sí, pero no hoy. Concuerdo con Manuel. El otro día estaba platicando con una persona que estudió en Cuba, en una de las mejores escuelas de cine de Latinoamérica, que aprendió de los más chingones maestros, iba gente de Europa y de Estados Unidos a darle clases. Y al final, le pregunté cómo le va desde que regresó a México y me dijo: «Ése es el problema, regresé a México. El cine es un mundo de relaciones personales, en México soy un desconocido». No conseguía chamba tan fácil, no podía aplicar a proyectos porque los suelen aprobar las mismas personas de ciertas escuelas a sus mismos compañeros de clase. Al final, se sentía perdido. Yucatán es una zona bastante aislada del centro del país, tal vez no sucedería tan drásticamente. Pero tiene toda la razón Manuel, no hay campo laboral de cine en Mérida.

Las escuelas de cine actuales en el país, las de producción no contemplan estas dos fases que te dije, ni en el CUEC, ni en el CCC, en ninguna escuela del país les interesa aprender nada sobre teoría o análisis de cine, ni sobre exhibición o gestión de cine. Perdón si soy repetitivo pero es importante: cuando uno estudia comunicación le terminan enseñando ese paradigma y cree que uno se levanta y tiene ya en su cabeza escrito el guión de Apocalypse now, y mientras lo exporta del Final Cut ya se está cambiando para recibir su premio. En conclusión, sería una irresponsabilidad crear una escuela para un campo laboral inexistente, sobre todo si se hace con recursos públicos.

M.N: ¿Cuál es la labor de los cineforos actualmente?

S.A: Cubren un vacío en la distribución de cine en México. Creo que es de los problemas más graves cuando uno piensa en términos de producción. Si bien podemos achacar una discusión sobre la legalidad de la exhibición, creo que también es justo decir que cumplen con una labor que no les interesa cumplir a las grandes cadenas exhibidoras y tampoco al Estado Mexicano. Sí es algo que hay que aplaudirles a los cineforos, pueden cumplir un papel de ser grandes formadores de públicos y por ende, grandes formadores de creadores. Recordarle a quienes quieren dedicarse a hacer creación de cine que tienen que ver mucho cine, rodearse de gente que hace cine, asistir a los festivales de cine. Es la mejor manera de aprender cine.

M.N: ¿Cuál es el impacto social del cine? ¿por qué ver cine?

Es una herramienta más de expresión, el arte siempre ha estado de algún lado en la etapa de la historia. Por ejemplo, un amigo se fue a Berlín, estaba de tour turístico y  cuando expresó su admiración por la riqueza histórica, los monumentos, etcétera, un alemán le dijo: «No, no hay nada de que estar orgulloso. Este país ha sido el culpable de muchas desgracias». Mi amigo, entonces, me dijo que cree que en buena medida es por el imaginario de Hollywood de la guerra y posguerra el que creó en el inconsciente colectivo esa idea de que los alemanes son los malos. Así de poderoso es el cine, y lo que provoca, se puede utilizar un medio de propaganda política, para cualquier tipo de intención. La historia del cine es la historial del siglo XX y viceversa, el que formó el lenguaje audiovisual, este Homo Videns del que habla Sartori. Aunque él se refiere más a la televisión, creo que se le escapa que antes de la T.V. ya lo estaba haciendo el cine. Como ningún arte de la modernidad, es el cine el que conforma nuestra visión del mundo.

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